Nuestras costumbres bajo el punto de vista norteamericano

26 respuestas
    #25
    ahalliwell
    en respuesta a Maximo S.T.

    Re: Nuestras costumbres bajo el punto de vista norteamericano

    Ver mensaje de Maximo S.T.

    Como inglés que ha elegido vivir en España, tengo una mezcla de opiniones:

    Me gusta el horario solar tal y como es. Tener "más luz" por la tarde significa que puedo disfrutar mejor de mis horas libres. Me da igual que está oscuro hasta las 8:30 por la mañana en invierno.

    Preferiría que empezara las programas "prime time" un poco antes. No voy a ver "la peli de la semana" que empieza a las 22:30h, porque me molesta tantos anuncios a última hora y tengo que estar despierto a las 8h por ir al trabajo.

    Me decepciona que la gente joven no salen hasta las 23:30h o más los fines de semana. Niego salir hasta las 05h para el ocio, porque me cuesta varios días de recuperarme. Entiendo que en Sevilla en el verano tiene más sentido salir cuando es tiempo es más fresco, pero eso no significa que hay que esperar medianoche en Palencia o Gijón en enero. Mejor salir a las 21h o 22h, beber, bailar y estar en casa a las 3. No digo que hay que copiarlo, pero en Inglaterra la gente pueden salir directamente de la oficina a las 6h por ejemplo a los bares y volver a casa a las 23h, 00h o la 01h y vivir el día después, más o menos en condiciones.

    Está bien lo de comer bien y tomar tiempo a mediodía. Así disfrutas de cada día. En Inglaterra a lo mejor tienes que trabajar 50 horas la semana y muchas veces comes un sandwich a la mesa del despacho para "ahorrar tiempo", así que si estás en la oficina de las 08h hasta las 18:30 consigues tus 50 horas. Pero vives como un robot.

    #26
    JoseEnrique

    Re: Nuestras costumbres bajo el punto de vista norteamericano

    Siento discrepar con la mayoría, creo que el artículo es respetuoso y, aun mas, que nos ha retratado como una foto de alta definición. No veo perjuicios, sino un análisis bastante objetivo. La reacción lo demuestra.

    Podemos seguir pensando que la culpable de todos nuestros problemas es la Merkel y quedarnos tan panchos como un argentino diciendo que la culpa del corralito la tiene el FMI o las multinacionales españolas. O podemos reflexionar sobre lo que realmente somos.

    No creo que lo nuestro sea tan malo. Pero por sentido práctico, deberíamos dejar las siestas y las tapas para el fin de semana. En días laborales trabajo paro sólo 30 minutos para comer en el comedor de mi empresa. Compagino mi vida mediterránea con las comodidades de norte de Europa que tanto nos gustan a todos.

    Me gusta la buena vida como al que más, pero la vida actual tiene su peaje. Siempre nos quedará volver al pueblo y vivir como hace 50 años. La opción está ahí, para los valientes. Pero que se dejen el móvil y el coche (y tantísimas otra cosas) en la ciudad, que entonces no había nada de eso.

    #27
    Bubblingunder

    Re: Nuestras costumbres bajo el punto de vista norteamericano

    Es un poco largo pero reproduzco mas abajo mi columna (semanal) publicado en el Diario Sur de Malaga (Grupo Vocento) hace poco acerca de este tema.

    HORARIO EUROPEO
    AJ Linn
    Según la Comisión Nacional de Racionalización de Horarios, el 60% de los españoles está dispuesto a adaptarse al ‘horario europeo’. Una vuelta por el Parque Tecnológico a eso de las dos de la tarde nos aporta una idea del futuro. Allí nadie va a su casa a comer, y los restaurantes y bares de la zona trabajan a tope entre las dos y las tres. Se supondría que a estos jóvenes, la gran mayoría, ni les importa trabajar desde las nueve hasta las seis o las siete, con hora u hora y media para comer, pero la dura verdad es que el horario europeo no solo implica un reajuste de la hora de comer, sino un cambio radical de la vida cotidiana.
    Desde luego la siesta desaparecerá para siempre, mientras la tradicional comida fuerte tendrá que trasladarse a la noche, como en casi toda Europa, donde en la mayoría de las oficinas lo normal es comer un sándwich a mediodía mientras siguen tecleando y hablando por teléfono. El horario europeo es horario intensivo camuflado, típicamente de las nueve hasta las cinco o las seis, con la única posibilidad de levantarse de la mesa de trabajo de vez en cuando para dirigirse a la máquina de café. Y a falta de haber comido en todo el día, por la noche tendremos hambre y querremos comer a base de bien. ¿Cómo encajará esto con salir de copas o a tapear?
    No hace mucho me tocó acompañar a la directiva de una empresa norteamericana en su visita a Málaga. Estando en un bar del centro a media mañana, la buena señora, que miraba la afluencia de gente que había a esas horas tomando su café igual que nosotros, me preguntó, ‘¿Por qué no están en sus oficinas trabajando?’ Es obvio que ella, como jefa, prefiere ver a sus empleados encadenados ininterrumpidamente a sus mesas de trabajo durante la jornada de ocho horas (léase ‘horario europeo’).
    Antes de abandonar el ritmo de vida sur-mediterráneo y entregarnos a la disciplina del norte, la pregunta es ‘¿Vivimos para trabajar, o trabajamos para vivir?’

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