A las 12 h. me ha llegado a mi. No había nadie en casa, ni siquiera estaba mi

A las 12 h. me ha llegado a mi. No había nadie en casa, ni siquiera estaba mi suegra una calle más allá, la cual forma parte de mi particular logística en esto de recepcionar botellas. Esta vez he utilizado al del quiosco de la esquina al que el transportista me ha pasado al teléfono para dar fé de la entrega. Además he aguantado la guasa del quiosquero amenazando con bebérsela si no la recogía pronto. Total, llamada a mi mujer para que pasara según venía del cole con mi menor para que la pusiera en la vinoteca y así ganar horas de idónea temperatura. Bronca a mi suegra por irse a la peluquería en tal crucial momento. Bronca de mi mujer a mi por haber abroncado a mi suegra... En fin, un drama.