Restaurante Asador Monte Mayor en Manises
Restaurante Asador Monte Mayor
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
39 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.5
Comida COMIDA
7.1
Precio medio entorno ENTORNO
6.2
RCP CALIDAD-PRECIO
6.7
calçots
alcachofas
caracoles
pan y salsa
carne
postre
Opiniones de Asador Monte Mayor
OPINIONES
22

Cambios tras el Covid, no solo en los camareros, sino un ambiente más tranquilo, menos mesas y sobre todo que ya no hay calçotada sino que los calçots son un entrante más de los muchos, pero que muchos que hay en la carta. Sigue teniendo buenas carnes y brasas con parte principal de su oferta junto a unos pocos pescados y arroces, sin olvidar la presencia de postres.

En el exterior también hay algunos cambios con una terraza cubierta que se ha comido parte del aparcamiento (aún hay de sobra para entre semana) y que parece que pueda utilizarse en almuerzos o coctail o similares. Las mesas interiores que dan a la cristalera tienen unas vistas muy disfrutables y es bueno intentar conseguirla al reservar.

En la carta de vinos actual hay muchas posibilidades pero todas de precio muy subido (x2-3 su pvp) especialmente los más baratos. El servicio del vino pedido, Luna Beberide 2020, (18€) fue básico sin pasar del primer servicio y sin dar a catar primero. Una botella de agua sin gas grande completó la parte líquida.

Dos para comer, con aceptación de la propuesta de pan tostado, mejorable, con buen tomate rallado y buen alioli, tomamos:

. teja y media de calçots: con 25 y 12 unidades respectivamente, de buen tamaño, muy calientes sin demasiado restos de quemado, de buen tamaño de media. Siguen siendo de producción propia en la cercanía y se nota por estar muy tiernos (recien cogidos). Acertada recomendación de la cantidad por parte de la sala y muy buena y sin límite la salsa romescu. Muy recomendable.

. caracoles al estilo de la señora Amparín: unas 20 unidades de tamaño XL, sacados, limpiados, y reintroducidos en su cáscara con una salsa de perejil y leve alioli, y horneados con aceite y sal. Muy recomendables.

. alcachofas a la brasa x 6: de tamaño XXL: bien hechas, necesitaban de aceite y sal extra que pedimos y fue un buen AOVE Olé Oleo una mezcla de 3 aceitunas interesante.

. chuleta de vaca selección Vacum a la brasa para los dos: un leve paso por brasa y traída para acabar de preparar al gusto sobre una plancha calentada por unas brasas en la mesa. Algo de humo pero buen resultado aunque la carne estaba algo fibrosa salvo los cortes centrales. Mejor otras opciones. Acompañan unas buenas patatas fritas en mesura como extra (3€); lamentable.

. Flipendo: un postre hecho con un buen hojaldre con crema pastelera y helado de vainilla sobre el que se pone abundante chocolate caliente. Lo ves y piensa en el tapper pero la verdad es que estaba en buen punto de dulce todo y el chocolate más bien amargo. Recomendable.

. un café y un cremaet aprobable pusieron fin a la fiesta.

¿El precio? Pues como todos (o casi) en época postCovid, una subida del 10-20% y a recuperar.

  • calçots

    calçots

  • alcachofas

    alcachofas

  • caracoles

    caracoles

  • pan y salsa

    pan y salsa

  • carne

    carne

  • postre

    postre

Nueva visita con motivo de celebración familiar. Mesa redonda para 8 (+ trona infantil) junto a la cristalera según solicitud, con todas las facilidades para carro infantil y para la celebración de aniversario. Con motivo de las fallas, el comedor no se llenó al completo aunque los vecinos asiáticos del polígono cercano son asiduos y buenos clientes.

Ocho para comer. Cinco para calçotada completa, ya descrita en sus pasos sucesivos desde el fuet a las naranjas pasando por el "Potet" de postre sin olvidar el pan tostado, tomate , ajos, aceite Camino de Aníbal y en esta ocasión nos tocó la botella verde el Ecológico (mayoritario de arbequina 90%, hojiblanca 10%). Además y para los otros tres comensales:

. arroz negro para dos (conviene encargarlo previamente porque así se recomienda, pero como era pronto, nos aceptaron la opción. Abundante ración y bien de sabor según referencias.

. entrecotte con patatas fritas: tamaño medio, abundantes patatas (con forma de letras) en presentación vintage, pero buena calidad de la carne.

. teja de calçots + 4 alcachofas a la brasa x 4. Bien los calçots (incorporados al resto) y las alcachofas ya en retirada de temporada.

. plato de patatas fritas: básicas sin más.

. fresas con nata: amplia ración de fresones y buena nata.

. flan casero: buen tamaño y bien elaborado.

. nísperos rellenos de turrón de Jijona con crema quemada y helada: intenso de dulce ya que el níspero es en almibar y se nota a faltar esa acidez complementaria.

Para beber 5 cervezas iniciales Amstel, Heineken, Ahambra), 5 de agua sin gas grande de Lanjarón. Un vino blanco alsaciano de gewürztraminer Léon Beyer 2015, a buena temperatura, dado a catar y primer servicio. Además de los consiguientes cafés corectos sin más. Por cortesía de la casa un orujo para la tarta especial que nos prepararon para el aniversario: chocolate y violeta sobre un correcto bizcocho algo embebido de licor, quedando amplias raciones; sus velas y decoración bien resueltas.

Servicio siempre amable y eficaz aunque hubo algún despiste en cocina que retrasó los postres en exceso. Muy importante las obras relativamente recientes que permiten facilidad de acceso con un amplio ascensor, cada vez más utilizado por carros de niños y carros de ancianos. Desde el comedor, un paisaje de la ciudad de Valencia, las pocas zonas de pinos que quedan y los aviones aterrizando en Manises en un día casi veraniego.

 

Cita anual con esa calçotada sin tener que hacer kilómetros y que según refieren ya con producción propia. Cambios a la entrada para facilitar accesos. Lo que no cambia es la asistencia masiva, estando todo lleno (y eso que cabe mucha gente) con alta presencia de camareros en sala y una eficiente estrategia de servicio de calçots en la sala con una persona dedicada a emplatar (en realidad, entejar) de forma continuada, ya que mayoritariamente la gente está por los calçots con o sin menú completo.

Cuatro para comer a menú completo de calçotada que ha tenido algunos cambios. Lo tomado:

. fuet entero, medios tomates, ajos y aceite de hojiblanca de Camino de Anibal (otras mesas, la misma marca pero de otras aceitunas) más un ajoaceite de membrillo demasiado dulce para acompañar la carne. Buen pan tostado (poco tostado).

. calçots de tamaño medio, perfectamente hechos (tendencia a menos) servidos en tejas en amplia ración; bien de sabor y bien complementados con una ligera salsa romescu. Pudimos sólo con 4 tejas lo que nos confirma que vamos a menos o que tenemos más conocimiento, sabiendo lo que viene a continuación.

. berenjena, cebolla morada y pimientos al horno: algo pasada la cebolla de fuego. Muy corectos.

. lingote de ternera guisada con algunos garbanzos: un extra sobre el año anterior que nos sorprendió. Correcta pero excesiva, pues sería un segundo plato en cualquier restaurante. Ha sustituido a las clásicas mongetes y es una pena porque las legumbres mezclan bien con las grasas.

. plato de carnes y embutidos con un buen trozo de magro de cerdo a la brasa en sustitución de las clásicas chuletas, una longaniza y una morcilla por persona con una buena alcachofa, todo ello a la brasa y en perfecto punto

. cajón de naranjas y mandarinas ya en buen punto de dulzor

. postre con cambio: se queda fuera la crema catalana (¿será por el conflicto catalán?) y se sustituye por un "El Potet" que consiste en un bote de buen tamaño (más de 2 yogurts) con bizcocho borracho, nata, guirlache de almendras y nueces con crema.  Se acaba de preparar en la sala (no en la mesa) con soplete que calienta la superficie y se cierra la tapa. Tan contundente como suena. Un exceso.

Para beber y eligiendo, como no, un fallo de la carta de vinos, plastificada que no ha cambiado, nos quedamos al final con La Garnacha de Mustiguillo que aguantó toda la comida. Previamente un par de vermuts blancos que no nos identificaron, y un par de cervezas (Marzen y 1925) más una de agua grande sin gas.

Unos cafés finales básicos más unos chupitos de orujo de hierbas por cortesía de la casa. No ha mejorado en calidad (el cambio de chuletas por magro, es a peor), pero apuesta por la cantidad y cambiar por cambiar lo que no siempre es acertar. Se hace necesaria una siesta reparadora.

Entre semana y por la noche la cosa cambia. Comedor vacío con nuestra única mesa, aparte de un comedor privado ocupado por un grupo.

Reunión de grupo de "leñadores" y algunos más hasta un total de 9 para cenar aunque solo 8 fuimos por el menú d calçots mientras que el disidente se acopló a plato de jamón y un buen solomillo de buena carne, con buen punto de plancha y un buen tamaño. con plato de patatas fritas.

El menú de calçots fue el descrito en el comentario anterior reciente, sin ningún cambio ni en los productos ni en el servicio ni en las sensaciones. LOs cambios fueron:

. arranque con un vermut casero servido con su rodaja de naranja, bueno y agradable. Otros optaron por cervezas (1906) e incluso zumo de tomate.

. las aguas fueron Cabreiroa tanto con gas (magma) como sin gas.

. el aceite fue Camino de Anibal y en este caso la versión de aceituna hojiblanca, muy recomendable cualqwuier aceite de esta premiada serie.

. los vinos tomados: 2 x Recaredo brut gran reserva y 1 x Almirez 2015.

El servicio en sala fue, curiosamente más despistado teniendo que reclamarse en varias ocasiones algunas demandas a pesar de que éramos la única mesa. Quizás , como en los partidos sin tensión, los despistes son mayores.

Una agradable velada que periódicamente repetimos en recuerdo de aquel grupo y su viaje a Canadá y los buenos recuerdos que nos dejó.

 

Temporada de calçots y en estas fechas, en medio de la temporada, buenos momentos para tomar calçots y además sin hacer kilómetros.

Local lleno hasta la bandera y por la mañana nos avisan que salimos del banquillo para ser titulares (una anulación nos permite tener mesa).

No insistiré en las condiciones del local, carta de vinos y comidas ya que no hay cambios, Solo marcar algunos cambios o nuevas sensaciones:

. calçots más blancos, más jugosos y con más fuerza en la raiz (parte baja de la pieza) necesitando cuchillo en los más grandes. Cayeron 3 tejas y media.

. romescu muy bueno con sensaciones de trozos de almendras y mejor de lo que recordaba

. muy importante mejora en el aceite: desaprecen esas aceiteras ilegales y tenemos un muy buen aceite Camino de Anibal y en nuestro caso de arbequina

. fuet que pasa de ser el típico tipo Espetec, a ser una salchichón redondo, más tipo morcillón, muy bueno de sabor, algo tierno.

. traen un extra de verduras con cebolla, berenjenas y pimiento rojo buenos

. no hay alubias que acompañen las chuletas. Por cierto la carne en menor cuantía de chuletas y sin panceta,  en general algo peor de lo que la recordaba

. mejorado el servicio en sala del  vino: de hecho había una copa diferente en la mesa y antes de sevir el vino, la han cambiado y además han mejorado notablemente. Vino servido a buena temperatura. Lo tomado: Finca Las Caraballas 2015 (19€) y Agustí Torelló brut reserva 2013 (18€), además de un agua de litro (2€). También ha desaparecido la recomendación de botella de vino en la mesa.

. la fruta (naranja y mandarinas) servidas en pequeño cajón de madera para dar un aire más auténtico. Lo malo es que las mandarinas eran de fea apariencia, como de las descartadas para comercializar; mucho mejor las naranjas..

. no cambiaron el mantel después de los calçots aunque recogieron las migas, restos de brasas, etc.. pero evidentemente no las manchas

. ante la solicitud de cambiar el postre (crema catlana/tostada) se aceptó sin  problemas y se sirvió una buena ración de helado de turrón.

. el precio de la calçotada ha subido un euro (29.50€)

Rematamos con buenos cafés con hielo y los chupitos por cortesía de la casa fueron de orujo de hierbas sin posibilidad de elección aunque tampoco lo solicitamos.

Un sitio que merece conocerse aunque no te gusten los calçots, pùes vimos pasar paellas, arroz al horno, cordero, cochinillo, carnes en plancha en la mesa....Los cuatro nos planteamos conocer algo más de la carta aunque sea fuera de temporada de calçots.

 

Lugar de referencia en calçots cercana a Valencia, de calçots de cultivo privado y que pronto llevarán cerca del cauce del Turia que incluso permitirá visita al campo y luego a comer el producto.

Local ya descrito, a reventar de gente en comidas y cenas en estos dias especialmente, que ofrece como atractivo el menú de calçotada (28.50€) pero que no hay que olvidar la opción de chuleta de ternera madurada de kilo con excelente presencia e algunas mesas.

Personal de servicio en sala muy amable y servicial con algún despiste derivado del volumen de clientes.

Para beber hay un vino en la mesa como recomendado Rompesedas 2006 tan desconocido como aparentemente viejo. Nos decantamos por un blanco interesante Caraballas un verdejo ecológico y orgánico 2015 de bonita botella bien de temperatura, servicio dado a catar y autoservicio salvo algo ocasional: horribles las copas que hacen imposible pasar del aprobado.
Agua sin gas Cabreiroa, dos botellas grandes.

Cuatro para comer, dejando aparte opciones de asado como cochinillo, cordero; opciones de parrilla como la chuleta comentada, chuletitas, entrecotte, solomillo y alguna más; aparte muchas, muchas opciones de entrantes, varios arroces y pescados; enorme cantidad de psotres caseros.
Menú completo de calçotada implica:
. rebanadas de pan tostado (más que tostado se queda en caliente sin tostar), tomate y ajos, pero tomate no para restregar sino rodajas de tomate valenciano de buena calidad aunque escasa cantidad. También aceite de oliva aunque básico y servido en porrón (¿ilegal?).
Allioli de membrillo, algo curioso y muy interesante.
Longaniza casera; en realidad fuet, de buen comer, entero para la mesa.
. reparto de baberos y guantes de plástico que viene las tejas de calçots hasta decir basta. En nuestro caso hasta 3 enteras y media más para rematar. Los calçots son tiernos (casi verdes en sus hojas), de tamaño más hacia pequños (el consumo acelerado no les deja engordar), bien asados hasta las hojas verdes que no tocan fuego y queda curioso en la mesa; luego se mantienen calientes de forma notable pero por algún método fuera de la brasa que además concreta agua que no consigo acertar.
La salsa romescu (tomate, ñora, almendra, avellanas, ajos, aceite de oliva, vinagre y algún secreto personal de resultado correcta sin más, servida en cuenco y ración personal.
. parrillada que incluye morcilla (buena), alubias (pasadas de cocción), longaniza como butifarra catalana (correcta) y alcachofas a la brasa (buenas aunque algo duras) y aparte bandeja de chuletitas y algo de panceta (buenas). Acompaña alioli clásico ligero.
. postre incluye naranjas del terreno y una crema quemada casera (catalana) buena y en amplia ración.
. café a elegir con licores de hierba o mistela o crema de orujo.. a elegir.

Buenas vistas si pillas mesa ante los buenos ventanales que miran al aeropuerto y a Valencia.
Hay que darse prisa que la temporada solo dura hasta mediados de abril.

El domingo 10 de mayo, celebramos la comunión de nuestra princesa, todo fue genial desde los camareros hasta la animación, un trato genial cuidando cada de talle , la comida muy buena y los nanos lo pasaron bomba en las colchonetas bueno y algún mayor también, sin duda lo recomiendo 100 % un saludo y repetiremos seguro

Estuve en una cena de empresa para final de año. Todo estuvo perfecto.
La atención de los camareros muy buena, muy amables y estaban pendientes en todo momento de lo que necesitáramos, hicieron un menú especial para mí con lo que podía comer.
Seguramente repetiré.

Añorando las calçotadas de regreso del ski en la bajada por Tarragona, nos conformamos con la parte alimenticia del viaje y la verdad es que los calçots forman parte de esas necesidad de "una vez al año" (al menos).

Local casi lleno, ambiente de familias y grupos, casi todos a comer calçots (con o sin calçotada completa). Servicio amable y familiar. Carta de vinos mejorada respecto a la última vez, con bastantes opciones y no solo de clásicos. Carta de comidas con buenos y variados entrantes, carnes (a la vista) muy apetecibles para brasas y mucha variedad de postres por si alguien no es de calçots.

Se empieza con pan tostado, tomates y ajos para restregar con un buen aceite de oliva (Nodus y Camino de Anibal de arbequina), all i oli de membrillo y un fuet en cada mesa. Además habas enteras para ir haciendo tiempo. Hacen una espera muy interesante.

Hay que ponerse los baberos y guantes porque vienen las tejas de calçots ( unos 25 ejemplares) que en esta época ya tienen un buen tamaño. No me gusta que tenga la cabeza con el inicio de las raices ya que es una parte más dura que hay que quitar, pero se quita y punto. Acompaña una salsa tipo romescu con algo más de tomate de lo esperado pero con su ñora, almendras y avellanas picaditas, ajo, vinagre, aceite de oliva y alguna especia más.
La dosis: hasta que digas basta. Nosotros completamos 3 tejas para 4, y hubiera caido media más.

A continuación vienen las alubias, muy cocidas, con algo de morcilla entre medio, con morcilla blanca (butifarra catalana) troceada y medias alcachofas a la brasa; en plato aparte la morcilla a la brasa.
Cuando estás a mitad camino viene las chuletas de tamaño medio, jugosas pero bien braseadas, muchas de palo, como debe ser.

Para postre naranja del terreno preparada con una especie de mermelada de naranja dulce de decoración.
De dulce un pastel de turrón con frutos secos y miel de romero. Normalito.

El precio (26€) incluye el café y un licor de hierbas bastante dulce. No incluye la bebida.

En nuestro caso fueron 4 cervezas de entrada entre ellas 1906 red vintage la colorada, una botella de agua Cabreiros y un tinto 13 cántaros crianza 2012 que se sirvió directamente en unas copas muy mejorables; lástima que la mejora de la carta de vinos no se haya acompañado de mejor servicio del mismo.
Al menú añadimos para completar el recuerdo una de caracaoles a la llauna, mejor hechos que la ultima vez (más secos) y con un cierre de all i oli de membrillo muy bueno.

La cristalera del mirador del comedor te permite ver despegar los aviones del aeropuerto cercano y su pequeña elevación da una panorámica de la ciudad interesante. Buena opción de calçots y sin hacer kilómetros.

Mi mujer, que fue al restaurante por primera vez una o dos semanas antes, pensó que era el sitio ideal para celebrar mi cumpleaños en la intimidad (no soy de grandes celebraciones).

Al llegar pudimos aparcar en la puerta con facilidad, ya que, al estar en una urbanización y contar con un buen espacio de aparcamiento, incluso con el restaurante lleno (apenas quedaron mesas libres) sobra espacio.

El recibimiento fue atento y amable, pero lo que más me impresionó fueron las magníficas vistas de su gran ventanal, desde el que se veía valencia al fondo y se adivinaba el mar.

Pedimos el menu de calçotada (mi mujer insitió en que tenía que probarlo) y, aunque comencé con una cerveza, rápidamente empezó a venir la comida. Los entrantes (especialmente el ajoaceite de membrillo) me encantaron, pero lo que verdaderamente me impresionó fue el tamaño de la fuente de calçots. Nos explicaron la mejor forma de comerlos, y nos pusimos a ello. Llenamos varios platos con las hojas sobrantes que eran retirados de inmediatos por los camareros. Tres de ellos estaban constantemente atentos y serviciales a nosotros, de modo que siempre había alguno disponible cuando se el necesitaba, lo que ocurría pocas veces porque normalmente nos preguntaban ellos mismos en el momento exacto.

Aunque creí que no podríamos con la fuente, no pudimos parar de comer. Luego vino la carne. Me gustan mucho los asadores, y para mi el punto de asado era espectacular.

Finalmente y sin que mi mujer lo hubiese pedido el postre vino con velas de cumpleaños y canción.

Sin duda la atención prestada, los detalles adicionales que tuvieron con nosotros (a pesar de que la celebración era de solo dos personas) y lo buenísimo que, personalmente, me pareció que estaba todo, me hicieron sentir acogido como si fuese un cliente de toda la vida.

Volveré.

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