Vino color marrón clarito, con ribete amarillento, limpio, brillante y lágrima fina. Botella puesta de pié dias previos a la cata por posibles sedimentos debidos a la edad de este vino.
En nariz con buena intesidad, notas de cítricos, naranja y pomelo, entremezclada con una fruta blanca escarchada, tostados, frutos secos, pastelería fina, café y especias dulces, una maravilla de la naturaleza, abanico tremendo de aromas, complejidad y persistencia.
El paso por boca, seco, salino, punzante, muy afilado, mismos aromas que en nariz, nos dejan un final de cítricos realmente especial, buena acidez, equilibrado, sabroso y eterno.
Retronasal, fruta blanca escarchada y café.
Postgusto, largo, franco y muy bueno.
Este vinazo, además de toda la crianza que tiene, viene avalado por la compra efectuada en su día del distribuidor que me lo vendió. El lo adquirió en los años 90, no lo recuerda exactamente, pero apunta hacia los años 93-6.
Color amarillo rojizo semioscuro y brillante.
Aromas de muy buena intensidad y con elegancia a frutos secos, toffé, frutas confitadas, especias y algo de pastelería fina. Mucha calidad e intensidad en la magnifica nariz.
En boca es maravilloso, el paso de boca con una delicadeza supina, al mismo tiempo pleno de profundidad y complejidad, todo magnifico y realmente sobresaliente, final larguísimo y con persistencia casi infinita.
Un vino de culto, que a la gran antiguedad del liquido interior, se añade los muchos años que ha crecido la botella conservada en un lugar adecuado.