Magnifico, sublime, alicinante, como dijo uno de mis compañeros de mesa, acabamos "colmados de calidad".
Tanto la cocina como el servicio del vino y los postres, son de un nivel altisimo. Quedamos totalmente alucinados con los conocimientos de Josep Roca. Increible.
Cocina de equilibrio, dominando la tecnica y el sabor a su antojo. Nada recargada, sin artifcios ni tripes saltos mortales. Lo mismo para el servicio, nada recargado, amable y con calidad, mucha calidad.
El dia que nosotros fuimos, no estaban ni Joan ni Jordi, y aun así alucinamos.
El precio del vino, es super ajustado. Se agradece.
Disfrutamos de un menu degustacion con 17 platos maridado con 11 vinos, magnifico, sublime, alucinante... ¿me estoy repitiendo?

Otra visita pone de manifiesto su línea ascendente. El mismo entorno, cómodo y confortable. La comida es un sueño. Platos explosivos, pletóricos de sabor, equilibrados y sin artificios innecesarios. Bien por Joan Roca, un artista. La carta de vinos no se queda atras. Inabarcable, completísima, variada y a precios ajustados. Josep Roca entiende de vinos y eso se nota en sus consejos y explicaciones. Cristalería y servicio del vino impecables. Todo el conjunto destila calidad. No hay aires de grandeza y el trato es siempre cordial y amable, casi familiar pero sumamente eficaz. Un lugar imprescindible, donde se puede disfrutar de una comida y un entorno de máximo nivel a precios razonables (50€ sin vino, comiendo a la carta). Ahora mismo es perfecto. Máxima puntuación.

Bien, muy bien... Platos deliciosos. Brillante ’clásico’ mar y montaña con un arroz de perdiz y sepia riquísimo, excelentes raviolis de mango, muy rico el foie (magistral) y un pichón con fresones y rosas de ensueño. A destacar la ’cromatografia verde’ de postre, con un sorprendente para mi helado de hinojo (si recuerdo bien). El vino impecable, nos tomamos una ’Petite Ruche 1990’ en perfectas condiciones y muy rico.

Local muy agradable. Cocina realmente espectacular, creativa, sugerente, innovadora y con magnífica materia prima. Servicio del vino muy bueno, con Pitu Roca al frente, sin duda uno de los mejores Sumilleres del País. Copas Spigelau, carta de vinos equilibrada, amplia y sin abusos. Vino a su temperatura. Amplia zona de conservación de vinos (diáfana). Una experiencia para repetir.

Mi referente actual en alta cocina. Lo complementan perfectamente con un trato humano excelente y sin agobios. Escogimos menú sorpresa y dejamos elegir a Josep los vinos: Riesling Siebeldinger PFALZ '99, Don PX (Montilla Moriles), Sta. Cruz de Artazu '00 (Navarra), Roda I '98 (Rioja), Oremus Tokaji Harselevelu '99 Late Larvest y Bollinger R.D. '90. La elección muy acertada (ojo al Sta.Cruz de Artazu! un descubrimiento).
Cristalería Riedel y Spiegalau, vajilla Bulgari, servicio del vino excelente.
Platos a destacar: Parfait de pichón con avell.,naranja y helado de Bristol Cream. Velouté de anisados con agua de mar. Sopa de cerezas con langostinos. Fideuà de gambas sin fideos. Higos con foie y helado de P.X. Vieiras con guisantes, té verde y fruta de la pasión. Cordero de leche cocido a baja temperatura con leche de oveja (60 h. de cocción!).
Postres magistrales: Adaptación del perfume Carolina de Carolina Herrera y Anarquía (el postre más original nunca probado)
Volveré!

Magnífico. De las entradas, el 'parfait' me dejó anonadado... Una deliciosa sopa de cerezas y langostinos, raviolis de mango, foie con naranja y vainilla, y llobarro ('lubina') magnífico. Pedimos un cava al sommelier para poder maridarlo todo, su elección fué un Gramona Imperial. Servicio impecable.

Cuidan el lujo en todos los detalles: cubertería de plata, copas Spiegelau y Riedel (varios modelos),de gran calidad,etc.
Las cartas de vinos son de impresionar, larguísimas, con todo lo que podrías desear, tanto español como extranjero, y con precios hasta razonables (tienen vinos por 12 euros, si no quieres gastar mucho, también puedes hacerlo).Nos aconsejaron un riesling del Palatinado, el Dr Burklin-Wolf Gaisbhöl Rupertsberger 98,(40 eu). Es un vino fantástico, glicérico, amplísimo, una gozada total y absoluta.
Por falta de espacio, lo mejor: Extraordinarias todas las 5 entradas, sobre todo la vieira, y las almejas con bergamota.
Maravillosa la lubina, el cordero lechal y los postres... increibles (Tresor y Anarquía)
Sensaciones: impresionantes; para mi, de lo que conozco, el que más me ha gustado, por todo, por los detalles, por el riesgo en la cocina, resuelto con gran acierto haciendo platos vistosos y sobre todo, sabrosísimos; sorprendentes, pero sin caer en ejercicios de

Poco a añadir a los comentarios anteriores. Cada vez me gusta más. Mención especial merece la carta de vinos y, sobretodo, la gama entre 30-45€; por el parecido de precio con las tiendas: Tomamos Doix 00 por 42€; y yo pagué en una tienda (iluso) 45€;. De postre Auslese del 00 cuya marca no recuerdo. Magnífico.

Suscribo todo lo anterior. Mi segunda visita a este restaurante y la opinión continua por las nubes. 3 menús degustación, sorpresa (79eur), clásico(59eur) y temporada(65eur). (precios aproximados por persona sin iva ni vino)Geniales la fideuà de gambas sin fideos y muselina de ajos, el steak tartar con nougat de cebolla, helado de mostaza y epecies y el ya clásico postre viaje a la habana. Copas Spiegelau y evidentemente bodega climatizada. Un 10 para los 3 hermanos (sumelier, cocinero y postrero).

De acuerdo totalmente con el comentario de JoanF. Excepcional restaurante (de lo mejor de Cataluña), cocina creativa de alto nivel, a un precio elevado pero correcto. Actualmente es más caro pero hasta hace dos años se comía igual de bien y el precio era bastante menor, pero bueno, ya ha llegado el momento de que el negocio funcione. La carta de vinos increible, en realidad hay tres cartas, una para tintos, una para blancos y rosados y otra para licores, inabarcable !!!. Si alguno de vosotros pasa cerca de Gerona tiene la obligació de ir.