Dorado limpio y brillante.
Se muestra con intensidad en nariz siendo un vino potente y expresivo, con notas de frutas blancas de hueso, frutos secos, piel cítrica, ahumados y vainillas, dando más recuerdos herbáceos y balsámicos con el aire y siempre con un ligero tamiz mineral. Nariz eminentemente borgoñona.
En boca es un vino bien balanceado, con acidez y peso, con todo bastante medido, graso pero sin caer en la pesadez y un trato con la madera perfectamente mesurado, no siendo protagonista en ningún momento. Deja sensaciones ahumadas, minerales y de fruta amarga en el posgusto, con una buena persistencia.
Macon es la zona menos glamurosa en la Borgoña blanca pero de la que salen muy buenos vinos como este sellado por un grande como Dominique Lafon. Vino con clase y equilibrio, graso y mineral, con fuerza y en buen momento de consumo. Unos 22 euros, muy buena RCP. Interesante blanco borgoñón asequible.