Trabajo de campo

Pequeño trabajo de Campo

Supongo que llevado por mi espíritu investigador, decidí este verano hacer una pequeña locura. Todos sabéis lo que me apasiona el mundo de la restauración y el vino, pasiones que todos aquí. Este verano se presentaba algo tranquilo, sin demasiadas preocupaciones, trabajando solo por la mañana y con bastante tiempo libre. Así pues, una mañana, decidí ver el espectáculo desde el otro lado y me dirigí hacia el restaurante de un buen amigo: José de Velour. Ya que me ponía a hacer locuras elegí al más loco que conocía.

Durante tres meses he estado de jueves a sábado en el restaurante, asesorando sobre vinos, maridaje, sirviendo las mesas... siempre bajo la tutela de José que, quienes lo conocéis, ya sabéis que tiene sus manías. Pero no os creáis que ha sido trabajo de “señorito”, he cumplido todas las tareas que me competían. He fregado suelos, secado copas, montado comedores... Vamos que he trabajado como uno más sin remilgos.

Al principio es algo decepcionante, moverse entre los bastidores de una obra de teatro no permite disfrutar de la magia del espectáculo, descubrir que las películas no se filman en el orden con que las vemos resta romanticismo y trabajar en un restaurante, vivir el día a día, la carrera, la batalla, aguantar al comensal, controlar la sala, controlar cocina... acaba desencantándote. Con el tiempo esto se va haciendo cotidiano y aguantas el tipo.

Ahora soy mucho más puntilloso con el servicio, el montaje de mesas, la arquitectura del plato... a la par que entiendo mucho más el estrés que antes vislumbraba en la cara del servicio cuando me atendían como comensal. Por otro lado , tras padecer en mis propias carnes el trato altivo y orgulloso de algunos clientes, he humanizado mucho más la figura del camarero, sumiller, etc.

Así pues, en contraposición a algún hilo que en este foro se ha tratado sobre la poca profesionalidad del servicio en restaurantes, yo os presento la falta de respeto, cabezonería e ignorancia de muchos comensales. Y ojo, que yo soy el primero que critico un mal servicio y que piensa que faltan profesionales en los restaurantes. Simplemente me gustaría que recapacitáramos sobre este punto, la otra cara de la moneda.

En estos tres meses he tenido que oír tales aberraciones de los comensales... y lo peor es que cuando intentas corregir a alguien de su error se indigna y lucha encarnizadamente por defender una falsedad, aunque estos temas psicológicos los dejaremos para los profesionales. ¿O es que, como se apuntaba por ahí, el cliente siempre tiene la razón? Porque entonces apuntad: según clientes “la uva más característica de los Rioja es la cabernet sauvignon y no la tempranillo, como muchos apuntan”, “la uva Ortega solo se cultiva en España”, “el palatinado es actualmente región francesa” o “la D.O. Valencia no existe chaval, es Utiel-Requena”, y te tienes que callar...

Gracias a Dios estos han sido los menos que nos han visitado y por el contrario he conocido a gente maravillosa, gente que ha influido en mi vida y con los que he estrechado amistad. Además he conocido a algún veremero: a Sloop-John-B, Crizes contando sus problemas en Las Rejas, Vicente Traves, Greg y otros que han pasado por aquí, hemos conversado y hemos pasado buenos momentos.

La valoración global es muy positiva, he aprendido y catado en meses lo que en un año y he conocido el mundo de la hostelería por dentro, curiosidad personal que he satisfecho.