Rojo rubí, ribetes rojizos, capa media-alta.
Nariz de media intensidad que necesita aire para ir abriendo tras una cerrazón inicial. Se aprecian notas de flores secas, un incipiente tono de frutas licorosas, cacao en polvo, tabaco de pipa, un elegante buqué especiado, ligeros ahumados, mueble viejo, humedades y un tono mineral. Va a más en la copa.
En boca se muestra algo rocoso, es uno de esos Serralungas de lenta maduración, que parece que nunca se redondeará, no obstante tiene clase y carácter, una fina acidez, un paso redondo y con peso y un final de marcada longitud donde vuelve el peso de la parte madura y especiada, dejando un tanino algo rugoso. Persistente.
Complicados los Barolos de Fontanadredda en aquellos años pues hay que tener en cuenta que Serralunga es la parte más elevada y calcárea de Barolo y en años de maduración complicada los vinos necesita mucho tiempo para redondearse y en algunos casos una vida. Este parece uno de esos casos, pero es un vino de clase y carácter, para fieles bebedores de Barolos.

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