Opiniones de Comenge Reserva
OPINIONES
1

Historia:
Hace muchos, muchos años ya, leí en algún sitio de vinos el siguiente comentario de alguien, que a diferencia de mí, sabía mucho de vino: "Comenge".
Y como cada vez que mi imaginación es excitada por alguien, no tardé en buscarlo, y en encontrarlo, y me fui a la bodega, y pasé un buen día con quien entonces era (y después dejó de ser) comercial de la misma, Natalia, y con quién ya era (y sigue siendo), el enólogo y padre de la criatura, Rafa Cuerda.
En la sala de catas de la bodega, oí a Natalia, por primera vez en mi vida, nombrar la "lista Peñín", ignorancia supina que tuve buen cuidado de ocultar, porque por aquel entonces ya me pareció que era algo importante y que debería haber sabido de ella.
Y es que yo, entonces, de vinos sabía que los había blancos, tintos y rosados, peleones y de cosecha y, lo más importante: de los que me gustaban y de los que no.
Compré una caja de la cosecha 2001, 6€ por botella, cosecha que para la bodega fue mítica, la primera, si no recuerdo mal, que salió a la venta para el público.
Aún conservo una botella de aquella añada...
Era un vino que no era ni joven ni crianza, quizá hoy lo llamaríamos roble. Pero me pareció lo mejor que había tomado en mi vida.
Y es que lo era.
Desde entonces he probado este vino en muchas de sus añadas, conocí en primicia (y fue la primera cata que publiqué) a su hermano mayor D. Miguel, vino que, en una añada más reciente, me espera paciente en el botellero.
El vino:
Especiado, balsámico, con recuerdos a eucalipto y menta, refrescante, de esos que te despejan la nariz, como fuera una inspiración de aire helado de montaña.
Intenso los primeros segundos, tranquilo los segundos de después, pausado y elegante el resto de tiempo que pasa hasta que decides dar el siguiente trago.
De cuerpo medio, envolvente, abrazador, juguetea dando saltos por la boca, excitando cada rincón con su inagotable fuente de matices, ácidos, dulces, ahumados, balsámicos y un requiebro tostado, ligeramente amargo, que llega al final, y que dura poco.
Conclusión:
Comenge es de los vinos que yo llamo vinos amigos, porque conozco a la bodega y a quien lo hace, y porque amigo es, en este caso, Rafael Cuerda, enólogo director técnico entonces y hoy enólogo y director general, que no hace mucho arribó a este mundo de las redes sociales, recuperando con ello un antiguo contacto que, sin prodigarse personalmente, nunca dejó de mantenerse a través de su vino, y mi copa.

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