Restaurante El Celler de Ca la Quica en Puig-Reig
Restaurante El Celler de Ca la Quica
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
lunes todo el día y las noches de martes, miércoles, jueves y domingo.
Nota de cata PRECIO MEDIO:
41 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.6
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
8.1
RCP CALIDAD-PRECIO
7.9
Opiniones de El Celler de Ca la Quica
OPINIONES
11

Restaurante más que recomendable al que llegamos un domingo a las 15h con reserva. Situado en Puig-Reig lo que más llama la atención, es lo escondido que está. Una vez dentro, la bodega es la gran protagonista. Nuestra mesa estaba dentro de la bodega, en la sección de cavas y champagnes y no hemos podido encontrarnos más a gusto.
El servicio es muy bueno, muy atento y correcto. Quizás los tiempos se alargaron un pelín en algún momento pero quedó compensado con la calidad de la comida y el trato.
Compartimos un primero y pedimos de segundos: Cazuela de rape, alcachofas y mongetes y un rabo de buey estofado al Pedro Ximenez muy rico.
Fuimos con niños, ellos tomaron unos nuggets caseros.
El vino, lo elegimos directamente de la bodega y no de la carta. Buena carta de vinos, curiosa manera la de poderlo elegir, buenas copas y precio más que correcto puesto que suma 3 € al precio de la botella (que es precio tienda, quizás un poco más...) independientemente del importe que ésta tenga. Probamos un Pinot Noir 2012 del Cortijo Los Aguilares que nos encantó. Los postres aún un punto por encima al de la comida. Volveremos seguro.
Pagamos 123 € los 4 (2 adultos y 2 niños) vino e iva incluidos.

Bonita y antigua bodega que estando a nivel del restaurante está por debajo del nivel de la carretera que transcurre por la población puesto que la entrada al restaurante es por una calle perpendicular a la carretera, nichos para los vinos hechos con obra y con muchos años de antiguedad, agradable visita a la misma para elegir tranquilamente el vino que tiene precios de tienda a los que hay que añadir 3,50 € en concepto de descorche.
Para mi gusto demasiada dispersión de D.Os. con pocas referencias de cada una de ellas y con una gama de precios medio-alta.
Bonitas y rústicas salas con techos abovedados y arcadas entre estancias.
Hemos acudido a este restaurante en varias ocasiones y con visitas dilatadas entre sí aunque nunca había escrito el comentario.
La cocina de este local continúa estando a muy buen nivel, la atención y servicio en esta ocasión no fue de las mejores que hemos recibido por parte del mismo personal, y esto que llegamos a la hora prevista y solo con una mesa por delante nuestro, bien es cierto que posteriormente se fue llenando pero eché en falta más empatía.
Los aperitivos aceitunas negras y puré de humus sobre una finísima tosta de pan de payés acompañados de una copa de cava.
Los entrantes ensalada de queso de cabra y carpaccio de corbina salvaje acompañado con frambuesas y huevas de mujol, buen contraste de sabores. Seguimos con un sabroso arroz de boletus costilla de cerdo y butifarra y cordero rustido acompañado de mostaza de pera, pistachos garrapiñados, y dados de queso azul.
Postres mojito de melón muy refrescante y trufas caseras con un relleno de no recuerdo que y que hay que solicitar al hacer la comanda.
Una botella de agua y para maridar los platos un D.O. Costers del Segre Alges 2010 al que le faltaba un pelín más de frio por lo que nos trajeron una cubitera.
Dos cafés.
Al solicitar la nota un feo detalle, retirar la cuenta con la tarjeta de crédito para posteriormente venir a la mesa con el datáfono.
En resumen un lugar muy agradable, con una buena cocina, vinos a precios excelentes y servicio en esta ocasión mejorable.

En la segunda vez que vamos a este restaurante cerca de Berga.
La primera vez que fuimos hace un par de años nos gusto mucho, asi que como estábamos por la zona decidimos volver?
Es un restaurante muy acogedor, con paredes de piedra y con olor a leña, cálido y con una bodega que no tiene nada que envidiar a las de restaurantes estrellados!!! En sus nichos descansan vinos jovenes desde 7€, hasta vinazos como Petrus, Pingus, jereces muy viejos y champagnes de grandes añadas!

Esta vez nos decidimos por el menú de setas a un precio de 25€ más bebidas:

- PANALLET DE SOBRASADA: extraña aunque sorprendentemente buena combinación dulce/salado.
- CARPACCIO DE OU DE REIG: con piñones y parmesano! Sutil y delicioso.
- SALTEADO DE SETAS CON YEMA DE HUEVO: mezcla de setas salteadas con fondo de carne y yema de huevo, potente sabor de las setas y buena cremosidad.
- CALAMAR DE COSTA CON SETAS JUDIAS: increible creación, un plato cinco estrellas, sabores que separados eran buenos, pero en conjunto, INCREIBLEEE.
- CORDERO A BAJA TEMPERATURA: fricasse de setas, cuello de cordero tierno, pistachos garrapiñados y toques de queso azul de la zona! La magia de la cocina hecha con cariño!!!
- BORRACHO DE BONIATO: hielo de romero, y crema de limón: colofón de un menú otoñal y hecho con chup chup y mucho cariño!!!

Agusti Torelló Brut Reserva 2008 a 12€ más 3€ de descorche.

El servicio ha sido profesional y eficiente, siempre atento, rellenando copas en todo momento y simpatico.
La verdad que ha valido la pena volver a este sitio! Suelo ir a restaurantes mucho más caros en los que suelo comer bastante peor!!!!

MUY RECOMENDABLE

Nuestra impresión global del sitio en cuanto a ubicación y ambiente interior fue muy buena y el trato por parte del personal y el servicio de la mesa muy correctos.

El celler es extraordinario en cuanto a estética, conservación y con un extraordinario surtido que te muestran con muchísima ilusión y conocimientos sobre el tema. Te invitan a una copa de cava y no escatiman su tiempo a la hora de atenderte. Aunque nosotros no pudimos tomar alcohol, es un celler cuidadísimo.

Como las cosas es muy difícil que sean perfectas, en lo que consideramos que deben mejorar bastante es en organización porque el resto ya lo tienen. Sería muy sencillo poder informar al comensal antes de pedir los platos de lo que realmente te pueden servir tanto de la carta como del menú. Nosotros no somos muy exigentes y nos conformamos bastante bien pero primero nos indicaron un cordero relleno con todo lujo de detalles para decirnos al cabo de un rato que no había. El bacalao después de haberlo pedido tampoco les quedaba porque los 8 comensales de una boda lo tenían reservado con antelación. Pedimos otras opciones de primero y segundo pero les dije que me hacía ilusión probar de postre el borratxo de boniato con sorbete de farigola, justo al principio de la comida ya que de no ser así tal vez el menú de precio más asequible que la carta nos hubiera satisfecho igual. Al finalizar la comida la persona que nos atendía tomó nota de los postres y al ratito nos indican que no quedaba tampoco boniato con sorbete. Eso sí, nos trajeron una bolita de sorbete de farigola para que no nos quedásemos con mal sabor de boca. En cuanto a gestión y organización creo que les falta recorrido porque era un viernes a mediodía y aunque nosotros fuimos los primeros en llegar a comer, cuando nos fuimos el local estaba lleno. Es muy posible que esto sea una excepción en su historial pero teniendo en cuenta el nivel de la comida me parece un tontería estropear el resultado con cosas ajenas al placer de comer.

En cuanto a la comida, todos los platos que probamos fueron sorprendentes en sabor y presentación. La crema de cebolla con tupí y yema de huevo, exquisita. La ensalada de foie con pistachos garrapiñados, exquisita. Realmente el tratamiento que le dan al foie es impresionante y la vinagreta era extraordinaria, no cambiaría nada de ella. Y tuve suerte de que no me pudieran servir el bacalao porque el carpaccio de lubina salvaje era increiblemente bueno. Una presentación muy buena y el sabor de los que dejan huella. Francamente exquisito y volvería a pedir ese plato sin duda. También probamos los dados de salmón con verduras a la brasa. Justito de cantidad porque era el mismo plato que el menú pero delicioso también. Y de postres piña con espuma de coco, superior a la media y esponjoso de chocolate con helado de maracuyá, muy bueno y bien presentado.

Por último destacar el trato tan cercano y cordial que recibimos. Un sitio casi perfecto.

Saludos.

Después de ver algún comentario sobre este restaurante, he de decir que yo ya he ido al nuevo propietario que lo lleva desde hace tres meses. No sé como estaba antes, pero me lo imagino, después de leer a algunos foreros, pero ahora puedo decir que es de los de recomendar, sobre todo si quieres disfrutar con la comida, pero sobre todo con el vino. No sé si será marqueting de los nuevos dueños, pero en vez de carta de vinos, te dan un paseo por la bodega con una copita de cava y puedes elegir el vino que más te guste, A PRECIO DE TIENDA Y NO DE RESTAURANTE, ESPECTACULAR. Ellos mismos te lo decantan una o dos veces hasta que está en su momento para tomar. Además te tapan bien lo que te ha sobrado para podertelo llevar. Una delicia. Yo cogí un Quatro pagos 2004, que maridaba perfectamente con la sopa de cebolla y queso de casar y un plato que no me acuerdo su nombre que era la carrerilla de cerdo con una salsa vinagreta con hierbas japonesas, espectacular. Creo que están a la altura de como parece ser estaba antes y vale la pena aprovechar los precios de los vinos. Muy buen servicio. Los postres espectaculares.

Para evitar retornos inmerecidos, por eternos, emprendimos viaje a las 13,00 h pensando en comer en la ruta. Casulamente fuimos a parar a Puigreig, y de nuevo casulamente descubrimos que en un rincón de una calle lateral estrecha, cercana a la mayor, había un restaurante que resultó colmar todas nuestras expectativas. Primeros y segundos platos estaban perfectamente equilibrados en calidad y cantidad, existe una rústica y magnificamente bien acondicionada bodega, a la que se puede acceder desde una de las acogedoras salas, y la gama es amplia en variedad de marcas, añadas y calidad de los caldos. Merece la pena tenerlo presente para cenas íntimas, reuniones de amigos y comidas profesionales.

El pasado jueves estuve en Ca la Quica y una vez más pude disfrutar de este maravilloso restaurante y de la familia de Ramon que tanto cariño saben transmitir, una sopa de cebolla y un bacalao fuera de lo común fueron mi elección, maravillosa comida en todos los sentidos, visita a la bodega, aperitivo, conversación la justa...,

La desilusión vino cuando me comentó Ramon que por motivos particulares dejaban la restauración y que traspasan el local, y que a partir del 10 de enero de este año no serán ellos quienes lo regenten.Me aseguraron que ha puesto esmero en la elección del nuevo inquilino, seguro que sí, pero lo que está clarísimo es que el listón está más que alto.Suerte al nuevo, le iremos a ver, sin duda.

Aproveché para comprarle algún vintage viejecito y algún barolo, si os acercáis por allí antes del día 10 y le comentáis vuestra condición de aficionados seguro que os saca la lista de rarezas, con más de un Burdeos y Pomerol a precios más que razonables.

Os echaremos en falta, y si por algún motivo volvéis a la restauración, hacérosnolo saber!

slts

rnr

Nova visita al celler de ca la quica. Donat que la Mariola ja se m’ha fet gran i s’ha incorporat al món laboral em va convidar, per celebrar-ho, a un sopar com Déu mana. Cuina de mercat amb una matèria primera excel·lent. De primer rissotto de tòfona amb el punt de cocció just i un carpaccio de gamba de palamós amb ceps sublim. De segon un foie amb poma caramelitzada exquisit i una llaminera de porc amb formatge parmesà, panses i pinyons que potser no va estar tant a l’alçada. Per veure un Contino reserva 2001 servit a temperatura correcte i en copes Riedel. Un clàssic de la Rioja amb una acidesa molt correcte i on es percep clarament la fruita vermella i negre. De postres un coulant de xocolata i una copeta de totakj 4 puttonyos del 98 (aquest vi en si mateix ja és un postre).
Moltes gràcies pel sopar Mariola!! Guapa!!!!

Un lugar encantador donde siempre te sientes acogido por Ramón y su padre. El local está dividido en 4 partes; un comedor privado con una llar de foc preciosa; un comedor que a su vez se divide en dos mediante una arcada y donde habrá lugar para unas 4 mesas; luego dentro de la bodega hay una zona habilitada también como comedor y más hacia el interior la bodega, donde te quedarías impregnado con los vinos que allí puedes ver y seleccionar tu mismo. Una carta de vinos muy variada. La comida excelente. Como no, es uno de mis sitios predilectos, aunque la carta es un poco escasa y cuando has ido unas cuantas veces te placería probar nuevos platos.

Excepcional restaurant ubicat a un semisòtan amb sostres en forma de bòbeda.
La carta és curta però els plats que s’ofereixen són de primeríssima qualitat, destacant el carpaccio de gambes de palamós amb ceps (realment exquisit).
Esment apart mereix la bodega. En Ramon, sempre disposat a assessorar-te en la teva elecció, t’acompanya al celler on tu de primera mà pots escollir entre una gran quantitat de referències (tant nacionals com a internacionals). Vam escollir un leroy 1999 (41€) que tant a mi com a la meva parella ens va encantar. El preu del vi X 2 (a botiga)
En resum, un restaurant d’obligada visita si vols gaudir d’un àpat exquisit.
Tornaré

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