Realmente da gusto ver a gente trabajar con ganas. Con eso la comida me sabe mucho mejor.
Aunque en ocasiones valoración de los reaturantes no coincide con la de la mayoría de los foreros, en esta sí. Muy recomendable.

Dos personas, aunque hay menú degustación, optamos por la carta. Aperitivos exquisitos, entrantes (cigalitas y tataki de atún) buenísimos, así como los platos prinicipales (san pedro y asado). Raciones anormalemente generosas para lo que es habitual en este tipo de restaurante.

Respecto al vino, nos dejamos aconsejar por Ivonne, quien nos recomendó un Ribera del Duero que estaba buenísimo. No recuerdo el nombre. Precio aprox. 21 euros. No envinaron las copas.

De postre no nos convenció ninguno de la carta ya que buscábamos algo más refrescante. Sin problemas, nos prepararon uno ad hoc realmente bueno.

Lo dicho recomendable, si bien revisaría un poco los precios. En época de crisis se hace defícil aguantar tales rejones.

2 cigalitas (muy bueno), 1 jamon iberico (lamentablemente corte a máquina.. pero buena materia prima), 2 lomos bajos buey (muy bueno), 2 postres chocolate blanco (bueno), 2 cafés, 2 cervesitas, agua y un Mauro (buenissimo) y para digerir bien un Gin T.
Trato muy bueno, charla con Yvonne y Enrique de casi una hora (pobres...)
Restaurante estilo moderno y acojedor. Volveré.

Una noche de agosto entre semana concretamente un martes baje a Valencia por cuestiones de trabajo, aproveche para cenar en Apicius;esta vez nos decidimos por el menú "Tapeo". El menú consistía en cinco tapas : gazpacho con langostino, berberechos exquisitos,carpaccio de buey,albóndigas de bacalao con escalibada y croquetas de cocido. Todo esto muy bien presentado. la verdad es que no note las diferencia entre el comedor principal y el tapeo pues todo es de la misma calidad así como el servicio
Cuatro cervezas un postre y dos infusiones.Nuevamente quedamos en la relación calidad precio muy satisfechos.

Sabado medio dia comida en este restaurante eramos 4 personas dejamos que Enrique nos hiciera un menu y que Ivonne nos llevara los vinos la verdad que es un restaurante que no falla.Mejillones con horchata y esparragos y pomelo refrescante,carpaccio de buey con sorbete de parmesano piñones y manzana perfecto,arroz de pulpo con robellones muy sabroso y buen punto del arroz y para terminar una exquisita carrillera que se desacia en la boca,los postres muy buenos la sopa de chocolate blanco refrescante y el brownie de chocolate sin palabras.
Resultado GENIAL..Buen equipo de este restaurante con Ivonne y Enrique como capitanes.

El dia 15 de este mes fuimos mi marido y yo a celebrar nuetro 15 aniversario de boda cenando en Apicius. Todo nos parecio perfecto,tanto los menus uno de pescado y otro de carne,como el cava un brut nature valenciano.A las infusiones nos invitaron.
El trato de Yvonne y la naturalidad de Enrique nos encantaron. Volveremos.

Local ecléctico, funcional, cómodo y cálido.
Orientación total al cliente. Desde que entras te intentan agradar. Ya en la barra nos obsequiaron con una tapita creativa de jamón y queso. Nos sentamos y nos sacaron otro aperitivo, con los licores petit fours y con la cuenta un detallito de una muestra de perfume.
Cocina de autor de gran altura. Tomamos dos medios platos como entradas y de principal una logradísima Ventresca presentada como en grandes dados, en su punto, y distraída con un puré de pimientos y tomate confitado.
De entre los entrantes tengo que hacer mención especial de uno de los mejores platos que he tomado ultimamente: Carpaccio de Presa Ibérica con Helado de Parmesano y Aceite de Trufa Blanca. Una conjunción de locura.
Carta de vinos compensada, internacional y atractiva, con fotografías de cada referencia. El servicio del vino, soberbio, no falta un detalle en el mismo.
Ese binomio maño/germánico que forman Enrique en los fogones e Ivonne en la sala, va a dar mucho que hablar. Se merecen el éxito.

La cocina de Enrique Medina viene cargada del atrevimiento y de las ganas de su juventud, pero conjuntada con una experiencia acreditada en grandes restaurantes. Trabaja con materias primas de alta calidad, y como resultado encontraremos unos platos de una gran ejecución. Menú degustación completo de 54€ con un aperitivo, dos primeros, carne, pescado, prepostre y postre. Excelentes todos ellos, desde los berberechos con horchata, pasando por el san pedro, o por la carrillera de ibérico que era una auténtica delicia. En la sala Ivonne es garantía de elegancia en el servicio. Muy atenta, muy predispuesta a agradar y a participar siempre que se le permite. Envinado de copas y decantador. Carta de vino corta pero a precios interesantes. Optamos por el Clos Mogador 2004 que estaba perfecto. Destacable también el pan, así como, la posibilidad de repetir cuantas veces se quiera sin que ello repercuta en la factura. El fallo lo encuentro en el local. El espiritú del local debe transmitir la juventud de sus propietarios, y esto hoy por hoy aún no ha sido posible. Interesante conversación con Enrique e Ivonne al final de la noche. Muchas felicidades. Volveremos a verlos.
El precio por persona incluye dos copas de albariño al principio de la cena, y dos copas de champagne al final de la misma.

Casi enfrente del Aferro, en esta calle al lado de la Avenida de Aragón se está creando un núcleo gastronómico muy interesante. Optamos por quedarnos en la zona de entrada más informal, supuestamente de tapeo, que han inaugurado recientemente. Y digo supuestamente porque las "raciones" son platos de alta cocina muy bien presentados. Pedimos berberechos, tataki de atún, croquetas de bacalao y mollejas de ternera. De postre, brownie de chocolate. Todos los platos con muy buena materia prima y excelente técnica de ejecución. Se nota que el cocinero, Enrique Medina, se ha formado en buenos restaurantes (Hacienda Benazuza, La Sucursal, etc.). El servicio de sala está a cargo de Yvonne, muy amable y profesional. Buenas copas pero la carta de vinos es muy corta en espumosos y blancos. Para este tipo de cocina es fundamental contar con más oferta en estos dos apartados. Optamos por un albariño Fillaboa 2006 (22,50€).

El problema que le veo es que esta zona de "tapas" apenas se diferencia de la parte de dentro y para el precio final que te sale (45 euros por persona en nuestro caso) me imagino que compensa más comer el menú degustación dentro. Creo que tendrían que hacer una apuesta más popular en platos y precios para atraer a la gente que busca buena cocina pero a precios más comedidos (no siempre tienes ganas o bolsillo para tomarte un menú degustación). Y buena prueba de ello es que el Aferro, con una oferta más popular, esta siempre lleno y este restaurante no. En los tiempos que corren cada vez se mira más la calidad-precio. Volveremos en otra ocasión para probar el menú degustación.

Estuvimos cenado y fue una experiencia muy agradable. El trato de Yvonne es exquisito y tanto ella como Enrique Medina salieron a despedirnos. Optamos por el menú corto (42 euros creo recordar)con unos platos muy elaborados (la carrillera excelente). La carta de vinos bastante bien, con precios comedidos y con un cuidado del vino excelente. La decoración excesivamente funcional, creo que la misma que el Oscargastrovi que ocupaba el local anteriormente. Nos informaron de su intención de reformarlo y mejorar el estilo del local. La relación calidad precio justita. Dos menús cortos+vino (Viña San Román excelente)+2 copas de Tokaj 145 euros. Lo preocupante es que estabamos solos en el local, un Jueves de Junio con el resto de locales de la zona llenos. Espero que nuestras aportaciones sirvan para dar a conocer el restaurante, que se lo merece. Repetiremos seguro.

Decoración correcta en colores cálidos, sencilla, cómoda y funcional. Cava de vinos acristalada con viejos conocidos en los estantes exteriores.
El restaurante ofrece dos opciones, una de tapas en la sala exterior del local, y una de platos más elaborados en una zona interior del mismo. Optamos por la segunda opción y por el menú degustación. Sería difícil decir qué nos gustó más, excelente el aperitivo, un crema de foie con gelatina de trompetillas de la muerte y melón (exquisito e innovador, para los que ya estamos cansados del foie con mermelada), el pescado excelente, la carne perfecta en elaboración y fusión de sabores, los postres exquisitos (aun tengo en la boca el sabor de esa gominola de azafrán)... Todo, absolutamente todo estuvo excelente: puntos de cocción, presentación del plato, equilibrio de sabores, etc.
La carta de vinos es correcta con una muy grave carencia en el apartado de espumosos. Optamos por un Riesling que maridó perfectamente con el menú. El servicio siempre atento, sin faltar en un solo momento el vino en la copa. Cristalería a la altura de las circunstancias.

Sin lugar a dudas, una de las mejores experiencias gastronómicas del año.