Hay una cosa que se llama vanidad. En Asturias hay un restaurante que se gastó

Hay una cosa que se llama vanidad. En Asturias hay un restaurante que se gastó una fortuna colosal en reformar su restaurante porque cierto crítico le dijo que tenía un soplo de que si ponía la cocina tipo Arzak, con mesa a la vista y demás, conseguiría la 2ª.
A nadie le amarga un dulce, pero cuando te avisan de que o reformas o te la quitan, empeñas hasta las pestañas para que no te penalicen, porque eso sí que hace daño.
El Bohío tiene una desde el siglo pasado y estuvo a punto de cerrar cuando le tocó la lotería de Master Chef, ahora está "petao".