Abrimos este vino en los prolegómenos de la cena de nochevieja, en plan chateo. Leemos que "A diferencia de anteriores añadas, en las que este vino permanecía en barrica durante 18 meses, esta añada ha tenido una crianza de solo 12 meses para conseguir un vino con mayor potencia e intensidad aromática frutal." Y yendo a lo nuestro, lo sacamos de la nevera, lo abrimos y esperamos unos 20 minutos antes de proceder con su valoración a unos 15°C.

VISUAL: Su color es rojo picota de capa media-alta, con un brillante y estrecho ribete en tonalidades rubí. Presenta abundante lágrima, fina y transparente (89).

OLFATIVA: Aromas frutosos intensos a copa parada, cerezas, fresas y mermelada de ciruela negra. Al agitar asoman especiados avainillados con un toquecito de pimienta negra. También percibimos notas terciarias, chocolate negro, tabaco rubio y apuntes tostados de la barrica bastante marcados. De intensidad media, quizás un pelín frío? (87).

GUSTATIVA: Gran ataque, alta acidez, amplio y untuoso. Paso por boca frutoso donde los haya, variopintas notas de frutos del bosque, licoroso y con los taninos muy puliditos ya lo cual de dota de una exquisita amabilidad, de tacto sedoso y agradable. En retronasal despuntan los especiados a vainilla y canela, muy riojano. Post-gusto sabroso, de cuerpo medio, cremoso y muy redondito. Con un fondo de ebanistería fina de lo más elegante. Esos 6 añitos adicionales en botella le han sentado maravillosamente, de hecho creo que está en su clímax ahora mismo. Grata sorpresa este criancita, sí señor (88).

La RCP atendiendo a su precio en tiendas por debajo de los 7 euros me parece excelente.

MARIDAJE: Como comentábamos nos lo tomamos de chateo, aunque confieso que acompañó un platito de queso manchego curado. Siempre es un placer maridar quesos intensos con un buen crianza y más si tiene grados. Perfecto para empezar la noche.

Salud-os!!