Rojo rubí, ribetes rojizos, casi anaranjados, capa media.

Nariz de buena intensidad, todavía un poco primaria. Predominan los recuerdos florales, las violetas, las cerezas, el cacao y el chocolate negro. Aparecen igualmente los toques especiados de pimienta negra y nuez moscada. Así mismo percibimos notas balsámicas, herbáceas y de tabaco de pipa. De carácter más clásico y menos goloso, fiel el estilo de su añada.

En boca es un vino estructurado, con poder, de gran esqueleto, vertebrado por su fantástica acidez. De paso firme y redondo, perfectamente definido, largo y amplio en el final, tras el que quedan notas de cerezas y especiadas. Tanino poderoso, firme, presente, pero entregado con una nobleza que sorprende.

La nueva añada de este soberbio Barbaresco se presenta muy clásica, más bien fresca, con un vino a su semejanza, de gran acidez y enorme estructura, que durará muchos años en botella mejorando sustancialmente. Un vino por tanto para guardar al fondo de la bodega, aunque abrirlo ahora no suponga un sacrilegio. Fantástico. Unos 85 euros, precio alto pero acorde con su enorme nivel.