Clásico y sin tipicidad

Comentario
Nuevamente Campillo en su versión crianza nos ofrece un vino clásico, muy regular en sus últimas añadas, perdiendo cualquier síntoma de su añada y carente de entusiasmo. A pesar de esto es un buen vino para acompañar una buena carne y su comportamiento es bueno en la mesa, a pesar de resultar extremadamente previsible.
Cata
Visual cereza picota con ribete teja, medio cuerpo. El análisis olfativo nos despliega con media intensidad un Rioja clásico donde las notas de frutos rojos propio de la Tempranillo conjugan bien con los aportes aromáticos procedentes de su crianza, a base de tostados medios, ligeros apuntes torrefactos y un final adornado por la sensación ahumada. En boca se muestra rico, cálido -ojo con la temperatura no debería exceder de los 17ºC-, justo en acidez y una sensación tánica sabrosa, que culmina con un final medio y postgusto rico en sensaciones tostadas.

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