Amarillo oro viejo. Limpio, brillante, de aspecto denso y untuoso.
Nariz enormemente potente con futos secos tostados (avellanas) y un fondo ahumado , que poco a poco va creciendo y se pone en primer lugar. Hay tostados muy fuertes que llenan las fosas nasales con algo de madera. Muy duradedro en el tiempo , no decae ni en popotencia no en complejidad
Ataque en boca pletorico, pleno, potente , maravilloso. Tiene una estructura perfecta con una acidez justa. El postgusto es largo, largo, muy largo.
Enorme vino que te hace soñar........ y lo que le queda...

Si de D. Leflaive se habla, ¿por qué no hablar de oliver leflaive?, ya que su vino, este 96 está en casi plenitud de maduración, pero como sólo los grandes borgoñas blancos, le falta aún uno o dos años en botella. Pero más en la fase visual presenta reflejos verdosos (impresionante), al igual que en la fase gustativa que todavía denota una frescura, pero con un equilibrio brutal entre la fruta y la crianza en madera. En cuanto a la fase olfativa, presenta un clásico borgoña blanco, con unos aromas intensos, pero nítidos, francos y a la vez elegante, como sólo los hacen los grandes borgoñas, y decir que este vino también es un grande al igual que D. Leflaive, pero con una ventaja, el precio, que es casi la mitad de precio que el otro.