Restaurante Enópata - CERRADO en Valencia
Restaurante Enópata - CERRADO
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
38,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
82 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
9.4
Comida COMIDA
7.3
Precio medio entorno ENTORNO
8.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.6
Quesos
Solomillo de atun rojo.
Sala.
El comedor
Opiniones de Enópata - CERRADO
OPINIONES
42

Restaurante extraordinario en todas sus variantes empezando por la excelente atención y recomendación en la barra, hasta la finalización de la estancia, cuidando todos los detalles con el máximo esmero.

Local bonito y decorado con gusto, muy comodo y amplio donde te sientes como en tu propia casa; entre otras cosas por la buena acogida que te dispensan y por las atenciones constantes por parte del servicio muy profesional y en especial por Juan Ferrer donde te aconseja en todo momento lo más idóneo, y te explica a la perfección desde el origen hasta la mesa, la elaboración y el tratamiento de los caldos elegidos.
Nos indico Juan que en el restaurante disponen de unas 800 referencias de vinos, pero que igualmente tienen abierto en la calle Cuenca otro local con 2.500 referencias aproximadamente.
Considero el lugar idóneo para todos los amantes de los buenos vinos, y para aquellos que visiten nuestra ciudad, no pueden dejar escapar la ocasión de visitarlo. Pero no solamente por su elemento estrella que indudablemente son los buenos caldos, si no porque además dispone de una más que notable cocina y con muy buenas materias primas.
Nos ubicaron en el comedor del fondo ya que eramos un número elevado de personas, y tras los entrantes a base de tomate valenciano con ventresca y un ajoarriero realmente extraordinario y muy fino acompañado con nueves y trufa, pudimos degustar un fantastico y bien elaborado arroz con pollo de corral en su justo punto de cocción, para seguir con un extraordinario rabo de toro.
Para los postres elegimos un combinado de frutas y browny.
Tanto la vajilla, cuberteria como cristaleria acorde al resto del local.
Tomamos al menos cuatro tipos de vinos diferentes, y como no podia ser de otra manera, cambio de copas con cada uno de ellos.
Tal y como he indicado anteriormente, todo el personal muy profesional y atento.
Personalmente solo lamentar el no haber conocido antes éste fantastico restaurante, el cual y sin lugar a dudas pronto volvere.
No solo recomendado ya que lo considero de obligada visita.

Restaurante amplio, cómodo, mesas amplias, bonita decoración siempre en torno al vino. Cocina de mercado con buenas materias primas, sin muchas pretensiones en su elaboración, aquí la estrella es el vino. Buena cristaleria, y cuberteria. Destacable servicio, atento y servicial. Optamos por un tomate valenciano con ventresca (16,82€) correcto, que acompañamos con un Morey-Coffinet Pucelles 2005(8,83), seguimos con unos pimientos del piquillo rellenos de crema de setas (9,35€)muy buenos, que regamos con un excelente Clos Dominic Selección Miriam 2006 (7,74€). Magnifico vino, no nos quedo otra alternativa que repetir. De plato principal, un rodaballo salvaje a la plancha con verduras, correcto, y un solomillo de buey, demasiado hecho a pesar de haberlo pedido al punto menos, pero muy sabroso. En esta ocasión los acompañamos con un Luditte (7,29€), un syrah sudafricano con unos aromas muy particulares y curiosos, excelente. Terminamos con cafés (1,78€) y un gin-tonic (12,15€) de Martins Millers con Q Tonic.
Los precios indicados son sin IVA y en el caso de los vinos, precio por copa.

Tras comer el viernes de la semana anterior, lleve el sabado a mi mujer y unos amigos a que conocieran el local, siendo muy de su agrado, por lo que reservamos mesa el sabado 1-11-2008 para celebrar en esta casa el cumpleaños de mi mujer. Previamente, Juan, siempre atento y via mail, nos sugirio algunos platos, confeccionando un menu con tres entrantes, plato principal a elegir, quesos y postre. Sobre el local (decoracion, copas, cuberteria, etc) me remito a las opiniones anteriores. Un lujo. Ya en mesa, lo unico negativo fue el ritmo inconstante del servicio, apresurado al principio, y luego lento al rellenar las copas de vino. Esta claro que Juan no puede estar en todas partes, pero el personal debe tener mas iniciativa, siendo impensable demandar tres veces una copa de vino. En cuanto a la cena en si, ajo arriero con trufa (excelente, de textura y de sabor) regado con Andre Clouet Milles (5´75 euros copa), un champagne con recorrido enorme, surtido de ibericos (lomo, chorizo, salchichon y jamon, todo rico) continuando con el champagne y acabando con el George Vernay Coteau du Vernon, un blanco que por si solo justifica una vida y tomate de El Perello con cogote de bonito (como el de la abuela, grande) continuando con el blanco. Los platos principales tuvieron zonas grises, en especial por lo poco acertado del Magret de pato, excesivamente seco e insulso. Fantasticos el rabo de toro, la carrillera al oporto y los solomillos de buey, y solo pasable el centro de lomo especial, manifiestamente mejorable en cuanto al corte y el tiempo en plancha. Ojito a los vinos que nos cascamos con la carne y los quesos. Volnay Les Santenots 2005 (9´11 euros copa), dos botellas de Clos Mogador 2001 (61´17 euros botella) y Clos Dominic Seleccio Miriam (7´74 euros copa). El primero, un tinto de Meursault puro terciopelo, luego la joya del Priorato y para acabar el ya comentado Dominic, otra maravilla. Con los postres, tarta de calabaza y browny, no sé si algo mas, bebimos Ogereuau Bonnes 2005 (6´17 euros copa), Bablut 1997 (8´50 euros copa) y La Bota PX Montilla (6´31 euros copa), quedandome con este ultimo, puto chocolate. Luego gin-tonic y un whisky, menos dos resistentes al vino, que seguimos con el Clos Dominic. Juan siempre divertido, ocurrente y enciclopedico en su conocimiento del vino, aunque califique algunos de lejia!!! Una velada unica e inolvidable. Viva el vino!

Local con buena decoracion, adecuada separacion de mesas y ambiente agradable y acogedor. bajo mi punto de vista , mas que un restaurante es un lugar de culto al vino en el que se puede acompañar las catas con una comida correcta. La cocina esta basada en la sencillez y en la bondad de la materia prima. Tomamos foie (bueno) y calamares de playa (excelentes) como entrantes. De segundo entrecot de buey (correcto).Luego buena tabla de quesoscon innovaciones y quesos desconocidos (sobre todo asturianos) pero muy buenos. Buenos postres (Tiramisu y Mousse de chocolate blanco). No se debe de pedir ni platos innovadores ni conjuncion de sabores . Es cocina, como digo simple, con una buena (en ocasiones excelente materia prima). Muy buenos cafes y correctos Gin Tonics
Servicio de sala atento y amable.
El apartado estrella es , sin ninguna duda, el vino. Es un local montado por y para él. Creo que aqui se debe de venir a disfrutar del hecho de poder probar muchas referencias de vinos por copas con precios de todo tipo. La carta de vinos es muy amplia y , para mi, lo mejor es dejarse a consejar por Juan y que él te enseñe sus tesoros. Es absolutamente de fiar, no sólo por sus enormes conocimientos enologicos, sino porque además no te va a vender el vino mas caro. Dejarse llevar por él nos dio muy buen resultado y probamos verdaderas joyas. Sus vinos son en una mayoria monovarietales y basados en el terruño. Considero que hacia falta un lugar asi en Valencia para que, los que disfrutamos con este tema, podamos ir a probar vinos por copas sin necesidad de tener que tomar botellas completas. Esto te permite poder probar a la vez diferentes vinos, comparar , debatir y aprender.
En definitiva templo del vino con sumo sacerdote incluido y que la comida hace su papel de comparsa con dignidad y honradez.
El precio es sin vinos, solo comida

Me comenta un amigo el lunes que han abierto un local de especial culto al vino en el centro de Valencia. No le doy mucho credito hasta que empieza a reenviarme las preguntas y respuestas de la web del restaurante, y la curiosidad crece, hasta que el viernes fuimos a comer... Y menuda comida! El restaurante es encantador, decoracion en madera, las mesas justas, espaciadas, cómodas, y dispone de una barra enorme para tomar una copa y picar algo. El perosnal muy atento, y el capo, Juan Ferrer, agradable y dichararero. En la mesa pan y aceite de oliva virgen más una sal especial estilo "Maldon". Nos enfrentamos a la carta sin saber bien cómo apañarnoslas. 750 vinos que puedes tomar por copas, ¡¡¡entre los 3 y 1.000 euros!!! Finalmente, optamos por el menu del dia (30 euros) con algunos añadidos, y dejamos que Juan sirva el vino que le plazca dentro de la categoria "enopata", o sea, unos 8 euros por copa. La fiesta se inicia con un tomate de El Perello con ventresca de atun (10 €), regado con champagne Andre Clouet Milles 2000 (5´75 € la copa), bestial. Seguimos, ya dentro del menu, con una seleccion de ibericos (lomo, jamon, salchichon y chorizo) puro sabor, acompañada de una manzanilla la Bota (4´61 € la copa), bueno, incluos para los no aficionados a esta vino. Despues cazon frito y gazpacho marinero de mero y gambas, regado, atencion, con George Vernay Coteau du Vernon (10´41 euros la copa). Diossssssssssss, que vinazo, un blanco aromatico, esencia de flores, violetas, labanda, larrrrrrrrrrrrrrrrgo. Por unanimidad, el mejor vino blanco que hemos probado en nuestra vida. Carro de quesos (14´02 euros) con leche cruda todos, mencion especial con el asturiano de hojas y el de cabra envuelto en ceniza, regado con Clos Dominic Seleccio Miriam 06, del Priorato, una vinazo del nadie diria que que tiene 15´9 grados. Arminia pura. De postre, tarta de calabaza con helado de leche merengada con Straw wine 2001 (5´21 euros la copa), y brownie con helado de vainilla regado con La Bota de Pedro Ximenez, mas de 100 años de barrica (6´31 euros la copa). En sintesis, un restaurante muy recomendable. El crital de las copas, una pasada. Juan Ferrer, un iluminado del vino, algo dogmatico pero muy divertido. Todo por 244´55 euros, algo más de 81 euros por barba. Un must.

Menudos vinazos y menuda carta enciclopedica...
He ido dos veces en la misma semana.Genial el champagne(no recuerdo el nombre) y genial el tinto Clos Dominic selección Miriam.
Repetiremos.

Animado por los comentarios anteriores me acerqué a degustar un vino.
Me siento en la barra y pido un vino.
-¿que clase de vino le apetece tomar?.
- ¡Pues un tinto!
A continuación , me traen una lista de vinos enciclopédica.
- ¡Disculpe pero yo solo deseo tomar una copa!
- ¡Claro, solo tiene que elegirla de la lista!.

¡CIENTO SETENTA VINOS! para elegir por copas, pero nada de vinos sencillos, que también los hay, sino vinazos,champagnes, Rieslings,Tokajs, oportos, rodanos , etc. Lo máximo que yo habia visto eran unas 20 referencias y más bién de vinos de gama media.

Bueno yo me encontraba perplejo ante tal situación, no daba crédito a lo que veían mis ojos y oían mis oidos, elegir una copa de champagane entre tropecientas mil referencias, o una copa de un vintage de oporto, nada de LBV, ¡vintage!..
En resumen un local digno del centro de Manhatan.
A todo esto debo de añadir que Juan Ferrer estaba allí,no se si estará todos los dias , pero vamos es una suerte .
Desde aquí no me queda mas que aplaudir esta nueva propuesta de Juan Ferrer en Valencia y desearle éxito y triunfo porque el UN LUJAZO, para los Valencianos tener un local de estas caracteristicas "en provincias".

Impresionante el local de Juan Ferrer. Todo enfocado al disfrute de los sentidos, sin duda alguna un auténtico lujo tener un restaurante así en Valencia.
A la hora de disfrutar los vinos, con total amabilidad te aconsejan con dependencia del grado de conocimiento del mundo del vino.
En nuestro caso, destacó sobretodo el Bablut 1997, increíble vino elaborado con Chenin Blanc.
Las copas magníficas, diseñadas por el mismo Juan Ferrer para cada tipo de vino.
La comida tampoco desentona, y el diseño del local lo hace funcional y acojedor.

Muy recomendable.

De momento solo visitado en la barra, cuando vuelva a cenar comentaré mas.

De todas formas, me parece un tipo de local que debería estar presente en todas las ciudades. Se puede beber por copas cualquier cosa de la lista, los precios son bastante adecuados (precio tienda +10€, cueste lo que cueste la botella). La lista de vinos, muy interesante, sobretodo en el apartado champagnes.
Debo destacar el apartado barra. Porque es donde suelen fallar otros locales similares. En este caso es amplia y cómoda, se puede cenar perfectamente en ella o simplemente tomar un champancito.
Apenas comimos un par de cosas, pero estaban deliciosas. Las vieiras muy buenas y una ensalada de tomates (con sabor a tomate) y atun.
Las copas... son las diseñadas por el propio Juan Ferrer. Hay algunas muy interesantes, la de borgoña que usamos me gustó. Pero ojo si tienes la nariz grande (mi caso) porque hay algún modelo no apto.
Lo dicho, un sitio muy interesante para todo enochalado. No pongo lo que pagamos, porque fue prácticamente vino y eso ya depende de cada uno. La comida, de todos modos, tiene unos precios razonables.

  • El comedor

    El comedor

Delicatessen-Winebar-Restaurant.
Sofisticado local, cálido, con dos salas separadas por estanterías/librería, decorado con amarillos y marrones, bien iluminado por lamparas de diversos estilos. Espacioso y cómodo.
"La vida es demasiado corta para desperdiciarla bebiendo malos vinos". Esta leyenda, pintada en la pared principal de la sala, sintetiza bien el concepto en el que se mueve el equipo de sumilleres que capitanea Juan Ferrer.
Cocina de mercado con platos que incorporan recetas tradicionales y otros con toques atrevidos. Excepcionales tablas de quesos y de curados. Bien el rabo de toro y las vieiras...
Pero aquí no hemos venido a hablar de comida, aunque no desmerece. ¿Cómo hablar de comida cuando te encuentras con la posibilidad de degustar cientos de los mejores vinos del mundo por copas?. Los dividen en una curiosa clasificación ligada a un precio, que va desde "aficionado" (5€/copa), pasando por otros niveles varios como "enópatanegra" (30€/copa), hasta llegar a "míticos" (más de 100€/copa). Impresionante. Uno se ve desbordado ante tal oferta de caldos y ha de entregarse a la sabiduría de los sumilleres marcándoles más o menos un tope. Y responden, y de qué manera.
Comenzamos por tres champagnes diferentes in crescendo, continuamos con un Pinot Noir borgoñés espectacular, seguimos con un soberbio Syrah del Ródano y cerramos con un Oporto de locura.
La carta de vinos, en continua renovación, sigue el criterio del terroir y de la originalidad geográfica. Esto es, con honrosas excepciones, no encontrarás un Syrah que no sea del Ródano, un Pinot Noir que no sea de la Borgoña... Tienes Garnachas aragonesas y catalanas, Tempranillos manchegos y referencias de cualquier país, pero en coherencia con su concepto, se centran en Francia.
El servicio del vino es, no podía ser de otra manera, extraordinario. La cristalería, Rona, con una original variedad de copas diseñadas todas ellas por el propio Juan Ferrer.
Como dijo un amigo mío, "esto es un sueño hecho realidad para los amantes del vino valencianos, poderte tomar una copita de cualquiera de los mejores vinos del mundo sin necesidad de comprar la botella..."

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