Dorado limpio y brillante.
Nariz de buena intensidad, compleja, poderosa. Notas iniciales de reducciones, lácteos, queso, que van pasando poco a poco a frutas de hueso maduras, tonos herbáceos y balsámicos, un mínimo tamiz mineral, piel de cítricos. Hay un cierto fondo ahumado y tostado de la crianza que resulta algo evidente.
En boca es graso y glicérico, de paso firme, con buena acidez, quizá un poco falto de tensión y carácter, pero con un final de buena longitud que nos deja sensaciones de frutos secos, frutas maduras y tonos ahumados. Un Corton más arquetípico, un vino graso y de peso.
Quizá el vino que menos nos gustó de la vertical, lo que confirma que las añadas cálidas no le sientan bien a este Corton, al menos bajo nuestro punto de vista, ya que le restan carácter aunque potencien más su identidad como Corton. No está mal, pero no es lo que nos gusta.

Color amarillo dorado de mediana inensidad. Nariz intensa, muy compleja, magnífica. Es una elegancia difícil de describir, mezclando todavia aromas de flores blancas con otros q recordaba a miel, ligeros aromas lácticos y una mineralidad intensa. Existe tambien una capa fina de fruta tipo melocotón, albaricoque. Es un vino con una nariz maravillosa. En boca está vivo, fresco, con un equilibrio magnífico entre su acidez intensa, sus taninos vigorosos y ese alcohol que presenta. Es largo, graso, llegando incluso a parecer opulento. Potente y elegante, con un final muy largo. Una maravilla desde mi punto de vista. Abierto esta noche, había cosas que celebrar (30 takos ya) y junto a una estupenda merluza al horno me ha parecido uno de los mejores vinos que he probado en mi vida. La Borgoña blanca en estado puro.