Temporada de calçots

Añorando las calçotadas de regreso del ski en la bajada por Tarragona, nos conformamos con la parte alimenticia del viaje y la verdad es que los calçots forman parte de esas necesidad de "una vez al año" (al menos).

Local casi lleno, ambiente de familias y grupos, casi todos a comer calçots (con o sin calçotada completa). Servicio amable y familiar. Carta de vinos mejorada respecto a la última vez, con bastantes opciones y no solo de clásicos. Carta de comidas con buenos y variados entrantes, carnes (a la vista) muy apetecibles para brasas y mucha variedad de postres por si alguien no es de calçots.

Se empieza con pan tostado, tomates y ajos para restregar con un buen aceite de oliva (Nodus y Camino de Anibal de arbequina), all i oli de membrillo y un fuet en cada mesa. Además habas enteras para ir haciendo tiempo. Hacen una espera muy interesante.

Hay que ponerse los baberos y guantes porque vienen las tejas de calçots ( unos 25 ejemplares) que en esta época ya tienen un buen tamaño. No me gusta que tenga la cabeza con el inicio de las raices ya que es una parte más dura que hay que quitar, pero se quita y punto. Acompaña una salsa tipo romescu con algo más de tomate de lo esperado pero con su ñora, almendras y avellanas picaditas, ajo, vinagre, aceite de oliva y alguna especia más.
La dosis: hasta que digas basta. Nosotros completamos 3 tejas para 4, y hubiera caido media más.

A continuación vienen las alubias, muy cocidas, con algo de morcilla entre medio, con morcilla blanca (butifarra catalana) troceada y medias alcachofas a la brasa; en plato aparte la morcilla a la brasa.
Cuando estás a mitad camino viene las chuletas de tamaño medio, jugosas pero bien braseadas, muchas de palo, como debe ser.

Para postre naranja del terreno preparada con una especie de mermelada de naranja dulce de decoración.
De dulce un pastel de turrón con frutos secos y miel de romero. Normalito.

El precio (26€) incluye el café y un licor de hierbas bastante dulce. No incluye la bebida.

En nuestro caso fueron 4 cervezas de entrada entre ellas 1906 red vintage la colorada, una botella de agua Cabreiros y un tinto 13 cántaros crianza 2012 que se sirvió directamente en unas copas muy mejorables; lástima que la mejora de la carta de vinos no se haya acompañado de mejor servicio del mismo.
Al menú añadimos para completar el recuerdo una de caracaoles a la llauna, mejor hechos que la ultima vez (más secos) y con un cierre de all i oli de membrillo muy bueno.

La cristalera del mirador del comedor te permite ver despegar los aviones del aeropuerto cercano y su pequeña elevación da una panorámica de la ciudad interesante. Buena opción de calçots y sin hacer kilómetros.

  1. #1

    Aloof

    entonces no has estado en matias perello este año.saludos.

  2. #2

    Abreunvinito

    en respuesta a Aloof
    Ver mensaje de Aloof

    No he estado, pero aun tengo tiempo. Espero.

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