Restaurante Echaurren en Ezcaray
Restaurante Echaurren
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
53 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.4
Comida COMIDA
7.9
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
5.9
Albóndiga de la abuela sobre parmentier de patata y trufa
Merluza a la romana confitada a 45° sobre pimientos asados y sopa de arroz
La terrina de queso de cabra con aceite de miel de brezo y costra de sésamo
Opiniones de Echaurren
OPINIONES
27

Tercer día por tierras riojanas y en este caso cena. Después de comer en la venta de Moncalvillo nos acercamos a la localidad de Ezcaray para conocer este famoso pueblo y probar la cocina de el afamado Echaurren.

Tengo que reconocer que desde el principio hasta el final fue perfecto en todos los sentidos.
El salón amplio luminoso limpio y acogedor.
El servicio profesional correcto agradable Y marcando un buen ritmo a las mesas.
Tomamos todo para compartir cuatro personas (raciones generosas):

-Dos raciones de croquetas de Marisa (de jamón y pollo muy cremosas y ricas)
-Ración de morcilla a la parrilla con pimientos confitados.
-Ración de alcachofas con Foie
-Ración de callos (este fue el plato que menos convenció, sin estar mal rematado..... les he comido 100.000 veces mejores en diversos restaurantes)
-Dos raciones de albóndigas sobre parmentier de patata y espárrago triguero

Lo regamos todo ello con una botella de un Remirez de Ganuza 2005 que estaba extraordinario.

De postre al centro de mesa compartimos:

-Tarta cremosa de requesón.
-Torrija caramelizada de pan bríoche
-Y la gran estrella dulce que nos impacto....... TOSTA TEMPLADA CON QUESO DE CAMEROS, MANZANA REINETA Y HELADO DE MIEL ........BÁRBARO!!!!

Tras un día caluroso y las pertinentes excursiones en La Rioja nos acercamos a reponer fuerzas a Echaurren.

Debido a la demora en el comentario seré breve esbozando unas pinceladas y la sensación global.

Optamos por el Menú Tierra, que consistía en un menú degustación con lo mejor de la cocina tradicional del Echaurren (45 euros + IVA):

~ La terrina de queso de cabra con aceite de miel de brezo y costra de sésamo. Entrante de los de untar y untar pan.

~ Las croquetas de Marisa de jamón y pollo. Cuatro en total. Sencillas, ricas, suaves y cremosas.

~ Nuestro potaje del día. Una especie de patatas a la riojana con fundamento y en abundancia.

~ Merluza a la romana confitada a 45° sobre pimientos asados y sopa de arroz. Pescado en su punto rebosante de ternura, en mi opinión, algo escaso de pimiento.

~ Albóndiga de la abuela sobre parmentier de patata y trufa. Para finalizar una jugosa bola de carne de buen tamaño impregnada de aromas y sabores.

Y de postre, Tosta templada con queso de Cameros, manzana reineta y helado de miel. Perfecto colofón, de los que con tan solo recordarlo "se me hace la boca agua". Tremendo!

Correctos cafés para finalizar.

Para beber, y puesto que había que conducir, tomamos agua fresca de manantial servida en una jarra que no cobraron aparte. Se agradece.

Servicio correcto y serio, en mi opinión, ataviado con uniformes de corte demasiado clásico.

Local amplio con grandes ventanales decorado con cortinas, paredes y demás que nuevamente me transportaron al clasicismo. Eso sí! plantita natural sobre cada mesa. Esos detalles me gustan...

En definitiva, restaurante con solera que ofrece una cocina tradicional riojana con pequeños guiños de modernidad, entiendo que debido a la influencia innovadora de los hijos de Marisa y Félix.

  • Albóndiga de la abuela sobre parmentier de patata y trufa

    Albóndiga de la abuela sobre parmentier de patata y trufa

  • Merluza a la romana confitada a 45° sobre pimientos asados y sopa de arroz

    Merluza a la romana confitada a 45° sobre pimientos asados y sopa de arroz

  • La terrina de queso de cabra con aceite de miel de brezo y costra de sésamo

    La terrina de queso de cabra con aceite de miel de brezo y costra de sésamo

Hemos pasado el último fin de semana en Ezcaray, maravilloso pueblo y hemos escogido el Hotel Echaurren como campo base. Tienen una oferta que denominan WEEKEND EXPERIENCE que incluye dos noches de hotel con sus desayunos y comida/cena en los distintos espacios del hotel.

Para empezar, cenamos en el denominado tradicional. Teníamos incluido el Menú Tierra, no miramos la carta.

Para compartir al centro nos pusieron los primeros:

- Terrina de queso de cabra con miel, ponen unas tostadas para untar. Muy rico y agradable.
- Las famosas croquetas, Ricas Ricas Ricas. Un par por comensal.
- Potaje de garbanzos con almejas y rape. Servido en sopera en ración muy generosa y que permite repetir.

- Corbina en salsa de Boletus. El mejor plato, pescado en su punto con una salsa deliciosa.
- albondiga con parmetier de patata. Correcta.

- Tarta de queso.

Tomamos champagne A. Cloeut a 35 €. Precio más que correcto.

Pan rico recien horneado. Servicio atento. Muy buena experiencia y sitio más que recomendable.

En cuanto al precio, no pagamos al estar todo incluido en el paquete pero creo recordar que el precio de este menú es de 45 más iva.

Con expectación y grandes esperanzas fui a cenar al que dicen es el mejor o de los mejores rtes. de La Rioja. Eramos 8 matrimonios, es decir 8 mujeres y 8 hombres. Nos sentaron en mesa larga que estaba bién vestida, con mantelería, cubertería, vajilla de nivel alto y cristalería Spieguelao.
La decoración del comedor es moderna, luminoso, grandes cristaleras y tiene buena amplitud entre las mesas.
Habíamos acordado unos entrantes y segundos y postres a elegir.
Los entrantes denominados Tradición y Producto, puestos al centro de la mesa, consistieron en :
- Terrina de queso de cabra con aceite de miel y costra de sésamo(6 rac./15,40), muy buena presentación, buena textura y con los sabores definidos y elegantes. Gustó mucho.
- Croquetas Echaurren(32 unid./2,20), cremosas, son buenas, merecen la fama que tienen.
- Verduras frescas de temporada(6 rac./18,70), llevaba: cardo, tallos de alcachofas, puerros, judías verdes. Estaba muy suave y aterciopelada. De gran nivel.
- Callos a la riojana con jamón(2 rac./22,00), abuntantes las raciones, untuosos, sabrosos, con la salsa pegándose en los labios. De gran nivel
- Potaje de garbanzos con rape y almejas(6 rec./16,50), gran sabor, conjunto magnifico, bién ligado el caldo, aunque los garbanzos no estaban a la altura del guiso, eran pellejudos. Pero aún así el entrante con el que más disfruté. Con unos garbanzos de Zamora o Salamanca..........la Gloria.
Segundos platos, en donde a petición de algunos comensales se sirvieron medias raciones, se agradeció:
- Merluza a la Romana(entera 23,10, 1/2 14,00)), hermosa ración y con perfecto punto de fritura, me comentaron. Gustó.
- Chuleta de vaca(33,00), buena pieza más 700,00 gr. de carne muy roja, diría que vaca vieja. Me dijeron que muy sabrosa.
- Manita de cerdo deshuesada(24,20), bién presentada, muy sabrosa y gelatina pura.
- Albóndigas de la abuela(entera 22,00, 1/2 13,00), 3 piezas de una carne sonrosada por el centro, ligeramente gelatinosas, sin hacerlas demasiado, suaves, coronadas con una lasca de trufa y con un toque de vino oloroso. Fué lo que escogí. Extraordinarias.
- Patitas de cordero(14,00), de igual nivel que los platos anteriores, deduzco por lo que me dijeron.
- Hongos al horno(23,65), gran nivel las setas de temporada acompañadas de un huevo poché.

Postres: Se tomaron 14 y fueron :
- Tosta templada de queso(10,10); Crema tostada de vainilla(3 rac./8,80); Fruta del tiempo(4,95), es que estaba a régimen; Torrija tostada con helado(3 rac./11), mi elección, correcta sin más, las he tomado mejor; Pastel caliente y fluido(13,20); Helado con plátano(6,60); Sorbete de limón batido(2 rac.7,70); Tarta de chocolate con nueces(8,80). En general gustaron.
Ración de pan, muy bueno(1,43), Agua mineral(6 bot/2,42), Cafés(1,65), Tisana(2,31).
Para acompañar la cena elegí Tobelos Cr. 2007(17,60), nos tomamos 8 botellas. El vino gustó mucho, aun siendo la mayor parte de ellos de vinos de Rioja Clásicos y de los de mucha madera.
La carta de vinos es eminentemente de D.O. Rioja, hacen pocos guiños a otras zonas vinícolas. El servicio del vino se limitó a descorchar.
El servicio de sala resultó muy flojo para un rte. de este nivel. No cambiaban de platos salvo en los segundos, que venían emplatados de cocina. No se puede comer unos garbanzos y después servirte unas verduras y continuación unos callos, y todo en el mismo plato. Si lo solicitabas accedían, pero no por iniciativa propia.
En fin, gran nivel de cocina clásica, pero la sala y servicio de vino tiene que mejorar mucho.

Uno de mis restaurantes favoritos. Buenísimas las croquetas y los albondigones con trufa. Todos los cocidos (lentejas con foie, garbanzos..., los callos, etc. El postre con queso de Cameros. Carta de vinos muy centrada en Rioja pero con variedad.
Cocina tradicional con un toque de modernidad.
Merece la pena y, personalmente, me gusta más que el Portal de Echaurren, de su hijo.
A mediodía tienen un menú con buen precio, variado y muy bueno.

Atraidos por la fama del restaurante lo visitamos el dia 25 de febrero en horario de cena. Decidimos de optar por la cocina tradicional o sea el viejo Echaurren. Fuimos 4 comensales.

La entrada para compartir una ensalada tibia de boletus la cual calificamos de buena.
Como platos principales tuvimos:
Pierna de cordero al horno para dos, bien reseca e insipida
Alcachofas en salsa totalmente insipidas
Sopa de cocido que mas bien parecia de lata.

La persona que nos atendio no supo aconsejarnos con el vino y tomamos un vino barato, muy malo impropio de un restaurante de esta categoria.

Los postres fueron razonables.

En resumen una muy decepcionate velada a un precio inaceptable.

El Portal de Echaurren se encuentra, como no podía ser de otro modo, bajo el soportal de arcos de este antiguo palacete, y ya desde el exterior llama la atención por una entrada con recubrimientos de madera blanca que destacan sobre los sillares del conjunto. El interior ha sido recientemente reformado, con predominio de blancos y marfiles y un estilo minimalista. Unos cómodos asientos acolchados de colores le dan un cierto aire de informalidad. Justo enfrente se encuentra la Iglesia de Santa María la Mayor, rotundo templo gótico de piedra granate, color de los vinos de esta tierra.

Una vez sentados, y ya que ante tamaña carta de vinos andábamos bastante perdidos, acabamos siguiendo el consejo del maître y compartimos una botella de Rioja Fincas de Ganuza. Tras el servicio del vino y mientras probabamos su aceite, llegaron los primeros snacks: una crujiente Teja de pipas y un Pan de aceitunas negras. Les siguió un Corte de queso y miel muy a la manera de El Bulli, recordándonos el helado de parmesano que ahora figura en la carta del 41°. Las Croquetas que le quitamos a mi madre fue una demostración de que no hay nada más moderno que revisitar lo antiguo. Costumbrismo mejorado para un snack que también sirven en el Restaurante Tradición.
El Tagliatele de remolacha con mejillones de roca y sopa fría de cacahuetes supuso el primer brochazo puro de vanguardia y resultó un tanto desconcertante. Quizás habría que ajustar algún ingrediente, pero tampoco lo sabemos con certeza. Si lo supiéramos seríamos chefs nosotros también, ¿no?
En cuanto a la sección Tapas de su menú, se abre con un Carpaccio de Gamba roja con tartar de tomate y ajoblanco verdaderamente excelente por el brillante contrapunto amargo que el ajoblanco aporta, alternativa a la clásica vinagreta que suele acompañar a los carpaccios de carne. Huevas y germinados lo redondean.
El Polvo helado de hierba fresca con daditos de queso Munilla, lechecillas y leche de oveja ahumada es acaso la propuesta más inclasificable y rompedora. Difícil de evaluar a la ligera, se trata de un bocado con un fuerte poder de evocación, que juega con las temperaturas y nos insufló de aromas y sabores de campo y montaña, como si rodásemos ladera abajo por la hierba y retozásemos junto a un rebaño a lo Heidi y Pedro. Bueno, ahí queda eso.
Con el poético nombre de Manto de hojas secas se presentó lo que en efecto era algo así como un paisaje otoñal, una pequeña hojarasca de bosque de aspecto, de nuevo, muy evocador. De sabor salado y textura crujiente, recubría laminas de hongos y un humus de legumbres. Un concepto metafórico potente que resulta en un sabor irregular.
La Sopa de Boletus y castañas, crocante de oreja y yema de huevo cerró el conjunto de tapas de manera convincente y con rotundidad estacional, dando paso a los Platos, el primero de los cuales ya es una gesta en si, un bello equilibrismo técnico. Hablamos de su Chipirón levemente curado en sal y asado con su bombón líquido de tinta, un prodigio de cocción con guiño a la escuela molecular por su tinta esférica.
La Merluza a la romana sobre pimientos asados y sopa de arroz gustó pero no deslumbró, así como el último de los platos, una Presa ibérica con un toque de jengibre, yuca a modo de madera y siempre vivas. Esa yuca tronquito barnizada de cobre le daba una pincelada de humor al plato, pero a pesar del ingenio el resultado fue demasiado plano. Por tanto correctos ambos a nuestro parecer, pero sin alcanzar la excelencia que se esperaba.
Este traspiés, acrecentado por la bajada de listón que se produjo en los postres, nos dejó una sensación de ligera decepción. Valiente fue la propuesta del Mojito con plátano y menta, desengrasante y equilibrado en su formulación de sabores, aunque fuera un ejercicio coctelero tropical sin ningún arraigo. Mas autóctonas se antojaban las Nueces frescas, helado de queso fresco y juliana de melocotón. Muy bueno el helado pero no tanto el acompañamiento. Las nueces crudas no son lo nuestro.
Irregular fue por tanto nuestra experiencia en Echaurren, con momentos geniales frente a propuestas bastante apáticas. De todos modos hay que reconocerle méritos a su cocina, de talante creativo y arriesgado, y siempre cuidando mucho la puesta en plato.

http://gourmetsterribles.com/post/12281271392/estrellas-la-rioja

Comida en Ezcaray, comedor hasta los topes, y casi todas las mesas hemos llegado a la misma hora, descoordinación y desorganización durante un buen rato. Conviven los clientes de carta, con los de menu del dia(20€). Parecían totalmente desbordados. De hecho nos han sacado los entrantes sin haber pedido el vino. Buena carta de vinos, pero faltaban referencias y diferencia de añadas entre carta y servicio (han sacado añadas mas antiguas de las ofertadas).
Al final nos hemos decantado por un menu tierra (45€+IVA), vino aparte.
Queso suave con aceite miel y sésamo. Muy rico y suave.
Croquetas de mi madre. Croquetas de jamón con una suave y sabrosa bechamel.
Puchero del día. Garbanzos con rape y almejas, sabrosos y finos.
Lubina con crema de calabaza y boletus. En su punto, muy recomendable.
Albóndiga sobre parmentier de patata. Lo mas prescindible del menu, buena si mas.
Tarta de queso y frambuesa. Sabrosa, ligera y el dulce colofón a una buena comida.

En una noche lluviosa, y sin mucha clientela (éramos 5 mesas a lo sumo) escogimos el menú Tierra (45 Euros) sin incluir el vino. Maridamos dicho menú con un vino del Bierzo, 100% mencia Bembibre (25 euros).

El menú estaba compuesto por una terrina de queso y miel, las croquetas deMarisa, el potaje de garbanzos con almejas y rape, el rape con boletus,una corvina increiblemente preparada y con una salsa de calabaza ahumada ,la albóndiga con "parmentier" de patatas y la tarta de queso y arandanos. Muy completo y contundente. A buen nivel, sobresaliendo el tanto el potaje como la corvina que me pareció sublime.... No pudimos reservar en el Portal por que estaba cerrado por vacaciones...que pena!!!

Cenamos en el portal el viernes y comimos en el echaurren el sabado. El portal (1 estrella michelin) nos gusto mucho, tomamos el menu degustacion moderno y todo excelente, servicio, cocina, vino etc. En el Echaurren al dia siguiente, distinto ambiente, mas familiar pero con una cocina intensa de sabores de lugar, buenos guisos, buen trato y buen precio. ¡¡¡felicidades!!!

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