Abadia de Poblet 2005
Abadia de Poblet 2005
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Graduación (vol):
13,50%
Varietales:
pinot noir
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 10 a 19,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
8.5
/
93
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
7,0
Opiniones de Abadia de Poblet
OPINIONES
1

Vista. Rojo picota con ribete cereza amplio y diluido. Capa media-baja aunque bastante cubierta para tratarse de una pinot noir. Limpio y brillante.
En nariz se presenta con una intensidad bastante alta pese a estar la muestra a una temperatura ligeramente baja, por lo que es de destacar su riqueza de aromas. La primera impresión es eminentemente frutal, con aromas a naranja y frutos del bosque azules (moras y arándanos). Tras la primera oleada de aromas, comienzan a detectarse notas de crianza en madera (vainillas y algo de nuez moscada). Una vez oxigenado, en la copa aparecen aromas minerales muy interesantes (pizarra y algo de pedernal, que hacía tiempo que no detectaba en un vino español), que se diluyen tras el reposo para dejar paso a florales muy sutiles (lirio y un ligero toque de azahar).
En boca, la entrada es fresca y seca aunque no secante, con un paso de boca lineal y fluido en el que las papilas agradecen esa sedosidad ácida pero sin astringencia que nos ofrece. En el centro de boca la fruta se vuelve algo más madura que en nariz (ciruela y fresa), pero sin abandonar el carácter “atlántico”. Por retronasal vuelven las maderas limpias, algo de cacao y unos empireumáticos muy comedidos (pan tostado y ceniza). El posgusto es de duración media, con recuerdos a hollejo maduro, maderitas y una acidez mantenida hasta el final en un segundo plano, que hacen este vino fácil de beber y agradable en el recuerdo.
En conclusión se trata de un vino elaborado con una variedad muy peculiar a la hora de vinificar en tinto, que en este caso ha sabido aunar el influjo mediterráneo de la buena maduración y el terruño, con el carácter norteño y atlántico que aporta la uva. La acidez se ha sabido mantener en su lugar y el alcohol no despunta ni molesta lo más mínimo. La fruta no se tapa por la madera ni los aromas de botella, por lo que lo veo un vino fácil y desenfadado que permite servirlo a una temperatura relativamente fresca y se puede convertir en un perfecto acompañante veraniego de ciertos platos que con un tinto pesado y alcohólico se convertirían en un suplicio veraniego (carne a la brasa o incluso un arroz a banda o de conejo). La temperatura de servicio la bajaría hasta los 12ºC y no lo guardaría más de año y medio si se quiere disfrutar del carácter fresco y peculiar de la noir.

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