Restaurante Oleo (CERRADO) en Valencia
Restaurante Oleo (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
20,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingo y lunes noche
Nota de cata PRECIO MEDIO:
43 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.1
Comida COMIDA
7.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.1
RCP CALIDAD-PRECIO
6.2
cochinillo
corbina con praliné y huevas
canelones de pato
Opiniones de Oleo (CERRADO)
OPINIONES
40

Me habían hablado de este restaurante cerca del puerto. Desde que mi favorito "Arribar" cambio de cocinero ya no había vuelto por esa zona, y se echan de menos más sitios con encanto en el Puerto de Valencia.
El local es minimalista, agradable, pequeño pero coqueto. Hay dos zonas una de tapas al entrar y otra para una cena más formal en la parte interior. Al reservar optamos de entrada por la zona de tapas, que además era lo que nos habían aconsejado. Lo primero que nos llamo la atención es que habiamos dejado el trópico y pasabamos directamente al polo norte. El frio del aire acondicionado nos llevo a todas a ponernos la chaqueta, asi nos pasamos toda la noche de quita y pon. Ni con el vino entramos en calor y estamos hablando de Valencia en el mes de julio. Era bastante incómodo.

Probamos su famosa ensaladilla rusa, que estaba muy buena pero sin llegar a ser excepcional, calamar plancha, sus bravas y más que bravas, pulpo, coas y su pita de cordero. El mio debió ser el del cuento de los cabritillos y el lobo, que se escondio en el reloj, porque el cordero brillo por su ausencia, el pan de pita excesivamente seco y demasiado salado. Para terminar una carne trinchada que estaba estupenda, al punto de plancha y de sal, sin duda, para mi lo mejor de la noche.
En resumen tapas correctas pero sin entusiasmar y caro para lo que comimos.

Cómo con todo en esta vida habrá que darle una segunda oportunidad, esta vez probare en la zona de dentro pero me esperare a que llegue el invierno, de verdad.

Situado en una plaza muy agradable. Magnífica opción cerca del Puerto. El local de aspecto minimalista con gusto.

Otras Girardeau que hablan por si mismas, sensaciones aromáticas yodadas que trasladan al Atlántico, de donde proceden. Consistencia firme, en su paso por boca son de una textura entre sedosa y aterciopelada. Una punta ligeramente metálica cierra para dejar una larguísima persistencia. No hay que hacerles absolutamente nada, más que saber conservarlas y presentarlas en su estado natural hasta el comensal.

Coca de de maíz con caballa, cebolla dulce, brotes tiernos y piñones. Texturas sorprendente, se deshace en la boca, logrando una “elegancia” singular, poco habitual en estos pescados que suelen ser mas bastos.

Para finalizar Rossejat muy sabroso, el punto conseguídisimo entre al dente y algo crujiente.

El postre; base de galleta con chocolate, coronado con una crema de cítricos que aportaba frescura y finalmente un toque de salsa de avellana, para perder el sentido.

Tercera visita, a Vicente Patiño, no tengo el gusto de conocerle pero su buen trabajo le precede. El responsable de la sala, gran profesional que defiende bien la cocina y la selección de vinos, trabajan exitosamente varias referencias “por copas”. De agradecer que sirvan una magnífico champagne por copas. En esta ocasión Nicolas Maillart 1er Cru.

Altamente recomendable, voy a ser un poco egoísta en mi única sugerencia, me parece que este tipo de establecimiento debería contemplar el servicio de barra (picar algo + copita vino) abierto en un horario algo mas largo. No quiero parecer insensible con los horarios de los profesionales de la hostelería… Es solo una sugerencia.

* El servicio del vino lo valoro como muy bueno, ya no tanto por la "ceremonia/ ritual" del servicio en si, sino por el trabajo del vino por copas, la carta es mas que correcta y por supuesto el que pregunta, encuentra un profesional que conoce sus productos.

Local agradable. Buen servicio y atención.
Los distintos menús de degustación ofrecen raciones justas pero suficientes.
Es un sitio ideal para acudir con la mujer o pareja.
Extensa carta de vinos y trato más que adecuado.
RCP algo elevada.

Era un local que tenía ganas de conocer. El entorno, muy agradable, con el Museo de las Atarazanas frente al restaurante.
Fuera se anuncia un menú diario de 15 euros (la crisis impone cordura?)
Se pasa por una barra donde también se puede comer de tapeo. El comedor, moderno, con espacio para cada mesa, decoración limpia, sin ornamentos. Quizás un poco oscuro.
Elegimos uno de los 3 menús de degustación, el intermedio (45€), al que añadimos un stick tartare que estaba muy bueno.
La carta de vinos es corta, y algo desequilibrada. Los precios, bien. Pedimos un Valtosca pero a pesar de estar en carta no tenían; pasamos a un Mauro 2005 y tan felices.
Los entrantes: caballa marinada, bien de textura y sabor, huevo de corral, pues eso, y una ostra. Los platos: lubina, bien sin más y un excelente cochinillo, crujiente y meloso, genial (lástima que por su tamaño más que el plato principal pareciera un entrante más).
Sólo dos mesas ocupadas y entre ellas una mesa vacía con un blanquísimo mantel, desde el techo una graciosa "cuca" resbala y cae de espaldas sobre el mantel, alertado el matre acude raudo a "socorrerla", pero ella, muy autosuficiente, decide marcharse y desaparecer. La cara de desasosiego del personal del restaurante me convence que hemos asistido a una represencación única, sin posibilidad de prorrogar. En fin pasa en las mejores familias. Comida y espectáculo 75 €..ustedes mismos.

Restaurante extraordinariamente acondicionado. En la entrada está ubicada la barra donde comer en plan tapas. Una vez dentro se observa una buena distribución de mesas, funcionalidad y un diseño moderno. Notables todos los detalles de sobremesa. Carta muy completa y bien diseñada. En referente a vinos disponen de una amplia gama de caldos nacionales e internacionales. Optamos por un menú degustación de arroz maridado con espumoso Agustí Torelló Brut Nature. Bien todos los platos sin llegar a entusiasmar salvo el arroz meloso de langosta del mediterráneo que estaba excelente. Buena atención al cliente. Correcta aunque un pelin alta RCP. Volveremos porqué se observa ambición por innovar. Creo que poco a poco con paciencia estará a un alto nivel.

Un saludo.

He visitado tres veces el restaurante, las dos primeras fueron bastantes buenas
la comida, servicio , vinos, la tercera invitamos a un cocinero a cenar y la experiencia
fue desde una cerveza agria , un cava caliente , y un menu desgustacion que solo se salvo la carne, a parte de un servicio mediocre, sin continuidad no se avanza.
Tardaremos en volver...si lo hacemos

Reciente visita a este novedoso restaurante ,local moderno bien distribuido,servicio profesional y agradable,bueno el servicio del vino,y menu degustacion extenso y variado sin altibajos y con alguna grata sorpresa,
De seguir en la linea propuesta ,dara que hablar

Curioso, un restaurador hablando de un Restaurante, en fin :). Local muy cuidado, diseño y calidad en la decoración,menaje y distribución. Vicente es un buen cocinero, pero le falta rodaje en Valencia (viene de Dénia). Tomamos menú de 5 entradas, pescado, carne y 3 postres. Platos sorprendentes y alguno que no lo es tanto. Servicio de sala como el resto del local: en rodaje. Carta desequilibrada en D.O. pero con referencias curiosas, tomamos un Zinfandel Californiano muy bueno.RCP elevada, tienen que revisar precios, no pueden olvidar que están empezando y eso en Valencia, es muy duro (lo digo por propia experiencia). Suerte en el camino les deseo, se lo merecen

Fuimos con unos amigos a cenar un viernes, y no nos gustó tanto como esperábamos. El local es muy agradable, pero los camareros ni siquiera sabían qué cervezas tenían. El trato no fue muy profesional. En cuanto a la comida bien, pero llega un momento que tanta floritura oculta el sabor de las cosas. El servicio del vino fue aceptable. Precio por persona: 70 euros. Lo siento, no me enamoró y no creo que vuelva, por ese precio como mejor en otros sitios

Un auténtico lujo. Vicente Patiño (cocinero revelación 2007 en Madrid Fusión) ha desembarcado en Valencia con todas las de la ley. El local es muy elegante, con decoración minimalista pero muy cálida. Se puede escoger entre comer de tapeo, en una de las barritas ad hoc o bien, en alguna de las cómodas y espaciosas mesas (unas 10 - 12).

Probamos lo siguiente: Ensaladilla, huevos sorpresa, tomate con capellans, Sepia, patata y mahonesa (deliciosa), Ostras Girardeau (sorprendentes), pelotas de puchero (renovadas en su concepto), berberechos de lima limón (curiosa exquisitez) y para rematar, un steak tartar rayando la perfección. Todo ello regado con champagne.

Servicio: Fenomenal. El maitre estuvo en El Poblet, aúna elegancia, simpatía y buen hacer.

Instalaciones: Gran calidad en los materiales. Muy cómodo el mobiliario.

En un cuasi-desértico panorama de tapas de calidad en la zona de Valencia, Oleo se personifica en un recoleto Oasis de calidad, sensatez y creatividad.

Restaurante pensado para amantes de la buena gastronomía, para bon vivants e inquietos por las nuevas propuestas que no descuidan la materia prima de primer orden. No se lo pierdan.

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