Restaurante Easo Berri en Valencia
Restaurante Easo Berri
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
6,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
45 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.2
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
7.1
RCP CALIDAD-PRECIO
7.2
foie macerado
pantxineta
fachada
Opiniones de Easo Berri
OPINIONES
31

Después de lo leído por aquí nos decidimos a visitar este restaurante un viernes noche, local lleno, lo que nos hace pensar que hacen bien las cosas y en efecto así fue.

De entrantes tomamos un par de croquetas, correctas, unos pimientos del piquillo rellenos que estaban de infarto y pulpo braseado muy bueno, de platos principales una merluza y cochinillo, el cochinillo estaba bien pero lo que de verdad estaba espectacular era la merluza. De postre compartimos una pantxineta con helado de turrón, nunca había probado este dulce y casi repito.

La cena la acompañamos con un 200 Monges, vino que nunca falla.

La verdad que un local muy a tener en cuenta en Valencia, habrá que ir cuando tengan buey.

Pues parece que para el próximo enero volverá a tener buey, buey con su pedigree. Mientras tanto siempre nos quedará la vaca vieja.

Local ya descrito sin cambios en el mismo más allá que la presencia de bastantes espumosos en bodega. también bastante platos fuera de carta con producto del día. la vez que he estado y habían menos mesas ocupadas, menos 50% del comedor.

Dos para comer. Pan en cesta y en la mesa sin alardes y que se nota en falta un platito donde apoyar el pan sacado de la cesta, al igual que una opción de buen aceite de oliva. Unas patas para la espera y una cerveza nos permiten elegir más el vino que la comida porque ya teniamos claro que el plato principal iba a ser chuleton a compartir.

Para primeros, un Borja más delgado de lo habitual, nos comenta opciones del dia y optamos por la ensalada de ventresca que nos acepta cambiar de pescado y poner anchoas de buen tamaño y sabrosas, bien el tomate y correctos los encurtidos. No falta una especialidad que son los chipirones rellenos en su tinta: ineludible mojar pan. Seguimos su indicación fuera de carta y vamos por un salmon marinado y levemente ahumado acompañado de ensalada de hojas verdes: un gran acierto el punto del salmon además de plato en buena ración.

De segundo, a pesar de que el cochinillo es una debilidad y más aquí, la carne roja gana la tentación. Buena pieza a compartir, poco hecha (como me dijeron en La Rioja: solo asustada) con patatas fritas bien hechas y crujientes con esas leves notas de romero, marca de la casa. Un problema sin acabar de resolver bien es el que se queda demasiado pronto fria, a pesar de servirlo en plato grande y caliente, y quizás haya que darle siempre un segundo toque de calor pero se hace difícil hacer un paréntesis en la comida; quizás tenerlo ya preparado y estar pendiente retirando el plato a cocina (o en la mesa) para cambio inmediato a plato caliente, sea lo más práctico pero no lo más estético.

Para postres no dejamos opcion: pantxineta que estaba recien hecha el hojaldre, un poco caliente, con buen relleno y acompañada de un helado de turrón muy fino.

Como vino elegimos un Aalto 2010 que estaba bien de temperatura, bien presentado y dejado en la mesa con servicio esporádico. Su potencia nos hizo que durara toda la comida. Nos ofrecieron chupitos finales con los dos cafés que pedimos y al final fué una mistela de tippo casera y un Pedro Ximenez Osborne muy suave y correcto.

Buen sitio con algunas referencias en comida (chipirones en su tinta, vaca vieja, pantxineta..) que le hacen un valor seguro, incluso a la espera de su majestad el buey.

Nos avisaron de que empezaba la temporada de piparras, guindilla vasca. Y que hacen unos platos con ese productazo.
Como entrantes pedimos Piparras fritas, buenísimas, Anchoas y Ensalada de Gulas. Como plato principal Merluza con Piparras y Magret de Pato.
Acompañado de un Seque.
Acabamos con un Volcan de Chocolate y Sorbete.
Un gran velada gastronomica.
Precio 115 euros.

Poco mas que añadir a la crónica que precede.Tomamos 2,5 kg de chuletón realmente exquisito (69 kg) para cuatro comensales.
De entrantes las alcachofas con jamón-correctas-,y un rico pulpo al horno.
De postres,un poco de fruta-fresón,etc-flojo.
De bebercia,además de las cervezas,disfrutamos con un Pesquera,y,sobre todo,con dos botellas de Aalto.
Como reza en el comentario anterior, lo del pan es muy mejorable;como también el que te sirvan unos cacaos de aperitivo-!si fuese antes de almorzar!-cuando existen multitud de opciones,y mas cuando te vas a dejar un "pico" en lo comido.
Seguimos con unos gins.
Atención amable y servicio correcto.
Un gran opción para disfrutar,sin duda,de la carne de buey!!

Estamos en esos pocos días del año que traen carne de buey traída por Imanol desde Galicia, con un par de bueyes con nombre propio.

Local casi lleno de gente que toda (o casi) acude al reclamo del mejor momento del año para este local., que ya está suficientemente descrito.
Eramos dos para comer: entrada con 2 copas de Fenomenal y unos cacaos mientras toma nota y se pone todo en marcha. También 2 de pan normalito y cobrado aparte (a 1.20€, me sigue sonando ridículo el tema) y un Venta las Vacas 2010, para que el buey no se sintiera sólo porque ésto de comerte una carne de un buey que tienes su nombre y su foto pues corta un poco.
Servicio de vino muy aceptable por la pareja de dueños y la empleada que con gran esfuerzo intentan llegar a que todos tomáramos la carne en condiciones aunque alguna vez tuvieras que servirte tú el vino; nunca intentando apurar botella.

Entrada de ensalada de gulas y gambones muy buena, templada por el aceite caliente, sabrosa; el consabido chipiron en 3 salsas, relleno con sus patitas y con su tinta que es marca de la casa; alcachofas naturales (en su mejor momento) salteadas con jamón (buen jamón) muy bueno.
Plato principal: al peso (1.025 kg) de chuletón hecho en su punto perfecto y consiguiendo mantenerse caliente (plato muy caliente) de esa extraordinaria carne.
De postre una especialidad Pantxineta (que se note el origen vasco) y un buen sorbete.
No hubo cafés y sí unas mistelas por cortesía.

De la mejor que he probado nunca (salvo en Argentina aunque aquello era ternera -mamona- que es otra cosa).

Cena de grupo, para 14, con menú concertado.
Unos cacahuetes y olivas para acompañar unas cervezas de barril y sin alcohol, mientras van llegando los comensales.
Poca gente: nosotros y otra mesa que entró a última hora. La crisis sigue campando sobre todo en las cenas entre semana, donde hay menos tarjeta de empresa. El servicio impecable como siempre.

Para la comida: agua aparte, un joven y cumplidor Prado Rey en las botellas necesarias; luego probamos fuera de menú, una botella de Los Almendros tinto 2010 para disfrutar de la buena selección de vinos que tiene Borja.
Entrantes al centro: su contundente croqueta de jamon, muy buena y sabrosa, en su punto de fritura. Pimientos de piquillo con bacalao correctos. Calamares rellenos de sus patitas y en su tinta tiernos y sabrosos.
De platos principales hubo variaciones entre el bacalao con tomate que se desmigaba en buenas láminas y bien desalado; cochinillos con su piel crujiente y aunque en raciones un poco variadas de tamaño, todas ellas suficientes; y por supuesto, el chuleton para dos con sus patatitas fritas y algo de romero: la carne muy buena, en su punto de poco hecha pero servida casi fría y hubo que repetir calor una vez y casi debieron ser dos.
Postres: piña en su punto de madurez, leche frita en abundante ración y acompañada de sorbete que ya no llegué a probar. Opción de orujos y mistelas a cuenta de la casa con los cafés y las infusiones.

Posteriores gin tonics (¡qué bien los prepara!) buscando sabores y dificultad de disponer de ellas: desde la arómatica de cítricos valenciana Ginself, la menorquina Xoriguer y la cara alemana de moda Monkey 47 además de la clásica G´Vine y hay que ver cuanto se diferencian.

Desconozco el precio pactado por no estar en la organización. La sensación es de que va a más en calidad: buena, variada y actualizada carta de vinos con precios comedidos. Buen producto (es una cocina estricta de mercado) y un servicio en la justa medida de profesional y a la vez cercano.

Después de algún tiempo puedes ver evolución y tendencias y en este caso apunta a positiva porque hay nuevas opciones tanto en carta de comidas como de vinos.
En esta última tienes un Pruno que ya no es fácil de conseguir y que sigue teniendo en venta hasta que se agote (nuevas existencias de 2010 no va a tener ni él ni nadie); hay también un El Angosto que no es un vino fácil de conseguir y que es uno de los de la comunidad valenciana más valorado en guías.

Comedor en 2/3 de su aforo con presencia de comidas de trabajo fundamentalmente. Comida para dos: 2 cervezas una de barril y una Cruz Campo gran reserva con unos cacaos fritos cortesía de la casa que quedan un poco ridículos. Sin agua. Un Pruno 2010 francamente merecedor de buenas puntuaciones. Dos cafés muy correctos y dos estupendos PX (Néctar) con el postre y sobremesa, más el pan consiguiente más bien normalito y que es más bien un convidado de piedra.

Comida: al centro: pulpo a la brasa con pimiento de piquillo sobre loncha de pan frito en el que lo bueno es el pulpo bien cocido y sabroso. Croquetas de jamón casi abrasadoras, pero sabrosas cuando la bechamel se ha enfriado un poco. Chipirones (casi calamares) rellenos y hechos con su tinta muy correctos.
Plato principal: chuleton al centro para dos, de una muy buena carne de uno de los dos importadores de la mejor carne Imanol-y su exsocio Luismi): muy sabrosa, en su punto de poco hecha, ración suficiente, acompañada de patatas fritas crujientes y con un poco de romero y ajos muy correctas, servido todo en un plato caliente para aguantar mientras vas comiendo carne sin que se enfrie demasiado.
De postre una tarta Tatin bien, aunque un poco empalagosa y el especial de la casa la siempre buena.

Creo que las mejores opciones que va teniendo van consolidando un local en el que la calidad de la carne sigue siendo su mejor estandarte.

Restaurante en calle muy transitada de tráfico pero que su situación al fondo y tras sobrepasar una barra con abundantes pinchos, quedas en un local agradable de estancia, con buena separación de mesas. Había bastante concurrencia y más para ser entre semana. Muchas mesas de trabajo de empresas, como la nuestra. Eramos cuatro.
Manteleria, copas, cubiertos, espacios entre y en la mesa... correctos.
Variada carta y en tema vinos con variedad suficiente y precios correctos (dentro de lo correcto de precio de vinos en restaurante).
Olivas cortesia de la casa. Pedimos 3 cervezas.
Al centro unas sardinas en salazón muy insulsas; un pulpo correcto pero escaso para repartir entre cuatro; unos chipirones (más bien calamares) rellenos de sus patitas en jugosa tinta y abundante ración: buenos.
De segundos 2 chuletones de 1600 grs a compartir para los cuatro. Carne sabrosa, en su punto de plancha, acompañada de patatas fritas buenas. Bien porque somos de buen comer. Al final (pasa el tiempo) la carne se queda fría.
De postre solo una Panchineta para probarla: muy sabrosa.
Para beber en la comida: agua x 2 correcta. Vino: Malleolus con descorche y probar. Temperatura correcta.Creo que un poco más de tiempo en botella, lo mejorará. En el postre una copa tamaño correcto de Muscat Perna Batut muy elegante.
Dos cafés. No hubo opción de otros extras de la casa (chupitos...).
No pongo precio por no ser quien pagaba la factura pero por lo visto en carta puntuo relación precio/calidad. También un buen vino en una mesa de pocos comensales puede cambiar mucho el precio.

La primera vez que fuimos lo hicimos por recomendación de unos amigos y nos gustó tanto que hemos vuelto a ir. El local es muy agradable, moderno y bien decorado, sin excesos. Dispone de una barra al estilo de las tabernas vascas y un comedor acogedor y amplio. La insonirización es perfecta y esto yo lo agradezco mucho.
La comida, sensacional. Al sentarnos, casi sin esperar, nos ofrecieron un aperitivo. De entradas pedimos unos chipirones en su tinta que de deshacían en la boca y unos pimientos del piquillo con txistorra muy sabrosos. De plato fuerte nos pedimos un cochinillo confitado, que a mi mujer le emocionó y un txuletón (que pedí no fuese muy grande) que estaba en su punto exacto, muy rojo por dentro y tostadito por fuera. De postre compartimos un helado de sorbete de mandarina. El vino que pedimos, Atteca, nos gustó y tenía un precio muy razonable.
Lo recomiendo!

Puse en google "mejor carne valencia" y entre otros me salío este. Nadie me había hablado de él y ni me sonaba...y solemos salir a cenar. Deberían publicitarse en revistillas de esas gratuitas tipo City y Hello que muchos ojeamos cuando nos tienen de plantón en algún sitio, ya que están un poco alejados de todo y en una via rápida.
...el chuletón excelente (un poco pequeño para compartir entre dos, pero ya nos lo avisaron, "nos han entrado medianos tirando a pequeños"). Te lo cobrán a peso lo cual es muy de agradecer.
El chuletón de vaca perfectamente hecho. Se mantuvo caliente toda la cena, con costrita y poco hecho por dentro. Bien salado y sin tener que pedirla nos trajeron un platito de sal, la grasa al punto.
...el resto correcto, aunque más frecuente de encontrar en Valencia.
Lo dicho, para comer chuletón de vaca un sitio muy recomendable a un precio muy correcto.
Repetiremos seguro

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