Vino base: 2012
Nº de botellas: 12563
Fecha de degüelle: 05/01/2016
Dosage: 3g/l
Precioso color dorado. Carbónico pequeño y nervioso.
Nariz compleja, vibrante y tornadiza. Flor marchita, anisados, caramelo salado, levísimos apuntes cítricos, algún tostado, panadería, caja de medicamentos, tiza y rocas de mar.
Pese a que un amigo me comentó que Suenen fue discípulo de Agrapart y Selosse, baluartes en su día de la modernidad, lo que hoy me encuentro es un Champagne clásico, estructurado, académico y con una profundidad que rasca en las mismas entrañas de Cramant, zona que por otra parte nunca ha terminado de convencerme por un exceso de materia y por una falta de frescura. Sin embargo, hoy, aunque esta chardonnay "pesa", muestra una lozanía suficiente y un nervio bestial. Según bebemos, la burbuja, la grasa, la acidez y los matices se compenetran para ofrecernos un trago de los de verdad.
Búsquenlo y bébanlo. Aquí hay mucho que contar.

Botella degollada en marzo 2015.

Color amarillo con reflejos dorados y fina burbuja que asciende formando corona.

Nariz con buena intensidad y que va evolucionando con la aireación. Aparecen de entrada citricos que con el tiempo se van volviendo dulces (mandarina) y frutas con hueso maduras. Con la aireación sale un delicioso aroma de masa de pan fermentando y también almendras amargas. La verdad es que no le dimos demasiado tiempo al pobrecillo para que pudiera expresarse (una hora duró la botella), pero seguramente con más aireación hubiera ganado en complejidad.

En boca es muy elegante, con buena acidez que le da frescura y una burbuja fina y muy bien integrada. Ligeros amargos y buena persistencia donde aparecen de nuevo esas frutas con hueso. Te acabas la botella sin enterarte.

Desde luego, a la que tenga la oportunidad repetiré. Unos 35 €, muy buena RCP.

Dorado pálido, burbuja pequeña y escasa.
Media intensidad en nariz donde se muestra limpio y con gran pureza, con notas florales y de frutas blancas frescas, recuerdos de piel cítrica, una cierta gama herbácea, anisados e hinojo, aunque lo que más destaca es obviamente ese marcado fondo mineral de tiza que resulta sumamente elegante.
En boca confirma registros siendo limpio, fresco y ligero pero perfectamente balanceado. Vertebrado por una magnífica acidez, con un paso redondo y profundo, nos deja en el final recuerdos frutales, cítricos y minerales, con una gran presencia del terruño. Buena persistencia e integración carbónica.
Aurélien Suenen es, con menos de 30 años, uno de los jóvenes más talentosos de Champagne, una nueva generación que viene pegando fuerte apostando por el terruño y por vinos de dosages bajos, mucho nervio y marcada expresión. Este es un Oger de manual, francamente bueno. Unos 30 euros, muy buena RCP.