Que pena

Desde agosto del 2009 que hice la valoración de éste vino, hasta hoy debo haber tomado más de una docena de botellas, todas ellas con resultado óptimo. Mantiene el típico color con el ribete que le caracteriza y que con el paso del tiempo lógicamente irá cambiando, pero en ésta ocasión se presentaba un vino sin alma y sin cuerpo, apagado, sin expresividad y una boca que indicaba que que algo estaba fallando. El corcho mostraba algunas deficiencias, pero no las suficientes para el estado del vino. Tampoco me atrevo a decir que éste vino esté llegando a su final.

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