¿Somos tan raros?

Buenas..pues mi pregunta de si somos tan raros la hago porque me ha vuelto a suceder la siguiente:

Comida familiar en casa. Durante unos días llevo pensando en el menú para intentar maridar el vino de la mejor manera posible. Un vino rosado (Quinta Clarisa 2009..2º mejor vino rosado español del 2009 en el certamen de la Nariz de Oro...todo cerezas...casi gominolas en la nariz y en la boca..una delicia). Para el plato principal y dado que no era un plato muy contundente en cuanto a sabor, me decanté por un Borgoña Pinot Noir Bernard Moreau..un vino fácil de beber pero ...un Pinot Noir!!.... Vino para el postre un Ariyanas merlot naturalmente dulce...mermelada de melocotón y miel en la boca y en la nariz..una pasada...

Bueno..después de mi preocupación con el vino, no esperaba que nadie me diera un abrazo y un beso por el servicio del vino..peeeerooo...nadie hizo absolutamente ningún comentario, ni bueno ni malo!..

Supongo que el error quizás está en pensar que la gente comparte nuestra debilidad con el vino y, para nada es así. No todo el mundo se para a pensar cuando bebe un vino si es bueno o es malo y supongo que tendré que empezar a convivir con ello...La gente abre el buzón (como yo digo...) y echa el vino dentro sin más!.

Para mi, cada botella de vino abierto es una aventura..es como si me encerraran en una habitación aislada con mi botella para que nada me distrajera en el momento de probarlo. Pongo a prueba tanto a mis sentidos como al vino que me dispongo a probar..e incluso a veces me doy el lujo de pensar por qué manos habrá pasado ese vino, desde los vendimiadores, enólogos, sumillers, etc.

En fin...creo que me estoy volviendo idiota por momentos...será eso!