Longevidad de los blancos franceses

Como me aconsejó Juan Ferrer una vez, hay que escribir bien los nombres de los vinos para no crear confusión, y más si se escriben en un idioma que no dominamos; el vino en cuestión se llamaba Chateau Carbonnieux Blanc del 1989. Lo que me recuerda una anécdota que explicaba Alexis Lichine, en su libro, del vino en cuestión. Explicaba que para vender su vino en Turquía (donde prevalecía la prohibición islámica del consumo de vino), los padres de la abadía de Sainte-Croix de Bordeaux, propietarios de la viña, lo etiquetaban como agua mineral. El sultán lo probó y dijo: “;Si el agua mineral francés es tan buena ¿Por qué se molestan en hacer vino?”;
Un abrazo.