Y volví de León

4 respuestas
    #1
    Camba 1966

    Y volví de León

    Buenas tardes:
    Acabo de llegar de León. Antes de nada agradeceros vuestros consejos.
    En cuanto a mi experiencia: Cocinandos, muy bien, sí, pero, ¿cómo decirlo?, no me sorprendió. He conocido otros restaurantes con el mismo perfil que son mejores y carecen de la archiconocida estrella. Sea como fuere, es una opinión, subjetiva como todas las opiniones. Lo que no es subjetivo son dos defectos que para mí tiene. Uno, la carta de vinos: floja, flojita, floja. Dos, una de las camareras, de modales tan bruscos que, ojito, por menos han quitado la estrella a más de uno.
    Cené en La Bienquerida. Estupendo. Cocina bien hecha con indisimulada influencia oriental. Pero más allá de influencias y otras mandangas, todo lo que comimos estaba muy bueno. Y quien nos atendió, más majo que la leche.
    He comido en el Parador. Sencillamente, para olvidar. Ni fu ni fa.
    ¿El Barrio Húmedo? Esta muy bien, sí, y si tuviera unos cuantos años menos, mejor. ¿Me explico?
    Un abrazo y mil gracias, repito.

     

    #2
    gavelar
    en respuesta a Camba 1966

    Re: Y volví de León

    Ver mensaje de Camba 1966

    Me alegro que disfrutaras, yo no criticaría al Cocinandos o corres el riesgo de que te veten la entrada...¿qúé tal el vivaldi?. Has venido en la peor época del año para conocer el húmedo...mejor un diario. Celebro que te gustará la bienquerida, los últimos jueves de cada mes tienen unas cenas con maridaje realmente interesantes. Saludos

    #3
    Camba 1966
    en respuesta a gavelar

    Re: Y volví de León

    Ver mensaje de gavelar

    Al Vivaldi al final no fui. Me hubiera gustado, pero preferí dejarlo para otra ocasión.
    Cocinandos, como dije, me gustó; ahora bien, a uno de su categoría le exijo más. Salir del local diciendo, "Estuvo bien este plato y el otro", sin más, es un poco-poco. No sé la razón, pero creo que le falta un punto de genialidad o de pasión a su cocina. Si además le sumamos lo de la carta de vinos -mucha tablet para nada- y la conducta de una de sus empleadas -¡vaya brusquedad se gastaba la niña!-, la estrella, pienso, le queda un pelín grande.
    Y sí, esa pasión por la cocina la vi en La Bienquerida. Lástima que de apetito andaba algo justo y no pude disfrutar todo lo que merecía lo que nos sirvieron. (Esta es la razón por la que no fui a Vivaldi, porque el depósito lo tenía lleno.)
    Un abrazo.

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