Restaurante Casa Ojeda en Burgos
Restaurante Casa Ojeda
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
40,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos noche
Nota de cata PRECIO MEDIO:
51 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.3
Precio medio entorno ENTORNO
7.2
RCP CALIDAD-PRECIO
5.9
Habitas tiernas confitadas con jugo de jamón ibérico, zamburiñas  y crujiente de boniato
Lechazo asado al horno de leña acompañado de patatas
Tarta de hojaldre
Herederos del Marqués de Riscal Rueda Verdejo 2018 Limousin fermentado en barrica DO Rueda
Petits fours
Hojaldre de crema
Alubias rojas de Ibeas con chorizo, morcilla y tocino
Sopa castellana
Opiniones de Casa Ojeda
OPINIONES
19

Poco a añadir al comentario anterior. Si vas de paso, como fue mi caso por tierras castellano-leonesas, cuesta prescindir de su maravilloso lechazo acompañado con una digestiva ensalada, y así fue de hecho. La materia prima que ofrece Casa Ojeda es excelente, y su servicio es atento. El local es muy amplio ocupando media manzana (tienda gourmet, barras de bar y zona de menú en planta baja, y restaurante en la primera planta).

Efectivamente el guiso de garbanzos de la comarca con callos de bacalao es delicioso, y sin ser un devoto de los postres es obligado pedir su "reconocida" como así le llaman tarta de hojaldre y crema, pues hace honor a su fama.

En el restaurante ofrecen como regalo de cortesía a los clientes un opúsculo "de amenas y sustanciosas reflexiones sobre el arte del bien manducar", bonito recuerdo que no deja de reflejar la filosofía de esta casa. Por muchos años!!

Mucho había oído hablar de Casa Ojeda, aunque no había tenido la oportunidad de probarlo.

Previamente a la comida, un buen aperitivo por los barecillos cercanos (que hay muchos!!) y finalmente un vino en la barra del bar de Casa Ojeda. Ambiente clasicorro y bastante regio por lo que hacía referencia a la clientelea del bar. Dicho esto, que es lo de menos y anecdótico, nos llamó la atención que en la nevera de los vinos tenían ni más ni menos que Vega Sicilia para chatear. Eso sí, como es lógico, la copa a 15 euros. A precios más módicos tenías Condado de Haza, Remelluri,...

El restaurante en sí, a mí me pareció, pese a sus dimensiones, agradable y cuidado, con un ambiente más que acogedor, aunque eso sí, no es para cenas románticas!. La madera que acompaña el conjunto, las cristaleras de colores, y las plantas, hacían que el conjunto fuera cálido.

Sobre "el alimento", ninguna queja. No soy experto en lechazos, y seguramente los hay mejores, como ya se dice en muchos comentarios, pero a mí me pareció buenísimo: tierno, jugoso y muy sabroso. De primero, pedimos un revuelto de boletus edulis con briznas de trufa, que estaba de rechupete, y de remate de los primeros un guiso de garbanzos con callos de bacalao. Delicioso. De postre el "reconocido" de la casa: una milhoja que quitaba el sueño, con un hojaldre y una crema de chuparse los dedos. Del servicio, nada que decir, al contrario, amable y diligente. La carta de vinos, al contrario de lo que he leído, me pareció suficientemente extensa y con gran variedad en D.O. y en precios. Quizás las copas algo "justitas".

En definitiva, para mí gusto, un muy buen resultado.

Casa Ojeda es toda una institución en Burgos y raramente decepciona. Quizás si uno va a comer lechazo haya mejores lugares y más especializados, pero en conjunto la Carta del Ojeda ofrece sobre otros lugares un abanico más amplio con algunos toques creativos. Yo he estado 5 veces y aunque he comido unas veces mejor que otras nunca he salido decepcionado. Eramos 5 comensales y en esta ocasión pedimos:Sopa Castellana Deconstruida:correcta, sin entusiasmar; Morcilla con pimientos: magnifico plato en su elementalidad; Cordero Asado: Aquí se produjo el pequeño borrón ya que nos trajeron menos cuartos delanteros de los pedidos. Nos lo presentaron en dos fuentes de barro y apreciamos diferencia de calidad entre una y otra ya que las piezas de una fuente, sin estar mal presentaban menos jugosidad al no estar sus carnes en su punto óptimo de asado. Una pena. El camarero nos preguntó que tal el cordero y cuando le dimos nuestra opinión mostró una fría cortesía que reflejaba que no le importaba o afectaba nuestra apreciación. Entonces ¿para que pregunta? ¿Para no hacer ni caso?.
De postre, cierto toque creativo en un Milhojas(figurado)de Queso y Nueces con helado de Queso. Muy bueno.
El Servicio con el borrón de lo antedicho, correcto y el ritmo de la comida bueno, sin esperas ni agobios. En Resumen, la próxima vez que vaya a Burgos si quiero Cordero iré a otro sitio, pero ciertamente Casa Ojeda no deja de ser un referente y una buena elección.

Un clásico, un sitio donde se debe ir, un imprescindible de Burgos...todas estas frases no tienen quién les sirva.
en la ciudad del cid, serían buenos vasallos si tuvieran buen señor.
Local forrado en madera y con decoración clásica, rozando lo rancio sin ningún elemento que lo haga especialmente atractivo.
El servicio excelente en guardarropía. A partir de aquí....flojo, seré cortés, muy flojo...
si estoy dispuesto a pagar por dos alcachofas catorce euros, espero tener algo de servicio, entendiendo por el mismo, aquéllo que llamamos también acompañamiento.
Què comer, què beber,...son elementos que un buen maitre nos sabrá mostrar, aunque es condición sine qua non que el primero en aparacer, más allà del registro espiritual, sea él.
La carta es corta y con pocas alegrías, pues ni lo clásico se muestra en plenitud ni hay atisbo de modernidad.
El vino...copas iguales para todo, sea un ribeiro, sea un tinto reserva...eso sí, en este caso también te dejan abandonado a tu suerte, ni un triste comentario.
Los postres en la línea...no de la concepción, sino de la casa.
Lo mejor el cafè y las pastas de acompañamiento, que lógicamente llegaron tarde y acompañando a la cuenta....
En resumen, menos artificio y envoltorio y más cercanía, amabilidad y atención al cliente, entiendo que somos clientes todos los que nos sentamos, no sólo los conocidos.

Restaurante asador de toda la vida. La última vez que estuvimos fue hace unos 14 años y nada ha cambiado. Frecuentado por lugareños y turistas. Varias salas, afortunadamente alguna para NO fumadores. Entorno que a alguno le puede parecer hasta sobrecargado con tanta madera, pero que a mi no me molesta. Mesas demasiado juntas.
Servicio amable, pero nos dio la sensación de cierta apatía. Camareros ya veteranos pero con errores de bulto: Llevar los segundos cuando no habíamos terminado los entrantes y dejarlos en una mesa cercana me pareció un detalle pésimo.

Carta clásica basada en productos locales, incluidas alubias de Ibeas, olla podrida, morcilla de Burgos y lechazo.

Cena para 3 pax:

Entrantes a compartir:
1 de morcilla de Burgos (lo sublime con lo más simple)
1 de alubias rojas de Ibeas (tiernas y gustosas)

Segundos:
Un cuarto de lechazo (correcto asado, aunque no es para echar cohetes)
Un pichón estofado (aquí si que se notaron unas buenas manos: perfecto)

Postres:
Una cesta de frutas variadas (muy rica)
Tarta de hojaldre rellena de crema (su afamado postre, que no llegó a convencerme del todo debido, a mi gusto, a lo espeso de su crema)

Vino:
Carta decepcionante. Un restaurante así se merece un poco más de mimo en este apartado. Muchos Riberas pero la mayoría clasicones, sin integrar vinos de corte más moderno (eso si, conté unas 25 referencias a Vega Sicilia). También bastantes Riojas comerciales (excepto Roda) y apenas referencias de las demás denominaciones. Precios x1.5. Pedimos Carmelo Rodero Cr. 2006 (22.50€ + IVA) perfecto de temperatura pero en copas mediocres. Servicio reducido al descorche y poco más.

Pusieron unas tejas como detalle al final de la cena.

Precio total: 136.91€ (inc. IVA, 3x1.45 de pan y servicio, 1 botella de agua de 1l a 3.80€ !!! y un refresco)

Comida para tres personas.

Entrantes para compartir; ensalada de cangrejos, muy buena, y jamón de bellota ( cortado a máquina), el jamón muy bueno pero en relación al corte no se si en un restaurante de esta categoría es lo mejor . No se, sobre éste detalle no lo tengo muy claro ya que he leído que sobre el corte de jamón a máquina o cion cuchillo jamonero hay opiniones para todos los gustos, a mi personalmente donde este un muy jamón cortado con cuchillo jamonero que se quiten las máquinas.
Para beber pago d elos capellanes joven 2008 (16 euros).
Segundos; cordero asado para dos ( no lo encargamos) y mero al horno ( bastante mejor que el cordero).
Postres. Cafes por cuenta de la casa.

Me encanta este sitio, es una maravilla Y cada año que voy, me gusta mas, todos sus postres caseros, el milhojas de crema y nata es una pasada. Y sulechazo al horno de leña es genial.
No me harto de ir, soy clienta fija.

Es uno de mis restaurantes favoritos, cada verano voy a Galicia, a veranear, a casa de mis suegros, y no me canso de hacer la parada cada año en el mismo sitio.
Platos sencillos, pero la materia prima es de la maxima calidad. Recomiendo, su morcilla de Burgos, es exquisita; y su lechal al horno de leña, se deshace en la boca; tu mismo puedes ver desde la sala el horno de leña, y como asan las carnes.
Ademas esta decorado con mucho gusto.

Según se recoge en el "Opúsculo de amenas y sustancias reflexiones...", "es menester que el comensal conozca que se halla aposentado bajo una techumbre sazonada desde hace casi un siglo por el aroma de los guisos y el perfume de las viandas y el vaho de los caldos.
Así reza la inscripción cuando entras en este restaurante fundado en 1.912 donde el ambiente y decoración Burgalesa inunda todo el espacio, platos como, alubias rojas Ibeas con chorizo, morcilla y tocino, ensalada de perdiz deshuesada con salsa de hongos "boletus edulis", morcilla de Burgos con pimientos naturales, cordero lechal asado al horno de leña (brutal) corazones de solomillo con foie al vinagre de frambuesa.
Tomamos un Arzuaga crianza, rico pero muy cargado de madera
El trato es profesional y amable, aunque me disgustó que a la hora de cobrar, el camarero recogiese la propina y volviese a dejar el platillo vacío.
Disponen de sala para fumadores.

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