Restaurante Apicius en Valencia
Restaurante Apicius
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
28,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Sabado mediodía y Domingos
Nota de cata PRECIO MEDIO:
54 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.2
Comida COMIDA
8.2
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
7.4
aceitunas
helado
horchata
pepito
mochi
cucurucho
Crema de cebolla en su propia piel
Hinojo, perdiz y trufa
Snacks Apicius
Sobao de Pistacho con Helado de Yogur y Sopa de Chocolate Blanco
Rape a la Brasa con Salsa de Vino Tinto, Crema de Celeri, Blini de Requesón y Crujiente de Hierbas
Falso Risotto con Setas y Verduras de Temporada y Huevo de Corral a Baja Temperatura
Falso rissoto con trompetillas de la muerte y calamar de playa
Escalivada a la llama con pulpo de roca y aceituna negra
Salmón curado en casa con verduras
Carrillera.
Sargo.
Gazpacho.
torrija con sorbete de melocoton de Calanda
foie
huevo escalfado con migas
sopa de marisco con enoki
gazpacho de frutas y verduras
carrillera con pure de manzana
Opiniones de Apicius
OPINIONES
92

Hacía mucho tiempo que quería probar este restaurante que Fer ya conocía y que teníamos en la lista de "pendientes". Y mira por dónde ese sábado noche se alinearon todos los planetas: nosotros estábamos por la zona y Apicius ofrecía un menú especial por 30 euros coincidiendo con la VCO pero sin su presencia, esta vez, en el certamen.

A nuestra entrada nos recibió Yvonne con una amplia sonrisa y con gran dulzura nos acompañó a la mesa.

Con reserva previa, llegamos los primeros de la sala y la paz que se respiraba auguraba una velada perfecta. Aunque poco a poco se fue llenando el local hasta completar todas las mesas, en total y según mis cálculos, unos 30 comensales aproximadamente.

Frente a nuestra mesa y durante toda la cena, un carro a rebosar de licores que me dejó boquiabierta. En primera línea Chivas 21 años, Pampero Aniversario, Cardhu 12 años, Ballantines Gold, etc. etc. etc. Impresionantes vistas!!

El entorno me resultó envolvente, acogedor y elegante, muy elegante. Su luz ténue y cálida ayuda a que el conjunto sea aún si cabe más agradable. Mención especial a la música de fondo, muy armónica y adecuada y con un volumen perfecto. El local, anteriormente ya descrito, y todos esos pequeños detalles van sumando hasta conseguir que te sumerjas en una especie de "club exclusivo" al alcance de la mano.

Y empieza el festín!

APERITIVOS:

Para los aperitivos pedimos cava y cerveza, cómo no! Descorcharon la botella delante de nuestra atenta mirada. Una copita estupendamente servida de Lucrecia Lallane, espumoso que le encantó y con el que hubiese continuado toda la cena según me comentó y una San Miguel 1516 muy bien tirada para esta cervecera. Ainsss, no lo puedo evitar!!

Unas aceitunas y unas almendras de buena calidad antes de comenzar mientras preparaban los aperitivos. Y casi al instante llegó el pan calentito, calentito. Un bollo redondo tremendamente crujiente por fuera, con una fina corteza y con una miga esponjosa y sabrosa por dentro. Junto al pan, una degustación de aceite para mojar y mojar. Y aún no hemos empezado!!

~ Para abrir boca y como Aperitivo del Chef unas Croquetitas de pescado, seis en total. Perfectamente redondas, con rebozado crujiente e interior de exquisito sabor y suave textura, predominando el bacalao sobre los otros pescados. Uuuuhhhhmmmm!!

ENTRANTES

~ Salmón curado en casa con veduras. Sublime salmón marinado en su punto, acompañado de pequeños taquitos de patata, zanahoria y judía verde fina con una especie de hervor rápido, de forma que quedaban crujientes y sabrosas. Además algún brote verde, espárrago y cebollino proporcionándole mayor frescura y gran colorido. Buen comienzo!!

~ Escalivada a la llama con pulpo de roca y aceituna negra. Sobre una buena base de escalivada un rico pulpo que se deshacía en boca, tierno y con intenso sabor. Algún brote tierno y cebollino para dar ese punto de sabor y color, junto con una emulsión de aceituna negra con forma de oliva. Espectacular!!

~ Falso rissoto con trompetillas de la muerte y calamar de playa. Bueno, bueno... llegados a este punto aumentaban las sorpresas. Rissoto elaborado a base de curiosos granitos de pasta con potente sabor, trompetillas... pues eso, de la muerte y calamar fresco no, fresquísimo! Todo ello decorado con una pincelada verde de salsa al pesto. Impactante y tremendamente bueno!!

PLATO PRINCIPAL

~ Merluza de pincho con cuscus y sopita suave de ajo. Expectantes e inmersos en este viaje exclusivo "in crescendo" llegó una merluza que nada tiene que ver con lo que nosotros habitualmente comemos como merluza. Cocinada en su punto óptimo, melosa, muy sabrosa y jugosa. La pieza de buen tamaño reposaba sobre una base de cuscus con una sopita de ajo que potenciaba el sabor del conjunto. Excelente materia prima y soberbia combinación de texturas!!

Por poner algún "pero" antes de pasar a los postres no me hubiera importado en absoluto un plato de carne. Creo que es el detalle que hubiera conseguido un menú completamente redondo y además en mi caso quedaba hueco para ello.

POSTRE

~ Torta de pistacho con helado de yogur y sopita de manzanilla. Con una presentación multicolor diciendo "cómeme" encontramos un torta compacta y dulce que nos recordó al mazapán. Sobre ella una suave bola de helado de yogur y todo ello regado con una fina crema de manzanilla. Además en el plato un poco de uva, fresa, hierbabuena y cacao en polvo completando la paleta de colores. Perfecto colofón!!

Junto con el café nos obsequiaron con unos Petit Fours presentados en una original caja de madera con azúcar blanco: galletita de mantequilla y almendra, gominola dulce y ácida y bola de chocolate amargo con corazón de avellana. Pequeñitos pero matones!!

Se nota que disfrutamos, no?

Para beber Fer tomó un par de copas de verdejo, La Tarea 2011 D.O. Rueda y yo continué con la cerveza.

Respecto a todo lo demás, vajilla, copas, cubiertos y demás... de calidad y más que correctos. Mesas muy amplias y bien vestidas en color blanco y con una buena separación entre ellas digna de agradecer.

El servicio, formado por Yvonne y dos compañeros más, correcto, educado, profesional y agradable, con alguna demora en el tramo final de la cena, tal vez por encontrarse el restaurante ya completo.

En resumen, un ambiente agradable y elegante, una materia prima de muy buena calidad, un producto tratado con mucho mimo, una vistosa presentación y una buena RCP en este menú, en mi humilde opinión, al alcance de todos aunque sea una vez en la vida.

  • Falso rissoto con trompetillas de la muerte y calamar de playa

    Falso rissoto con trompetillas de la muerte y calamar de playa

  • Escalivada a la llama con pulpo de roca y aceituna negra

    Escalivada a la llama con pulpo de roca y aceituna negra

  • Salmón curado en casa con verduras

    Salmón curado en casa con verduras

Gran cena en Apicius.
Un menú degustación a 45 euros que me parece tirado de precios cuando se ve los productos de gran calidad usados por el jefe, el trabajo en cocina...
El servicio del vino y en sala con Yvonne profesional pero con ese toque de amabilidad y encanto que procura bien estar. Mucho sitio entre las mesas lo que procura una sensación de intimidad muy agradable.
Cada plato fue un descrubimiento de sabores, mucha delicadeza y mucha elegancia en los platos de Enrique.
Genial! A nosotros nos encanto y hemos pasado una noche fantastica.
Gracias!

Cena de pareja cerca de casa en un local agradable, tranquilo, con un servicio excelente y una cocina con buen producto muy bien resuelta.

Optamos por el menú degustación (Zarakolin), 3 entrantes, principal y postre por 35 € (sin IVA). No es barato, pero la RCP es justa y adecuada.

Hace más de un mes que estuvimos y no recuerdo con precisión los entrantes, pero sí tengo presente que nos gustaron todos, tanto en presentación, como en calidad del producto.

Del principal si me acuerdo, pedimos los dos merluza de pincho con una base de verduras. Excelente producto y en el punto justo.

De postre, textura de chocolates. Perfecto broche a una cena muy agradable.

Respecto al vino, aprovechando que la maître es alemana, nos decidimos disfrutar alguno de los riesling que tenían en carta (más de una docena de referencias). Nos dejamos aconsejar y pedimos un Karl Pffamann por 23 €. Fresco, mineral, que le fue al pescado perfectamente. Una RCP excelente.

Para terminar, le preguntamos por los maltas que tenían, y nos traen un carrito repleto de botellas. Elegimos un Laphroig que nos hizo una sobremesa de lo más agradable. Lo mejor el precio (7 €), lamentablemente en Madrid, en un restaurante de este tipo, por ese precio, te ponen el vaso y los hielos, si quieres que te lo llenen, hay que poner 7 € más.

Restaurante completamente recomendable. Para volver sin duda.

Tomando su nombre del posiblemente primer gastrónomo de la cultura occidental Marcus Gavius Apicius, gourmet y amante de la buena vida y la mejor mesa que vivió durante el reinado de Tiberio en el primer siglo de nuestra era, el restaurante Apicius de Valencia aúna todo aquello que pueda desear quien desee disfrutar de una cocina de calidad en un entorno de discreta pero innegable serena elegancia.

Ubicado cerca del estadio del Valencia, a corta distancia de la zona universitaria y bien comunicado, una pared empapelada de botellas de vino de suelo a techo de los que tan sólo cabría decir que ninguno era malo, ni tan siquiera regular, es la bienvenida que te brinda al cruzar su umbral.
Más adelante, la sensación barroca que te proporcionan sus altísimos techos te transporta a otro tipo de espacio, más sacro o espiritual, que combinados con una estética sutilmente inclinada a lo oriental, con profusión de madera oscura y pantallas de tela, invitan al goce pausado y sin estridencias de una experiencia gastronómica que deja huella.

Las mesas, sobria y elegantemente vestidas de mantelería de hilo blanco, contrastaban con los paneles de madera noble que, junto los que se inspiraban en pantallas japonesas, convertían la sala en una suerte de reservados en los que poder disfrutar de una sensación de intimidad y privacidad sin aislamiento.

Fuimos a probar un menú previamente reservado, el de Calçots de Valls, por lo que no podré hablar de la carta, pero sí podré decir que han sabido sacarle un delicioso jugo a éste, en un principio sencillo alimento, pero que tantas pasiones desata en tierras tarraconenses.

Yo era nueva, nunca los había probado, y esperaba ser sorprendida y seducida con la ilusión de quien se enfrenta a algo que tantas veces le ha sido recomendado.

Tras pedir nuestros ya tradicionales vermouths blancos de aperitivo, Yvonne, Jefa de Sala y mitad del alma de esta aventura, nos ofrece la carta de vinos no sin antes recomendarnos la opción de un cava u otro espumoso rosado como inevitable consorte.

Agradecemos la recomendación pero ni podemos ni queremos evitar la curiosidad por zambullirnos en una nueva carta que demuestra ser interesante, ambiciosa, más que suficientemente variada pero de la que cabe destacar algo por encima de todo lo demás ¡el precio!!!! Nos encontramos con más de cuatro y de seis referencias que estaban a precio de tienda e incluso más baratas si se comparaban a sus hermanas que habitan en espacios especializados de cierta gran superficie o a una gran tienda madrileña. Para muestra un par de botones: - Clío 2009: menos de 35€, Finca el Bosque 2008: menos de 80€…

Comentándolo con ella al final del almuerzo, nos confirma la firme y del todo meritoria determinación de este establecimiento de ser honrados y honestos en todo el producto que ofrecen y no cuadrar la cuenta de resultados a base de engordar artificialmente el precio del vino “… si mi cliente quiere merluza de pincho, tendrá la mejor del mercado pero también la tendrá que pagar. Igualmente pasa con el vino, pagará lo que tenga que pagar por él, no pagará por él lo que no le estoy cobrando por la merluza…”

Tras un repaso exhaustivo de la carta, decidimos finalmente hacer caso de sus recomendaciones y pedimos un Cava Gramona Rosado Pinot Noir que acompañó con elegancia y un sutil punto afrutado, todas y cada una de las caras del calçot que nos fueron presentadas y que a continuación detallo:

• Vichyçots: con Salmón y Aceite de Ñoras: Untuosa, sabrosa y fina crema de calçots, bien contrastada con el taquito de salmón

• Coca de Pulpo y Titaina Ibérica, y Calçot Encurtido: Deliciosa cruce de sabores y texturas; a destacar su original presentación con la coca en forma de galleta, el perfecto punto del pulpo y la suavidad del encurtido.

• Calçots D.O. Valls con Romescu: ¡Mis primeros calçots! No sé si debo juzgarlos al ser primeriza pero puedo decir que disfruté como una enana comiéndolos con las dedos y mojándolos bien en una contundente Romesco ;-)))

Y que no desmereció al lado de:

• Merluza de Pincho Nacional con Berza y Papada: Un único adjetivo ¡PERFECTA! Perfecto el punto de cocción, perfecta la pieza, perfecta la delicada ejecución, posiblemente una de las mejores merluzas que haya tomado en la vida.

• Chocolate en Texturas: Consiguieron seducir a alguien tan poco goloso como yo, sin excesos y jugando con los colores, las intensidades y el tacto en boca.

• Petit Fours: Deliciosa variedad de golosinas (la trufa que falta me la comí yo antes de que Javi sacara la foto ;-))

Aparece de nuevo Yvonne tentándonos con una copa de licor pero yo siento que me ha faltado algo. El cava estaba muy rico pero echaba de menos la caricia de un vino con taninos y fruta roja, con estructura y calor, extrañaba un vino tinto.

Javi no opuso resistencia y le preguntó a Yvonne por la posibilidad de un par de copas del vino que ella eligiera. Con un contundente por supuesto desapareció por la sala para volver a los pocos minutos con una botella que abrió para nosotros: Honoro Vega de Calatayud.

Nos encantó su fruta, su moldeada estructura y fresca acidez. Pedimos más información sobre él y ¡acabáramos! Resulta que era el antiguo y rico Garnacha de Fuego con una imagen ciertamente renovada, aunque me gustaría saber el porqué del nuevo nombre. Menuda coincidencia pues lo habíamos estado buscando por todos lados hacía un par de semanas para la cata de vinos aragoneses que los Enogatos llevamos a cabo el miércoles pasado y de la que os daré cumplida información muy próximamente.

Un último apunte sobre el capítulo de vinos. Yvonne nos recomendó que bebiéramos el cava en copas de vino blanco para poder disfrutar más de sus notas frutales y así lo hicimos, estando de acuerdo con ella en que se apreciaban más nítidamente de esta manera, aunque quizás se evaporaran con mayor rapidez. En cualquier caso es una experiencia que tenemos intención de repetir.

Continuamos la animada charla con Yvonne que nos llevó a tratar de lo humano y lo divino, acabando por el prosaico asunto del transporte público y el ínfimo uso que los valencianos hacen de él ;-)

Fue una bonita y deliciosa experiencia para los sentidos, en un entorno noble y exquisito.

Apuntado en la agenda como uno de los imprescindibles.

Gracias Yvonne y recuerda lo del bonometro-bus cuando vengas a Madrid :D

PD: Las copas del Honoro Vega fueron invitación de la casa

Cena para 10 personas,sábado noche,mesa muy amplia y separada del resto con parabanes.Acordamos un menú degustación de 42 € por persona que constaba de 3 aperitivos,2 entrantes,pescado,carne y postre,luego añadimos quesos porque la cantidad no era escasa pero tampoco abundante y algunos tenían hambre.Los aperitivos bien,la lubina fué lo que menos gustó,era de calidad pero cocinada flojita,la carne exquisita y el postre muy bueno.Tomamos vino tinto y blanco y alguno pidieron copa.

La nota común que tiene este restaurante, las distintas veces que lo he visitado, es el equilibrio entre la seriedad, el rigor y el método, de una parte y la creatividad y la imaginación de otra. Estas notas se personifican en Yvonne y en Enrique; la primera, rigiendo la sala con destreza y el segundo elaborando los platos(pese a su juventud) con maestría.
Es una cocina que auna técnica, en la elaboración, con la frescura, del producto natural, del mercado.
Es cocina fácil, ágil, nada indigesta. No está sujeta a ningún corsé.

Desde que accedes al local, percibes una sensación de bienestar, que aumenta, con el paso del tiempo, y ello, desde mi punto de vista, se debe a la conjunción de distintos factores:

1.- EL LOCAL: Es moderno, limpio de decoración, fácil de movimientos, amplio. Una iluminación nada agresiva permite que te relajes, que disfrutes del momento.

2.- LAS MESAS: De tamaño amplio. Con una holgadísima separación entre ellas, te permitirá mantener tu intimidad, serás el dueño de "tu" conversación, que no se verá perturbada por la mantenida en las mesas vecinas.
Están vestidas de forma, más que notable, en lo que, a mantelería, cubertería y cristalería, se refiere. Estás a gusto, estás cómodo.

3.- EL TIEMPO: La cadencia de presentación y retirada de los platos, roza la perfección. Exactitud germánica, Yvonne está`presente.
La temperatura de los platos la justa; servidos éstos, puedes empezar a comer, están en el punto óptimo para poder apreciar todos sus matices.

4.- EL PERSONAL: Respetuoso, discreto, educado, nada intrusivo, atento en el trato y a la necesidad del comensal (relleno de copas, reposición de panes...), casi didáctico, pues, las explicaciones de Yvonne expresarán, con exactitud, lo que, la elaboración del plato puede transmitir.
Si conocen tus preferencias, puedes tener la seguridad, que, éstas serán satisfechas.

5.- LA PRESENTACION: armonía en la composición y puesta en escena. Todos los componentes, están presentes, no sólo fisicamente sino que transmiten con fidelidad lo que cada uno representa. Ninguno eclipsa al otro. Se complementan, entre sí, hasta lograr el resultado perseguido. El ingrediente principal es lo que es.

6.- EL VINO: Carta de vinos francamente completa, tanto por lo, que, se refiere a denominaciones nacionales, como extranjeras; especial mención merecen, en cuanto a éstas últimas, las de origen alemán. Algunos "joyas" a precios ajustados.
Muy buena relación precio-calidad.
El servicio del mismo, por conocimiento, por técnica, por servcio, por cuidado, EXCEPCIONAL.

Dicho lo cual, paso a exponer, lo que, supuso mi última experiencia:

NATILLA DE CANGREJO CON HUEVAS DE ARENQUE: Cremosidad plena de sabor. El cangrejo está presente en cada bocado, pero de manera fina, elegante. Tras introducirlo en la boca, aparece tímidamente, para permanecer presente hasta que un sorbo de vino limpia la esencia que se ha fijado en tus papilas. Delicado.

SALMON CURADO CON AGUACATE: Juego de dos texturas diferentes; firmeza en el pescado, suficientemente cauterizado, sin perder jugosidad; cremosidad, en el aguacate. Complementarios entre sí, mantienen, cada uno su sabor y personalidad. Plato equilibrado.

CROQUETAS DE BACALAO CON ATASCABURRAS Y TRUFA: Las croquetas se caracterizan por una cremosidad y suavidad difícil de lograr, con este pescado. Se deshacen, casi explotan, en la boca.

BONITO EN ESCABECHE EMULSIONADO DE PERDIZ Y TRUFA: El bonito firme, pero cauterizado por el juego del escabeche. Sabe a lo que es, es decir, bonito. El matiz de la perdiz refuerza el plato. La trufa lo potencia. Agradable.

PICHON DE LOMBERS CON SEPIA DE PLAYA, CONTRASTES VEGETALES Y TRUFA SILVESTRE: Potencia, sabor, fuerza del pichón con un justo punto de cocción que permite apreciar todo su sabor. La sepia con ese matiz dulzón, suaviza el plato. La trufa lo perfuma. Excelente Mar y Montaña. Para repetir una y otra vez. Plato que no quieres que se acabe.

LUBINA DE PLAYA CON GUISO DE GARBANZOS, CALLOS Y TRUFA SILVESTRE: El pescado firme, muy firme. Se nota que la pieza utilizada, es de una gran frescura. Sabor, fuerza que queda resaltado por la compañía de un caldo sabroso, pero equlibrado. Los garbanzos, de una gran mantecosidad. La trufa, perfume en el plato. Digestivo y suculento.

PIÑA GIN-TONIC: Equilibrio entre la frescura de la fruta y la elaboración del Gin-Tonic. Se compenetran. Cumple su cometido: limpia la boca.

PETIT FOURS: Excelentes. Siendo de destacar, un financier de turrón?( a mí, así, me lo pareció), una go,inola cítrica, plena de sabor y una mini-trufa, de chocoalate amargo; ésta última, excelsa.

En resumen, restaurante en constante evolución y mejora, productos naturales. Técnica depurada y cocina sana.
Va a más, a mucho más.
El precio es sin vino.

No suelo repetir comentarios de restaurantes pero desde que hice el último sobre Apicius (aun en la calle Finlandia) no han hecho sino mejorar. La cocina de Quique es un ejemplo perfecto de como mezclar cocina de autor y respeto por el producto de temporada. Yvonne siempre encantadora controla la sala a la perfección, detectando quien desea información o quien quiere más intimidad. Sala elegante, sobría y a la vez acogedora. Mesas de las más amplias de Valencia. Carta de vinos completísima y con algunas joyas fuera de ella que Yvonne te ofrece en cuanto conoce tus gustos.En esta ocasión bebimos un Juan Gil perfecto. Menús de diferentes precios y cantidades. Nosotros escogimos el Zakolin. Queríamos probar su steak tartar y nos lo incluyeron amablemente en el menú (lástima que no llegue a probar ese bogavante de Cullera de 2.7 Kg)Resumiendo, están y estarán en mi top ten particular. Enhorabuena a todo el equipo. Para mí la RCP muy buena con la calidad del producto que manejan
Precio con bebidas

y ya tenía ganas al restaurante regentado por una alemana (Yvonne) y un maño (Enrique). Comida dentro de Valencia cuina oberta. El local que nos gustó mucho, lleno. El menú se componía de :

Aperitivo del chef: Ventresca de salmón con una especie de tzatziki

Entrante: Espencat con carpaccio de presa ibérica.

Plato principal: Arroz marinero con sepia, galeras, merluza de pincho, habitas y alcachofas.

Postre: Texturas de chocolate sobre crema de chocolate blanco acompañado de copa de cava
.
Petit fours con el café.

Sobresaliente el arroz (meloso negro por la tinta de la sepia) y el postre impresionante. Quizás esperaba algo más de elaboración en los entrantes.
El servicio del vino y la atención por parte de Yvonne y su equipo excelente. Tomamos Cullerot (18e) y un Riesling Donnhoff (24e).

Mis amigos que venían de Castellón salieron satisfechos. Yo volveré a probar la carta y esa serie de platos que tiene para compartir(tienen mucho éxito) para conocer más a fondo la cocina de Enrique.

Primera visita, dentro de VCO, en restaurante al que llevábamos tiempo queriendo ir.
Menú igual al del anterior comentario, cerveza, botella de riestling, recomendado por la jefa de sala y gintonic de citadelle incluido en el precio.
Se nota cuando a alguien le gusta su trabajo y te lo transmite, aunque sea en un menú limitado . No quiero pensar como será el menú , porque debe ser impresionante, de hecho no tardaremos en probarlo.
Gracias por hacernos disfrutar en un día que empezó gris y terminó después de cenar, de forma sensacional.

Visita pendiente que tenia tras las últimas reseñas por gente de confianza ( G-M, Paco Higón).

Menú de cena Cuina Oberta:

- Snack de bienvenida: Chupito de Tzatziki con Salmón y huevas ( muy bueno!)
- Primer aperitivo exquisito: Espencat asado sobre la llama sobre Presa ibérica (Demasiado pimiento, si hay que ponerle algún pero!)
- Aperitivo de temporada: Royal de apio, con taquitos de sepia al lado su tinta y contrastes con taquitos de pepino ( para mi, el plato de la noche!!)

- Plato principal: Merluza de roca sobre puré de patata( muy buen plato principal y muy fresca la Merluza)

- Postre: Helado de chocolate y helado melocotón ( bueno, aunque no soy de dulces, la verdad!)

Bebimos:

2 Copas de Riesling alemán ( 4€)

1 botella de Agua

El sitio me gusto mucho, tienen mucha gracia para trabajar la materia prima y conseguir cosas.

Un sitio totalmente recomendable

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