Un hotel en la avenida que lleva hacia El Pireo a una distancia algo alejada para ir a pié y algo incómoda para ir en taxi porque para ir desde el centro hacia el hotel hay que pasar al otra lado de la calle (autovía) sin giros a la izquierda sino que hay que buscar el tunel que te lleve a la otra parte. No está lejos pero sí incómodo.
Hay transporte publico (bus) en parada cercana aunque no con mucha frecuencia. Los taxis son baratos comparados con España.

Tiene 5 estrellas y así lo parece en todos sus puntos menos en el servicio de restaurante rápido ya que casi nunca hay nadie, casi ni camareros.

El desayuno bien en general. Espectacular la miel con su panal (sin abejas) y todo.
Habitación muy amplia, cama 2x2, buena ropa de cama, tele grande aunque algo desfasada, buen baño en servicio y tamaño con mucho mármol y menos gadgets (se hecha en falta limpiazapatos tras el turismo). Amplia mesa de trabajo con múltiples enchufes aunque no hay wifi gratuito mas que en el hall. Amplio armario con muchas perchas. Buen aislamiento acústico.

Algo excepcional es la piscina del 8º piso donde todas las noches hay ambiente. No es muy grande pero tiene unas vistas sobre la Acrópolis de postal (de día y de noche).