Restaurante Bodega Casa Montaña en Valencia
Restaurante Bodega Casa Montaña
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
11,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingo noche
Nota de cata PRECIO MEDIO:
31 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.5
Comida COMIDA
6.3
Precio medio entorno ENTORNO
6.6
RCP CALIDAD-PRECIO
5.8
atun y pan
puerro
bacalao
michirones
pimiento
solomillo
Opiniones de Bodega Casa Montaña
OPINIONES
92

Es una de las tabernas con más solera de Valencia, y por la que sorprendentemente mucha gente de la ciudad (al menos la que yo conozco), no ha pasado. Yo es un sitio que recomiendo a conocidos míos que bajan a Valencia, aunque solo sea a tomar una copa de vino y algo para picar en la barra, el local tiene todo el encanto de una tasca antigua.

Iba con algún recelo, hacía ya un tiempo que no cenaba dentro, y aunque guardaba buen recuerdo, muchas veces te lleva decepciones cuando vuelves a un local. Afortunadamente no fue el caso, es más, me llevé una grata sorpresa con el precio, que no me pareció excesivo, sobre todo en relación con la excelente materia prima con la que trabajan.

Nos acomodan en una mesa alta que tienen en el pasillo (entre la barra y el comedor), no me hizo mucha gracia al principio porque estábamos como en una zona de paso, pero la camarera que nos atendió estuvo pendiente de nosotros, y junto con lo acertado de la cena, resultó al final una cuestión menor que no nos afectó para salir razonablemente satisfechos. Me hubiese cabreado más si nos hubiesen puesto en el tonel al lado de la otra salida, aunque estuviese en el comedor.

Pedimos todo para compartir al centro (para 2 personas):

*2 Sardinas Ahumadas. Excepcionales y de un buen tamaño (2,30 € / u.)
* Michirones. Riquísimas, con su punto justo de picante
* Queso de la Sierra de Espadan. Increíble queso de cabra . 6 porciones (sobre los 10 €)
*2 Mini Tostas de brandada de bacalao. La sorpresa de la cena, muy, muy buena
½ Calamar playa. Muy rico también, aunque lo recordaba más tierno en las otras visitas
*½ Solomillo de Buey con ajetes. Muy bueno, pero prescindible. Mejor pedir 2 tapas mas de otra cosa. 10 € por 5 dados de carne, por muy buena que sea, no compensa.

Pedimos postre, tarta de mousse de limón (5,50 €), correcta, sin más, y 2 carajillos (de whisky y ron). Es cierto que las raciones no son exageradas, pero honestamente nosotros cenamos adecuadamente en cuanto a cantidad.

Para beber, disfrutamos de un excelente Markus Molitor Riesling Trocken Haus Klosterberg 2010, a unos 17 €. Muy buena carta de vinos, y al menos, respecto a este riesling, no me pareció que tenga precios, sin ser baratos, especialmente exagerados.

En definitiva, visita recomendable, para cenar bien de tapeo, con el foco en el buen producto, y disfrutar de un buen vino, al fin y al cabo estamos en una bodega, dentro de unos precios razonables. La cuenta creo recordar que fueron sobre los 65 €.

Cena de viernes noche para dos personas, intentamos sentarnos dentro en la parte de restaurante, pero estaba todo lleno, asi que nos dijeron que fueramos y cenaramos en la barra que no habria problema, todo y que no cogen reservas para esta parte del local.

Y asi fue, nos sentamos cara a los barriles en unos taburetes altos que al final de la noche se le resiente el apoyadero a uno...

Tomamos, anchoa del cantabrico, servidas en plato con aceite.Buenas

Platito de habas estofadas, hacia muchos años que no las comia, y eso que son tipicas de aqui.Estas eran un punto picantes y estaban realmente buenas.

Platito de patatas de secano, sin mucho misterio pero buenas.

Atun marinado a las 7 especias, atun de calidad y bien servido.

Brandada de bacalao, este plato para mi fue el mas flojo, sin apenas sabor, parecia mas bien ajoarriero.

Todo acompañado de pan casero, muy bueno pero bastante caro, la rebanada 0,65€

De beber, 2 cañas, vino Joan d'enguera, 2 cafes y 2 GT de Mombasa.

En cuanto a la carta de vino, no hay duda que intentan tener buen material, pero desilusiona mucho en esa carta ver unos precios elevados.Estaria bien que un local como este, al que le gusta el vino, tuviera precios para que sus clientes pudieran disfrutar de ellos.

En cualquier caso, merece la pena visitarlo.

Vaig tornar al Cabanyal, el cap de setmana, i com no a Casa Montaña.
Bones cloxines del Port de València, capellanets, tomaca i olives, y bona "birra" artesana del País Valencià. A mes a mes, copa de vi, entre moltes D.O.
Un classic.

Montaña es todo un referente en el Cabanyal.... Sobre todo por la calidad de la materia prima... Cena ligera, destacando sus espectaculares Michirones, las Patatas bravas (una patatas de secano que selecciona personalmente Emiliano), unas riquísimas clochinas valencianas (de comienzo de temporada), excelentes anchoas del Cantábrico enteras y muy buen tomate Raff trinchadito con aciete de Oliva. Tomamos vinos por copas y café.... El sitio, como siempre, con su entrañable aspecto de taberna clásica. El servicio atento y dispuesto. La carta de vinos razonable y las copas buenas, con un más que aceptable servicio del vino. Muy recomendable

Venía de un viaje gastronómico por los pirineos catalanes, de los que suelo hacer varias veces al año, desde hace más de treinta, y la misma noche se me ocurrió volver a este local de tan buenos recuerdos.

En general la hostelería de nuestra comunidad valenciana es de las más decepcionantes de España. Sin contar la ínfima y vergonzosa calidad habitual, Bodegas Montaña sobresale ligeramente con algunos buenos productos, un servicio poco profesional pero muy decorativo.

Se agradece que tengan cervezas artesanales.

Volveré con alguna visita foránea, únicamente por que un estereotipo.

Aprovechando que estábamos por la Malvarrosa decidimos ir a comer de picoteo a Casa Montaña, una típica bodega situada en el barrio del Cabañal que posiblemente conozca cualquier valenciano.
Hacía muchos años que no pasaba por allí, pero está igual que siempre, manteniendo esa cantidad de barriles que apenas deja espacio para unas cuantas mesas con taburetes. Ese característico olor a madera y vino al entrar me teletransporta a la infancia, cuando ya mis padres me llevaban a tomar ese aperitivo típico playero: clóchinas, tellinas, pescaito frito...
Tienen una amplia carta para poder comer fundamentalmente a base de tapeo, con productos muy marineros, además de quesos, jamón, cecina, embutidos y conservas.
Tiramos de clásicos de la casa y pedimos para compartir al centro:
- Salmorejo con virutas de jamón. Muy buen sabor así como gran calidad de la virutitas pero ración muy escasa. 
- Platito de patatas bravas de secano. Con el sello particular de la casa, seis patatas cortadas como prismas con el corazón tierno cocido y con la ligera cobertura frita sin restos de aceite dejando en conjunto una textura muy agradable. Acompañando iban las salsas separadas para prepararte el bocado a tu gusto.
- 1/2 docena de boquerones fritos. Finitos y delicados. 
- Solomillo de buey trinchado con ajos tiernos. El de toda la vida. Carne al punto, jugosa, tierna y sabrosa, pero... 21 € por un plato, quizás, no demasiado generoso... acaba sabiendo a poco.

Servicio de pan (no ofrecido, cobrado y necesario) de tipo rústico artesano, oscuro, de corteza gruesa muy crujiente y miga esponjosa. Sabroso.

Postres:
- Tocino de cielo con mermelada de tomate. No aportaba nada la mermelada al tocinito (tamaño dedal) que estaba realmente bueno.
- Pastel Isla, con mousse de chocolate, vainilla, bourbon y bizcocho de chocolate. Buen bocado para saciar el dulce que te pide el cuerpo.

- Buen café

Para beber tomamos cerveza, dos dobles por persona, cerveza de barril muy bien tirada, cosa que se agradece mucho por este nuestro Levante.

El ambiente estaba bastante tranquilo, el entorno es muy agradable y curioso y el servicio correcto. 
La materia prima es de calidad y el resultado es bueno, pero, creo que como ha quedado reflejado en el comentario, EMHO, algunas raciones resultan muy escasas dejando finalmente un sabor agridulce que pienso podría mejorarse fácilmente con algo de "estrategia". No obstante, la antigüedad de la empresa acredita su experiencia y profesionalidad para mejorar los resultados o saber cómo hacerlo... o quizás cuando iba era tan pequeña que los platos me parecían más grandes.

Vuelvo a Montaña despues de muchos años, me acuerdo que almorzaba con mi padre cuando solo era un adolescente, aun recuerdo los mejillones y las anchoas que nos tomabamos entonces.
Tras muchos años sin acudir veo que todo sigue igual y eso me gusto.
Tomamos un buena picada:Sardina ahumada, muy rica, da gusto encontrarla en muchos locales de la ciudad y mas siendo un buen producto.Anchoas ( 4€/u )con espina, 2 lomos excelentes y mas a ese precio, montaditos de morcilla, torta del casar y de ajo arriero, este ultimo me encanto, estaba muy suave y muy bien emulsionado.Patatas bravas, bien fritas, y con salsa bien brava. Mejillones, boquerones, olivas, longanizas...
Vamos nada sorprende porque es lo que es... pero de calidad muy buena.
Bebimos una botella de Pazo de señorans(19€) Un albariño buenisimo, diferente.
Pedimos, la comida del niño, un par de aguas, 2 dobles.
De postre una tartita de chcocolate y un par de copitas de Verdil de gel, de bodegas enguera, que me encanta.La pena es que los postres no son caseros, lo valoro mucho en un local y mas si es clasico, me gustaria encontrar algo de reposteria tipica.
Servicio atento y eficaz.
Reconozco que era lo que esperaba y no me parecio muy caro, o por lo menos no como lo recordaba, creo que estan sabiendo adaptarse a la situacion actual.

Bodega Montaña es de esas bodegas con solera, de toda la vida pero que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Esta situada en els Poblats Maritims en Valencia.

A mí me encanta ir en verano, está algo más tranquila y sin reservar encuentras algún rinconcito en la barra, si no llegas tarde, es un local pequeño y no es fácil y lo de tener mesa....compilicadísimo porque no hay muchas.

Recomiendo: Sus anchoas, patatas bravas, los pimientos del piquillo, el calamar de playa y el solomillo trinchadito. Todo acompañado por copas de vino, me encanta esa opción. La última vez pedimos Garnacha de fuego (tinto). Y de postre un tocinito de cielo con mermelada de tomate. Es un postre diminuto pero para mí bocado de dioses acompañado con una copita de cava.

Sitio donde siempre es agradable acudir,prima la calidad del producto,la profesionalidad del servicio y el buen hacer.
Hacia tiempo que no acudia a este lugar y sigue como siempre,comimos;
Clotxinas,anchoas del cantabrico,croquetas de bacalao,ajo arriero,jamon iberico,solomillo de buey con ajos tiernos y pastel totel,todo muy bueno y sin nigun pero.Tomamos cerveza, Altura de vuelo cada vez me gusta mas ya es la segunda vez y Valmiñor blanco por copas.

Hacía tiempo que teníamos ganas de volver aquí y comer unas cuantas tapas. Anoche, por fin, tuvimos la oportunidad.
Previa reserva, nos sentamos en unos taburetes junto al pasillo, en la zona interior alejada del bullicio de la entrada.
Pedimos:
- Atún marinado a las siete especias (en este caso, demasiado camuflado por las especias pero sigue estando bueno)
- Sardina ahumada (muy buen sabor y muy barata)
- Anchoas del cantábrico enteras (deliciosas... y caras)
- Queso de la Sierra de Espadán (impresionante este queso. Tengo que conseguir que me digan qué queso es para comprarlo y tenerlo en casa)
- Montaditos de morcilla de Burgos (correctos sin más, prescindibles)

De postre:
- Pastel ruso (bueno)
- Pastel Totel (bueno pero demasiado caro).

Para beber pedimos un vino blanco francés que nos llamó la atención por estar elaborado con uva negra gamay y pinot noir. No les quedaba... y nos recomendaron un riesling, Schlossgut Diel, con mucha barrica, interesante. El servicio del vino fue mínimo.
Con los postres pedimos una copa de fondillón, que nunca habíamos probado, pero no acabó de gustarnos. No es nuestro vino.

Nos fuimos con buenas sensaciones. Es ciertamente un lugar caro si se va a cenar sin miramientos, pero en esta ocasión la sensación fue distinta. Imagino que repetiremos dentro de un tiempo.

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