Nueva generación de camareros.
Siempre había puesto de ejemplo los camareros de Madrid, esos que con el local lleno tan solo asomar la cabeza por la puerta ya te estaban diciendo, “pasen señores, aquí tienen un sitio, ¿qué van a tomar?
Eso que para lo madrileños es normal para los de mi zona es la releche, acostumbrados a entrar a un bar medio vacío y que el camarero ocupado en “sus” labores no nos haga ni puñetero caso.
Bien, ahora además supongo que como los “nacionales” no quieren trabajar los sábados, domingos y fiestas de guardar por un mísero sueldo, algunos de estos restaurantes están contratando camareros/as de “importación”.
Los que me conocen saben que no tengo nada que objetar a dichos trabajadores/as, pero la mayoría de ellos no tienen repajolera idea ni de hostelería ni de trato con el público. No les puedes preguntar por un vino ya que te dicen que no beben, si preguntas por un plato tienen que preguntarle al encargado, el colmo fue en un restaurante argentino especializado en carne, al pedir a uno de los camareros una recomendación nos dijo que era vegetariano y se quedó tan tranquilo.
Lo que me preocupa es que en mi última visita a Madrid y en un muy buen restaurante, me ha atendido uno de estos camareros.