Problemática del vino en la restauración

Así titulaba un artículo que leí hace unos días y que quería comentar con vosotros, porque me pareció curioso lo que comentaban...

Hablaba sobre las enormes diferencias que existían en el tratamiento de los vinos entre los diferentes restaurantes y cómo el vino se estaba convirtiendo en un parámetro muy a tener en cuenta a la hora de valorar y posicionar un restaurante.

Hablaba de los diferentes problemas que los restauradores se encontraban, de los cuales enumero los más importantes a continuación y apuntaba una serie de ideas fundamentales para fomentar y aumentar el consumo/la cultura del vino:

1.- La dificultad de hacer una buena bodega, con un amplio abanico de referencias. En primer lugar por el desembolso económico, ya que compran por cajas, obligándose a mantener un stock muy elevado.
2.- La dificultad de espacio que se requiere.
3.- La falta de profesionalidad y de conocimiento en un sector donde existe una gran rotación de personal.
4.- Los clientes, que excepto los conocedores del vino siempre se decantan por vinos de toda la vida, que son los únicos que al final tienen una rotación interesante.
5.- Cartas de vino que dicen poco al cliente "standard". Que le resultan frías. Las lee y se queda igual.

De igual manera, lanzaba una serie de ideas, alguna de ellas que él mismo, sobre la marcha, iba descartando en parte, con la intención de relanzar y hacer más accesible el vasto mundo del vino al público:

1.- Servicios de vino por copas, para permitirle al cliente conocer mchas más referencias. Como contra, él mismo apuntaba que un vino de calidad, ya abierto de horas atrás, podía no presentarse en su mejor estado de conservación.

2.- La posibilidad de un servicio de distribución de vinos más personalizado, que no estén obligados a comprar por cajas completas.

3.- Implantar la cultura de permitir al cliente poder llevarse a su casa, de una forma normalizada y más o menos elegante, esa segunda botella que nunca se piden para terminar una última copa en el restaurante.

4.- Que las bodegas tengan acceso a hacer algún tipo de promoción, al estilo de como hacen las marcas de licores por las noches en muchos locales, y poder hacer algo similar con alguna bodega en restaurantes.

5.- Hacer unas cartas mucho más legibles/ entendibles al público en general, incluso donde venga una información básica de maridajes sobre cada vino.

6.- Lo más importante, un "apretarse el cinturón" en el margen que el restaurador aplica para con los vinos.

Qué os parece? Yo lo veo muy interesante. Pensáis que estos comentarios o ideas realmente serían efectivas y provocarían un incremento en el conocimiento y el consumo del vino? Se os ocurren comentarios, en contra, a favor o diferentes?

Un abrazo a todos/as.