Demasiados vinos blancos pajizos...o al menos eso me parece.

De un tiempo a esta parte he ido observando, no sólo en las catas publicadas en Verema, sino en cualquier otra cata o pseudovaloración de un vino blanco, la proliferación del comentario acerca del color del vino blanco, refiriendolo al denominado blanco pajizo. No soy estadista pero a simple vista te puedes hacer una idea de que al menos el 75% de los blancos que se valoran en la actualidad, en la fase visual dan el llamado color pajizo, con independencia de la uva utilizada para su elaboración.
Me da la impresión de que hace algunos años se podía encontrar en los foros vinícolas tanto digitales como escritos, unas descripciones acerca del color de los blancos más variadas y precisas. La verdad es que ahora mismo, si tuvieramos delante diferentes copas con un chardonnay con crianza, un albariño, un verdejo joven, un airén, un macabeo o un sauvignon blanc, podríamos comprobar que los tonos que econtrariamos cubrirían un amplio espectro de color, desde los amarillos más pálidos a los dorados con reflejos verdes y pasando por los tonos ambar.
Quizá el problema radique en la prisa que tenemos por llegar a las fases olfativas y gustativas, tan apreciadas en los vinos blancos y, de esta forma, pasemos por alto la apreciación de los tonos y por ello tendamos a colocar el "comodín" del blanco pajizo. Y pienso, que como está tan extendida su utilización a todos nos parece bien colocado el adjetivo y estamos logrando que todos los blancos sean amarillos pajizos.
Simplemente os doy mi opinión, que por su puesto no soy ningún experto en la materia, pero al menos yo voy a hacer un ejercicio de autocrítica sobre la apreciación de los tonos de estos vinos, ya que muchos de los blancos catados en Verema u otras catas que he leido, bajo mi humilde opinión, no son de color blanco pajizo.
¿cuantos podrían decir que han visto en persona un pajar o una bala de paja? Yo os puedo decir que sólo lo he visto en fotografías.