Cata de Vega Sicilia en 9º Encuentro

¿Cómo explicar la elegante estirpe de estos vinos catados en el 9º Encuentro? (mil gracias señores trajeaos)
No busquemos en Vega Sicilia opulencias, copas tintadas, regustos interminables, perfumes abrumadores, complejidad extrema o fragancias misteriosas.
No, VS no ofrece esos celebrados fastos. Los vinos se nos revelaron arquetipos de distinción, equilibrio, sedosidad, delicadeza y seducción.
Es difícil explicar algunos de los anteriores conceptos porque son sensaciones que habitan en el campo de los sentimientos, ¿no serán producto del magnetismo con el que puede hechizar esta legendaria bodega? Sinceramente no lo puedo asegurar, pero es lo que he experimentado y así os lo trasmito.
Tras años de disfrute y fascinación con los Aliones (mi vino favorito por debajo de 50 €), el año pasado, una botella de Alion 2005 degustada en compañía de mi mujer me cautivó definitivamente con algunas de esas inmaculadas características.
Pocas semanas después leí que ese mismo vino había ganado en cata ciega de varios profesionales a la ‘flor y nata’ de los vinos de Ribera de Duero incluidos algunos ‘hermanos mayores’.
Por tanto, mis expectativas eran muy altas. ¿Podrán los VS con mis amados Aliones?
Llegado el momento, en esta cata, he constatado la obsesión que la bodega padece en su búsqueda de ‘lo celestial’. Efectivamente Aliones y VS presumen a la par de la condición de armonía y sutileza, sin que las nuevas pesquisas resuelvan un beredicto final, que no sea otro que, ‘todos son benditos’.
Por otro lado, los también degustados Valbuena 5º Año del 2005 y 1998 se desplegaron como enormes vinos, aunque sin esa sensualidad. Se atinaron, además, apuntes bastante diferentes entre las dos añadas. Un 2005 muy expresivo con la fruta roja (fresa ácida) muy abierta (es posible que demasiado explícita y sin gran futuro, como dijo el amigo Pedro C.) y un 1998 en un momento fantástico evolutivo, algo más complejo y con gran vida por delante.
Vega Sicilia Único 2000
Todavía algo secante tras 10 años, y con un color aún vivo. Barre las papilas con cremosidad y aristocracia. Amplio hasta apabullar los carrillos. Gran potencial.
Vega Sicilia Único 1995
Esta añada se muestra hoy en una idónea plenitud de madurez y desarrollo. Por supuesto, resistirá y sobrevivirá añejando como sólo los grandes saben, pero actualmente se me antoja quimérico. Sotobosque, mineralidad, tierra húmeda, regaliz dulce y fruta roja de calidad gourmet. Un tal Parker le dijo al Rey que había vuelto a catar ahora (Noviembre de 2009) el 94 y 95 y la puntuación hoy sería 100.
Vega Sicilia Único 1983
No se trata de una añada muy celebrada pero sirvió de constatación de la lozanía de estos monstruos tras 27 años de vida. Nos encontramos un vino increíblemente frutal, con presencia de maderas finas evocadoras de la atmósfera de la bodega (según apunte de la directora de cata), regaliz, chocolate y trama dulce.
Vega Sicilia Único 1976
En mezcolanza con la fruta descollaron los ahumados, tabaco o cacao.
Se vislumbran primeras notas ajerezadas, o ligeros recuerdos de brandy (Catachan).
Vega Sicilia Único 1967
Algo más cerrado que el anterior pero con similar paleta aromática.

Pues lo dicho, gracias a Verema y hasta otra ocasión.