Botella borgoñona contundente, con diseño bastante bonito.
Presenta color cereza, ribete granate, capa medio-alta.
En nariz predomina la fruta, tanto roja como negra. Tostados muy agradables, perfectamente integrados. Balsámicos, eucalipto, tierra húmeda, mineralidad.
En boca es elegante, con muy buena acidez, tanicidad equilibrada. De nuevo hay fruta, quizá con predominio de la negra. Torrefactos, otra vez la tierra húmeda, muy presente, recuerdos minerales y balsámicos. Posgusto medio, agradable.
Color cereza oscuro con borde granate.
Aromas de buena intensidad a frutos rojos y negros bastante maduros y con alta expresividad, finos tostados, especias blancas, flores, balsámicos y toques de monte bajo, bastante complejo en nariz.
En boca es sabroso y bastante frutal, paso equilibrado y bastante complejo, taninos nobles aunque poderosos, muy buen retronasal y el final es largo y con muy buena persistencia.
Un vino muy bebible y con toques de elegancia, la RCP solo es buena, ya que cuesta sobre los 30-33 €, demasiado caro para la calidad que ofrece.
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