Como puede ser que los "Wok" estén llenos de género y sean tan baratos...?

Habla, habla... Por esos precios la calidad brilla por su ausencia. Y lo difícil que es encontrarla ;-))

Sea lo que sea, hay algo que no está bien en este tipo de restaurantes: un mal producto o los derechos de sus trabajadores. En China que hagan lo que les dé la gana, pero aquí hay unas leyes y los trabajadores tienen (tenemos) unos derechos.

No digas más, que yo fui el otro día a un KFC... Estoy entre irme a comprar habanos a origen o hacer una visita a Montserrat de rodillas... :-D

Para acabarlo de arreglar, lo único que no les gustó a mis hijos fueron las patatas fritas... Y eso que la Pepsi Cola sabía a agua con gas :-S

Caram, Domènec! No coneixia el teu vesant còmic ;-)

Tengo la inmensa fortuna de pertenecer a una generación en la que durante los años de la infancia no existían estas aberraciones de restaurantes. Comida en casa de la madre o de la abuela, comida en el cole, para acostumbrarnos a comer de todo, y valorar lo de casa, y una mili en la que había cosas que harían vomitar a una cabra, para valorar lo del cole y venerar lo de casa.

Pena esta generación que estáis criando que con las escusas mas pueriles, he llegado a oír que es que es lo que les gusta (panda vagos de padres que hay) que cuando lleguen a la pubertad pensaran que solo un descerebrado es capaz de comerse un hígado de pato precirrotico.

Es más cómodo para algunos padres, comprar al niño un bollicao para el recreo que prepararle un buen bocadillo de jamón.

No es que me preocupe que mis hijos se aficionen al fast-food, puesto que casi no van (conmigo, la primera y probablemente última vez). Lo que me alucina es que les guste algo que a mí me produce náuseas... :-S

En casa procuramos probarlo todo, desde el fast-food hasta la alta cocina. Prefiero que lo prueben conmigo que con sus amigos. Mi hija ya tiene claro que prefiere un buen restaurante (este verano se ha pegado un atracón de carne que no es normal que no haya engordado ni un gramo. Pregunta a Alfonso Meneses o a Mario Estévez) al fast-food. Con mi hijo, lo llevamos peor, pero es más pequeño y no perdemos la esperanza. Seguiremos intentando educar su paladar ;-P

Yo no comí apenas en el colegio y, por suerte, tampoco en la mili. Mis hijos van por el mismo camino ;-)

cuando estoy deprimido me paso por un KFC y me doy cuenta de que podria estar MUCHO peor:-)
salut