¿Están cambiando los papeles en la hostelería?
El otro día estábamos debatiendo en una mesa con aficionados a esto del buen comer que los papeles en la restauración han cambiado a lo largo de los años. Podríamos decir el caché, por resumir brevemente a lo que me refiero. Hace unos años lo que molaba era ser maitre, jefe de sala, sumiller, lo que fuera, pero no entrar en ese infierno que es la cocina. Ibas bien vestido, llevabas un buen reloj, imagen cuidada y tenías relación con tus clientes, que además tenían un alto poder adquisitivo y podías codearte con ellos casi como si fueras su igual, al menos dentro de la sala. Luego todos esos títulos pasaron a ser uno: camarero. Ahora todos querían ser cocineros, Ferran Adrià, Berasategui o Arguiñano, que molaba igual porque contaba unos chistes buenísimos. Pero es que ahora me huele a vuelta del péndulo, a que cada vez hay más gente dedicándose a la sala. Por supuesto estamos en ese punto intermedio en que Masterchef y otros programas siguen avivando la fiebre del cocinero, pero me veo dentro de poco a todo el mundo formándose en coctelería clásica, sumillería... Y bienvenido sea. Cómo echo en falta aquellas preparaciones en sala, el steak tartar, el crêpe suzette... pero es que el otro día vi hasta un guacamole preparado en presencia del cliente. ¿Observais lo mismo que yo?
Saludos Dani