Despues de haber ido en dos ocasiones tomando el menu de mediodia probamos el de la noche.
Virnes , local lleno (de hecho tuvimos sitio por una cancelación), cena para seis
Entrantes a compartir :
.- Ensalada de foie : No soy muy d ensaladas, pero a los que les gustan dijeron que estaba buena. Mi opinion es que estaba correcta pero no tiene ninguna validez por lo dicho anteriormente
.- Guiso de alcachofas con mejillones. Buen fondo con mucho sabor. Eche de menos más cantidad .
.- Huevo cocido a baja temperatura sobre fondo de patatas con migas: Muy bueno. Plato con sabor potente y buen juego de texturas. El lecho de patatas era como una crema muy bien conseguida. para mi , el mejor plato

Segundos :
.- Corvina sobre pure de patatas con perejil. Buen punto del pescado. la combinación resultó agradable
.- Cordero con Cous cous : Buena materia prima con muy buena elaboración.

Postre :
.- Helado de nata con crema de calabaza : Muy original y facil de tomar

Servico del vino correcto, con carta acorde a los precios de la comida. No es su arma fuerte , pero su oferta es digna y a precios buenos. Tomamos un Ribeauville 2010 (dos botellas)

Servicio de sala amable y diligente. Nada que objetar a pesar de que el local estaba lleno.

No es facil, nada facil , tomar un menu como el descrito a 24 euros. Es cierto que los entrantes se comparten entre tres personas , con lo cual final tomas un tercio y es como si , en cantidad fuera un entrante. Y los segundos son dos medias raciones, con lo cual, en cantidad , es un plato principal. Pero no es menos cierto que el tener que servir cinco platos por comensal y el del postre es un trabajo extra , tanto en sala como en cocina. Y hay que valorar ese punto. Como dice Dani , para mi , es uno de los mejores , sino el mejor, restaurante en RPC de su gama en valencia. Y , por eso, siempre esta lleno. Sales satisfecho teniendo en cuenta lo que pagas.
Lo dicho mas tres cervezas, agua, y cuatro Gin Tonics 36 euros por persona.
Si mantiene precios , tiene el lleno asegurado

Estuve con mi mujer el viernes por la noche en este restaurante. El primer detalle que no me gustó es que sólo nos dieron una carta para los dos y que no aprovecharon la ocasión para preguntarnos si queríamos beber algo. Después de consultar la carta, esperamos 15 minutos a que nos tomaran nota. Pedimos una cerveza y un martini blanco con aceituna. A los cinco minutos volvió la misma camarera a preguntarnos lo que habiamos pedido para beber ya que se le había olvidado (cuando llegó el martini venía sin aceituna porque no tenían). Cuando trajeron el primer entrante, como aún no habían traido el vino blanco "Albariño" que habiamos pedido, no quisimos empezar a cenar. Diez minutos después,uno de los cocineros se dió cuenta de que no habíamos tocado el plato (el helado de compota de manzana que acompañaba al micuit ya estaba totalmente derretido) y mandó a la encargada a que nos preguntara si ocurria algo. Le recordé muy tranquilamente que aún no habian traido el vino, muy amablemente nos pregunto que habiamos pedido (en vez de mirar las anotaciones de su jefa). Vino al rato comentandonos que el vino que habiamos pedido (hacía 30 minutos) no les quedaba así es que tuvimos que pedir otro vino. Empezamos a cenar y tuvimos que reclamar el pan pues tampoco nos lo habían ofrecido. La comida estaba muy buena a excepción de la ventresca de atún, que había pedido yo, y estaba bastante insulsa. Cuando nos tomaron nota del postre, la encargada nos preguntó si nos apetecía una copita de cava para acompañarlo y aceptamos la sugerencia, pensando que era un detalle por todos los retrasos, cual fue la sorpresa que me cobraron esas dos copas de cava "6 euros". Al menos el postre fue exquisito. Mi decisión final es que no repito ni lo recomendaré a ningún amigo.

Local entrañable por la acertada decoración que lo hace acogedor. Servicio rápido y muy atento.
Cena con varios platos para degustar:

*Ensalada marinada con pulpo y atún.
*Tartar de txangurro, aguacate, champiñones y aire de chufa (buenísimo).
*Huevo a baja temperatura con jamón ibérico, virutas de trufa y crema de patata.
*Carrillera de ternera con gusio de hortalizas.
*Bacalao confitado con muselina de ajo.
*Yogour de chocolate blanco con mango y pistachos.

Vino : Mala Vida y El Habla del Silencio

Un grupo de 9 personas nos acercamos a Mar d'Avellanas a conocer el concepto. Como buena parte de los comentaristas tomamos el menú noche (25€) basado en una cocina de mercado, atractiva y bien presentada, con algunos platos de mucho nivel. El local resulta ideal para grupos más pequeños, aunque estuvimos bien ubicados y cómodos. Carta de vinos cortita pero con opciones interesantes y algunas de ellas muy bien de precios. Servicio atento y simpático. Servicio del vino correcto. Excelente relación calidad precio.

Atraídos por los benévolos comentarios de Verema, anoche reservamos en este restaurante. Iré al grano porque ya se ha comentado sobrada y acertadamente todo cuanto del entorno y acogida se puede decir.
Pedimos el menú nocturno a 25€ pax.

- Ensalada de bonito. Buena. Con diferentes 'verdes' que la hacen ligera y sabrosa. El bonito, prácticamente crudo, muy bueno y bien aderezado con el sésamo.
- Langostino sobre un fono de caldo marinero con patatas. El único pero que las patatas, para mi gusto, estaban demasiado cocidas.
- Huevo a baja temperatura. Me recordó al de Vuelve Carolina, pero este me gusta incluso más. Extraordinario. Lo mejor de la cena.
- Corvina. Buena, sin más.
- Carrillera de ternera. Guisada con mucha paciencia. Se deshacía en la boca. Aunque a mí no me gusta especialmente esta carne (sabe demasiado a hierro) reconozco que estaba muy bien preparada.
- Sorbete de mango. Prescindible.
- Brownie con helado de chocolate. Creo que estaría bien echarle un poco más de imaginación y ofrecer un postre algo menos manido.

Para beber pedimos el Pago de Tharsys Millesimé. El mejor cava valenciano que he bebido hasta la fecha. Estuvieron bastante pendientes, sobre todo al principio, de que tuviéramos las copas llenas.

Conclusión: Otra buena opción en el centro de Valencia.

Pequeño, luminoso, decorado con buen gusto y sin invertir demasiado en ello. Tonos suaves de magnolia para las paredes, combinado con puertas en madera clara laminada, y mesas y sillería del mismo tono. Con el firme irregular, debido a la antiguedad del edificio. Nombre muy atractivo para el local pero que no es otra cosa que la conjunción de la Cl del Mar con la Cl Avellanas. Acertadísimo, y que practicamente sirve de guía.
Buenas copas y vajilla blanca sencilla, para qué más.
Primera visita a este restaurante de moda, mesa reservada para dos desde la semana anterior. Optamos por el menú de noche (25 €), una degustación mínima para dos personas. Todos los platos a compartir menos el huevo a baja temperatura, el cual lo sirven individual.
Buena la ensalada de atún marinado como comienzo; diversidad de "verdes", acierto total del sésamo que potenciaba el plato en general.
A continuación, crema de foie con frutos secos, servida en vaso y acompañada en el plato por unas tostas de pasas y un helado de fresa, que al combinarlo con el foie se encargaba de neutralizarlo por completo. Cuidado con esas tostas, ya que si se sacan con antelación, los vapores de cocina las pueden blandear.
Tercer entrante, el huevo a baja temperatura, acompañado de una base fina de crema de patata y jamón ibérico. Practicamente un bocado fino de sabor que intentas alargar y en donde empiezas a consumir el pan, el cual, he de comentar que estaba crujiente.
Un poco alargado el tiempo de espera en los entrantes.
El plato de pescado era una corvina de estupendo sabor a la que a mi juicio sobraba el cuscus.
La carne se trataba de la socorrida carrillera de ternera tan habitual en este tipo de restaurantes. Conmigo, vaya por delante, que mientras esté tan tierna y con el sabor de la de anoche, siempre cumplirán.
Al postre le precedía un sorbete de limón de sabor suave y agradable. Más cítrico le hubiera hecho desentonar, luego bien.
El postre en cuestión, una base de mousse de coco con helado de mango y moras (roja y negra) con algún grano de uva tinta. Acertada combinación para el verano pero sin dejar especial huella.
Respecto al vino, un Trilogía que estaba casi a precio de tienda (14 €) y que a mi mujer y a mi tanto nos gusta. Dado a probar y apoyado por una cubitera, ya que andaba justito de temperatura.
Carta de vinos corta a la que si no vas con grandes exigencias te puedes ajustar.
Mientras esperábamos a que nos tomaran nota, un par de cervezas.
No tomamos café.
Tres señoritas para atender la sala. Servico atento. La persona que nos tocó en suerte, joven y profesional, muy metida en el papel.
Muy probable que repita.

Podría ser el restaurante más de moda en Valencia a día de hoy y con motivos, cocina de muy alta calidad, sin artificios, con un producto de primera y a un precio muy asequible. Por 25 euros ofrecen tres entrantes, pescado, carne, sorbete y postre (todo para compartir) con todos los platos a una grandísima altura ¿quién da más?

Por poner un pero, el único punto a mejorar es la mesura de las raciones para compartir porque cuando vas uno solo a comer te ponen un huevo pero si vas 7 personas te ponen dos huevos, no tiene mucho sentido.

Ya lo he visitado tres veces en poco más de un mes y ya pienso en la siguiente. Seguir así.

La verdad es que tenía ganas de ir a este restaurante después de todos los comentarios anteriores.
El local es moderno y no demasiado grande, con una distancia adecuada entre mesas pero con algun problema por lo reducido del espacio para montar mesas grandes. La nuestra era de 9 y estabamos bastante apretados. La manteleria, cubertería y vajilla correctas
La oferta se basa en una carta reducida y un menú de noche con 3 entradas, pescado, carne, sorbete y postre a 25€ todo para compartir, excepto lógicamente el sorbete.
Excelente materia prima y elaboración en todo el menú, con platos sobresalientes sin combinaciones rocambolescas y acertados puntos de cocción.
Tomamos para empezar una ensalada con atún rojo marinado, a continuación un suquet de gambas con patatas y unos raviolis trufados con huevo a baja temperatura; de pescado corvina con espinacas y humus, y de carne unos tacos de cordero con cous-cous. De postre un sorprendente y adictivo sorbete de limón y un coulan de chocolate con espuma y helado de chocolate. Todo muy bien.
El problema de este menú desde mi punto de vista es el tema de compartir los platos, concepto que se ha puesto muy de moda últimamente y que me convence siempre y cuando los platos no sean difíciles de dividir, y que en nuestro caso no estuvo muy bien resuelto. Nos pusieron durante todo el menú, 2 platos grandes para 7 comensales, es decir, un plato para 4 y otro para 3. Ningún plato era fácil de compartir. El colmo llegó con el huevo a baja temperatura, que también había que compartir, tocando a medio huevo por persona y con la misma ración para el grupo de 3 que para el grupo de 4. Después de comentar este hecho y de no darnos una explicación convincente, nos compensaron en los postres con 4 platos al centro en lugar de 2, algo mucho más lógico.
Respecto al vino, buena carta, aunque no muy extensa, a precios rondando el 1,5X tienda y muy buenas copas. Pedimos un blanco muy ligero y que nos gustó, El grifo 2007 (D.O. LAnzarote) y un Maduresa. Dan el vino a probar y luego lo dejan en la mesa o cubitera si es necesario.
El servicio muy amable y atento durante toda la cena.

Segunda visita, esta vez para probar la carta. La cena consistió en varios entrantes al centro para compartir y plato principal para cada uno.

-Foie Micuit: 2 tacos de micuit con un poquito de sal y acompañados de manzana (en sorbete).Original el acompañamiento de un sorbete.
-Pulpo a la parrilla con un guiso: Sencillo pero rico rico
-1 Vieira para cada uno.Muy buena
-Los huevos a baja temperatura con virutas de jamón:Creo que son los mismos que también sirven en el menú.Fantásticos!!!!

Como platos principales, la gente optó o por los tacos de entrecot sobre una base de patata o por el cochinillo.Los tacos cocinados al punto pedido, de buen sabor.Aunque personalmente cuando leo tacos, me imagino un taco cuadrado de buen grosor y en este caso era un entrecot servido entero pero trinchadito.El cochinillo, lo probé y estaba muy bueno, pero no me atrevo a decir nada más porque es la segunda vez que lo pruebo.

Buenos postres a compartir:Texturas de chocolate(ninguna novedad,lo que más llamo la atención la incorporación de peta zetas de chocolate) y el yogur de chocolate blanco con mango y pistachos(muy bueno)

Poco mas que decir, al que se está convirtiendo en uno de los restaurantes de moda, ya no en Verema si no en general en Valencia, porque es casi imposible reservar de un dia para otro.

Como ya se ha comentado, servicio constante con bandejitas de pan de varios tipos.Repecto al servicio del vino, buena carta y coperio,si lo detectan suelen ir rellenando copas.

Por lo demás, buen servicio, amables, sitio agradable y en buena zona.

Celebramos el bautizo de mi hija en este restaurante, y fue inmejorable en todos los sentidos. Éramos 13 adultos y 5 niños y nos hicieron un menú para los adultos y otro para los niños. La comida buenísima, el precio muy razonable y el trato fue superior, teniendo en cuenta que los 5 niños dieron un poco de guerra y en el restaurante tuvieron mucha paciencia.