Amarillo amielado con ribetes dorados. Brillante pero con sólidos en suspensión y densidad poco sugerente.
En copa lo sirvo frío a unos 6 grados. Poca paleta arómatica, lógicamente, pero se sugieren atractivos toques de carne de membrillo. Sube la temperatura y se amplia la paleta, orejón de melocotón, manzanas asadas, pimiento rojo asado y un ligero matiz de hierbabuena.
En boca decepciona. Escasa acidez, poca densidad y alcohol demasiado evidente. (¿Botella defectuosa?. Os lo cuento otro día.
Sigue pareciéndome sólo una aproximación de bajo coste a los excelente beerenauslese que se encuentra en el marcado por unos 14 o 15 euros más. Un vino fácil, de nariz atractiva y dulzor comedido que se armoniza fácilmente con postres poco empalagosos o con foies a la plancha.
Dorado pálido brillante. Nariz de intensidad media, no muy expresiva, con suaves notas cítricas, recuerdos a agua de rosas, suaves toques de miel y notas de pera en almibar. En boca es ligero, fresco, algo plano, con buena acidez, dulzor comedio y un sutil punto acre en el retronasal. Un vino muy sencillo que puede servir como una ’tosca" introducción a los vinos dulces alemanes por un precio más que razonable (9€).
Amarillo pájizo, turbio y poco denso para ser un vino dulce.
Nariz con pocos matices, casi propio de una manzanilla. Ligeros hidrocarburos, notas herbáceas y final más dulce, fruta blanca madura.
En boca es suave, goloso pero no en exceso, bien equilibrado.
Comparado con sus hermanitos del 98 y 99, este es mucho más delicado, menos dulce.
Ideal para foies y postres.
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