En mi visita a Valencia le di una oportunidad a un lugar "tipico", que habia leido en alguna guia y recomendado por alguien que no vive en Valencia.

Bodega en el sentido de decoracion, en la que yo al menos, tuve que pasar por debajo de la barra para acceder al comedor.

Sentados en 2 taburetes sobre una mesa amplia, deficiente el tema de manteles o al menos unos caminos de mesa.

Buena carta de vinos con precios ajustados( Mendoza cr Syr. Cabernet... 17+iva). Copas justitas.

El menu consistio en compartir : habas , una sardina escabechada por persona, 1 brandada de bacalao, 2 longanizas, 1 calamar y 1 de solomillo. Postre de 1 trufa por persona y tocinillo de cielo para dos dimminuto.

A destacar el solomillo.

Servicio voluntarioso y con acumualacion de platos en ciertos momentos.

Una experiencia si se quiere conocer

Especialidad en titaina, clotxines, esgarrat, croquetas de bacalao, ajo arriero, anchoas, quesos.
Todo ello acompañado de una buena oferta de vinos (20.000 botellas en bodega)

La verdad es que a toda la gente de fuera que he llevado, les ha encantado, aunque si tenemos que sacarle un pero es el precio.
Pedimos Anchoas excelentes, habas, ajoarriero,clochinas un atún muy rico y para acabar solomillo trinchado para compartir que se deshace.
Nos sentaron en un reservado muy bonito junto a la bodega y el servicio atento.
En cuanto al vino, lo mejor, la carta es de las mejores de Valencia con muchas referencias tanto nacionales como extranjeras, aptas para todos los bolsillos y no demasiado cargados algunos. Pedimos Solo 2005 el precio sobre 14 euros.
Toda la gente pidió tarjeta cuando nos fuimos por lo que gusta pero el precio como todo en esta ciudad se ha disparado mucho.

Ya desde fuera se puede apreciar que vamos a entrar en un local distinto a lo que estamos acostumbrados, lo hace especial su olor, sus sabores, el encanto alborotado de su decoración una pizca cansada por el paso de los años, la cariñosa bienvenida de Alejandro, Emiliano o cualquiera de los que te atienda; risas de fondo, dos extrangeros, tres trajeados, un hippie..., me encanta poder tener un locar en mi ciudad en el que pueda ir a trabajar, a divertirme o a enamorarme (A ver si esto último lo consigo algún día).
Gracias
Por mucho que me cuenten milongas creo que el precio es muy bueno comparándolo la calidad que sirven.

Bodega clásica con encanto para picotear. Personalmente me encantaba hace años, cuando el servicio y material estaba acorde al entorno, y tomarte unas sardinas, tellinas, etc era una delicia. El aire de restaurante fino que se le ha dado no me parece correcto ahí, pero sobre gustos, colores.

Es un lugar oscuro, tradicional, de los típicos pescadores,tosco...pero por eso precisamente tiene encanto. Además está todo riquísimo, sobre todo porque la materia prima es de calidad. Las anchoas y las clóchinas espectaculares (aunque a las segundas les faltaba condumio). Las habas se deshacen en la boca y tienen el punto justo de picante.
En cuanto al servicio son muy amables y serviciales.
Encontramos a faltar pero, más oferta de vinos por copas.
RCP. Un poco estirado, pero vale la pena.

Mi primera visita a la Bodega Montaña después de oír y leer comentarios de todo tipo. He intentado que esas opiniones no influyeran en mi juicio. Lo primero que sorprende es el ambiente del local: una antigua bodega de aire un tanto vetusto, casi rancio, pero con cierto encanto. La bienvenida ha sido cordial y educada, quizá porque hemos huido de acudir en hora punta. Vinos por copas interesantes pero la lista se queda corta. También se pude pedir champagne por copas. Éramos dos personas y hemos pedido las archifamosas anchoas. Las sirven fileteadas o enteras. Exquisitas. Otras tapas destacables: las habas, con un punto justo de picante, aunque las he probado mejores. Clochinas increíbles, aunque prepardas con poco esmero. Del resto de tapas nada espectacular, pero todo correcto. El precio se sube un poco, pero el producto bien lo merece. Volveré.

Otra vista y ....
Ya noes lo era y lo que debia llegar a ser.
Caro, carisimo y, en la barra: tapa-pita de ajo arriero, atún, calamar (no había), cuatro anchoas con dos copas de vino (de la oferta: un italiano -de Verona, mejor olvidarlo-, un Peñas negras), copa de champgne; unos 40 €. El servicio que me toco, y mandaba, bueno ... , este, en otro sitio mejor. Decepción total, se ha convertido en lugar para giris de la copa America.En fin una bodega.Hay otros sitios.
Vcia., sigue sin buenos rtes.

Vuelvo repetidamente a este restaurante porque trato con muchos extranjeros por mi trabajo y la verdad es que como marco es fantástico. La comida me parece francamente vulgar y sobre todo a unos precios desorbitados para unas tapas bastante ramplonas. En cuanto a mi última visita, tuve que implorar que me permitieran pedir el vino porque me estaba ahogando de sed pasada más de media hora desde que nos sentamos. Aparentemente habían cambiado la bodega y desconocían la ubicación de las botellas todos a excepción de uno.

El marco, incomparable, con mucho sabor y decoración "vinícola" muy lograda. El servicio no destaca por su simpatía, amabilidad y/o "calor". El champagne, se puede pedir por copas, delicioso.
Las croquetas, vulgares, insípidas. Servicio de vino, flojo, muy flojo.
Un lugar agradable para tomar unas cuantas tapas, sin mas pretensiones.
Que lástima que la gerencia de este local no sea más ambiciosa y dedicada, ya que por sus condiciones podría ser un lugar mágico, con un glamour delicioso, pero...el "negosi" es el "negosi".