Segunda visita a este local y sali totalmente decepcionado,aunque sea uno de los grandes no se pueden tener tantos fallos en sala ni en cocina,no se puede empezar un degustacion sin servir pan ni vino y practicamente lo mismo que hace dos años en pero el precio se ha incrementado un 30%,aun asi buena impresion

Pues en esta tercera visita, seguimos con la misma sensacion.
El formato del menu degustacion, ha cambiado, mas numero de platos, mas bien tapitas, (la ostra con calabaza, los mejillones con aire de azafran, la sopa de bacalao, la coca de bonito con romesco, la crema de queso con manzana y trufa, el queso frito con membrillo) para seguir con la sopa de ajo fria (que personalmente no me emociona) y luego acabar con platos mas contundentes, el gazpacho manchego, el atun rojo, y el cordero. como postres repetimos la crema de azafran y chocolate y una sopa de naranja y sandia.
Desde luego que de mas a menos el orden (en mi opinion) seria, cocina, vino y servicio.
Y es curioso, ya que el maitre, me parece fabuloso, atento, amable, muy competente y en cambio su personal de sala baja completamente el nivel, se hacen muchas cosas con desgana y se nota. Una pena.
Aunque por supuesto, repetiré. Para mi sigue siendo uno de los grandes.

Cocina sorprendente, sugerente y delicada que revela muchísima atención en la mezcla de sabores y texturas... en medio de ningún lado (incluso ya dentro de Las Pedroñeras nos costó quince minutos encontrar el local). La carta de vinos es extensa y variada aunque la liturgia de la presentación, descorche y servicio se puede mejorar. El personal de sala nos ha parecido más bien flojito y con un cierto "desparpajo" y camaradería que más que darnos confianza, nos incomodó. Estaban más a lo suyo que a lo nuestro. Tardamos en dar cuenta de los dos menú de degustación más los cafés, dos horas y tres cuartos (entre plato y plato, tranquilamente, quince minutos). De todos modos y aunque está lejos, lejos... es un sitio para volver.

Manuel de la Osa realiza una actualización de la cocina tradicional manchega muy bien elaborada, imaginativa a veces, y excelentemente presentada (sus sopas de ajo fría y caliente, gazpacho, queso manchego, etc.). Disfruté, y mucho, con el menú degustación (62€); pero incluso siendo yo una persona no en exceso comedora, de los que prefieren las raciones cortas a los excesos, creo que algunos platos del menú (por ejemplo los postres) se encuentran al límite de la racanería.
El servicio del vino es correcto, copas adecuadas, con una carta centrada fundamentalmente (y me parece muy bien) en vinos de la tierra de Castilla La Mancha. El comedor principal es acogedor, con decoración rústica clásica, pero permite sentirse cómodo.

(2/2)La camarera que nos atendiendo fue simpatiquísima y muy atenta, y cuando le pedimos la cuenta vino a decirnos que tendríamos que esperar un poco, ya que la persona encargada había tenido que salir un momento. Como no nos importaba esperar, aprovechamos para pedir otro café y cuando lo trajo dijo que nos invitaba ella. Al minuto llegó el sumiller, que también hacia funciones de camarero (sobre todo para molestar, porque le duplicaba los platos a la camarera que nos atendía a nosotros)y nos dice que nos iba a traer la cuenta porque necesitaban la mesa. Se nos quedó una cara de idiotas que no veas, y le dijimos que ya la habíamos pedido y que eran ellos los que no podían sacarla. Aún así, empezó a quitarnos el servicio que quedaba en la mesa y no me quito el vaso de agua porque lo sujeté. Cuando trajo la cuenta, al menos se podía haber disculpado, pero no lo hizo.
Es una pena que nos quedase un mal sabor de boca del restaurante, por gente tan incompetente y tan poco profesional como

(1/2) Aprovechando que teníamos una boda en Cuenca, se nos ocurrió llamar de un día para otro, para ver si tenían mesa. Aunque el restaurante estaba completo, debido a nuestra insistencia nos dieron una mesa a la 1, siempre y cuando no nos importara levantarnos a las 3. Cuando llegamos, el maitre nos dijo que podíamos disfrutar tranquilamente de la comida, porque habían reorganizado de nuevo las mesas (gran detalle por su parte).
El maitre nos aconsejo el menú degustación, que era mas o menos lo que teníamos pensado pedir, y debido a que nos esperaba un camino de vuelta importante, solo tome vino yo, con lo que decidí pedirlo por copas.
El sumiller simplemente me indico que era un vino joven adecuado a la comida, pero ni me enseño la botella, ni me permitió probarlo, si no que lo sirvió directamente (por lo que pude ver era un vino de la tierra)
La comida me pareció genial, muy rica y muy variada, ya que abarcaba prácticamente toda la carta y con mucha utilización de los productos d

Muchas ganas tenia de probar este restaurante y por fin lo he hecho!
Empezar diciendo que llegamos taradísimo, que nos atendieron fenomenal, que me equivoque muchísimo al pedir, por facilitar al máximo las cosas, debido a nuestro retraso, en pedir el menú degustación...etc, etc!
El local es ciertamente espacioso, agradable, cómodo y acogedor, pero no sorprende nada en el.
Cubertería, mantelería, vajilla y cristalería muy correctos.
Servicio atento, agradable y profesional. Buenas atenciones y cantidad de detalles.
La cocina se nota que viene de manos de un grandísimo cocinero y profesional, pero sorprendentemente no engancha, ni sorprende! Magnifica la presentación y las materias primas, eso si! Y se nota.
Amplia y excelsa bodega, bien presentada, explicada, aconsejada y surtida por referencias y procedencias.
De caro, Kariiiiisimo, demasiado! 2 menus degustación mas vino Manuel Manzaneque, Finca Elez, Nuestro Syrah 2001...188 Euros!!!
Volveremos y ya veremos!

La comida magnifica, la carta de vinos muy buena, pero su hermano en las funciones de sumiller creo que no esta a la altura, el resto del servicio un poco "escaso", pero que tarde tan memorable, seguro que volveremos.

Segunda visita y quizas todavia mas sorprendido que la primera vez.
Gran disfrute en todo el menu, realmente en estos tiempos que corren donde todos los cocineros quieren innovar se agradece esta cocina tan sabrosa y fresca a la vez.
Le subo la puntuacion del vino, en esta ocasion estaba perfecto de temperatura, y no tuvimos ningun problema. Repetiré, seguro.

Ciertamente Manuel de la Osa hace una cocina magistral, recuperando lo mejor de la tradición manchega y dándole un toque de modernidad. Excelente materia prima y magnífica presentación de los platos. Magnífico también el menú de desgustación. Buen servicio del vino aunque no muy detallista. Carta razonable con muchas referencias de la zona. Buenas copas y vinos servidos con la temperatura adecuada. El local lo enconté algo falto de luz, algo clásico, pero amplio y bien equipado aunque por fuera resulta muy poco atractivo. Un referente en La Mancha, sin lugar a dudas.