Emile Peynaud decía que La cata-adivinanza "A ciegas" no

Es un ejercicio de profesional, sino una diversión para un juego de sociedad. Hay na pregunta que con frecuencia se le hace al catador: ¿Se puede reconocer realmente el origen de un vino, su cosecha y su añada? Es muy difícil ya que sólo se reconoce lo que se conoce, lo que se ha probado al menos una vez, yaún así seríapreciso que las condiciones de las dos pruebas fuerna próximas.

Algunos brillantes ";sumilleres";, en gamas de vinos más o menos amplias, son capaces de realizar esas hazañas. Para el resto, generlamente se trata de una deducción o, mejor dicho, de una adivinación o trampeo, pero es no es catar! Identificar un vino es como identificar a una persona. Hay que saber reconocerla y nombrarla. En el caso de un vino hay que reconocerlo al menos parcialmente, y poder definir sus cualidades y su tipo, su clase, edad, origen geográfico, incluso poder identificar los vidueños con los que está hecho, y situarlo dentro de una jerarquí. Sólo se puede identificar un vino que tenga tipicidad. Un vino sin personalidad no deja ninguna señal en la memoria. i no se parece, si no tiene el aire de su ";Cru";, no tiene muchas posibilidades de ser reconocido o catalogado. A veces de puede identificar un vidueño, una región o una añada de una determinada región. Sólo los ignorantes creen reconocer hatibualmente las características de un vino, pero su inexperiencia no resiste una prueba de cataa ciegas.

Pues bién, estando completamente de acuerdo con el padre de la enología moderna, solo me cabe decir que ahora es aún más Desafio en el que nos hemos metido ¿no?
Y que conste me encanta el aprendizaje asociado a una cata a ciegas, convenientemente dirigida. De echo el próximo Viernes 29, he preparado una cata a ciegas para los de AkatÁ, así que aunque esté de acuerdo con la opinión, siempre todo tiene dos lecturas.

Me encantaría saber vuestra opinión al respecto.
Saludos de un Peynaudiano
Antonio Jesús Reina (AkatÁ)