Básica y practicamente igual, tampoco es que le haya dado mucho tiempo. Quizá se aprecien más los ahumados y los balsámicos, añadir laurel fresco. La fruta de hueso como la ciruela sigue presente, y el coqueteo con la trufa es cuestión de botella, ahora tan pronto. Cuenta con la intensidad que aportan las especias y demás notas secas de la madera. Licoroso en boca, alcohol de buena presencia, de cuerpo medio, taninos suaves y maduros, fruta pasa que te hace chasquear la lengua contra el paladar, con buena acidez y un postgusto tirando a largo.
Rico, pero su definitiva evolución aún no ha lllegado. Lo valoro un poquito más esta vez.

Fundamental la aireación de este vino. En mi caso, un par de horas sin decantación. Y aún así me resultó camaleónico en algún momento, incluso la trufa llegó a pasar con fugacidad. Desde luego, parte ya con una complejidad.
Color rubí de intensidad media-alta, de borde apagado, amarronado, lágrima transparente, glicérico.
Aromas de fruta pasa, amargosidad del hueso, aceituna negra, con notas balsámicas, eucalipto, y de hierbas secas.
De una falsa suavidad en boca, pues resulta bastante pleno, con ese equilibrio amargo-dulce de los higos pasa, con cierto sabor a tierra y de postgusto duradero.
A ver si logro olvidarme de la otra botella.

Vino encerrado en botella borgoñona y con etiqueta clásica característica de la zona.
A la vista se manifiesta rojo cereza picota de media capa, menisco de igual color y tono, buena lágrima.
En nariz algo de reducción noble, necesita un par de jarreados, después de la aireación, es frutoso de intensidad media, frutas del bosque, cerezas, madera bién integrada.
En boca tiene elegancia, frutosidad, carnosidad, madera muy bién integrada, algo de monte bajo, se aprecia el syrach sobre las otras varietales y su mineralidad. Tiene un buén paso de boca y me dá una permanencia en boca de 2,45 minutos.
Vino comprado en el CI en las rebajas de las rebajas, volveré a por más.

De inicio comprobaremos que solicita oxigenación durante al menos una hora, debido a que muestra aromas de reducción considerables.

A partir de ese momento nos encontramos con un vino con buenas dotes de mineralidad prevaleciendo su salinidad en boca a cualquier aporte goloso. Los aromas de madera vieja y barro adornan a notas de fruta roja, incluso de establece una dura pugna por su protagonismo. En boca se muestra con mayor franqueza, salino en todo su recorrido con un final de buena longitud donde aparecen notas de tierra húmeda. Sin duda no es un vino fácil, donde no termina por decidirse hacia que linea a de estar, cierto desequilibrio en el coupage donde dominan notas terciarias.