Ramos Pinto Porto Vintage: tres siglos de historia en siete botellas

Excepcional cata vertical la que vivimos el pasado lunes en Lavinia Madrid, ya que viajamos a través de 3 siglos de historia con uno de los vinos más señeros de Oporto, el Vintage de Ramos Pinto. Se trata de una bodega fundada en 1880 por Adriano Ramos Pinto y que en su gama actual producen vinos tanto del Douro como de Oporto, y de estos últimos todas las tipologías como son los tawnys, los colheitas, los LBV y por supuesto los Vintage. En la actualidad pertenecen a la casa de Champagne Louis Roederer. La cata la dirigió su responsable técnico João Nicolau de Almeida, con una explicación profunda y certera de la zona y sus vinos.

Los Porto Vintage son, como sabemos, la máxima categoría dentro de los vinos de estilo reductivo y proceden de forma habitual de la mezcla de variedades tintas de los viñedos más viejos y seleccionados, se vinifican en lagares de granito y se corta la fermentación añadiendo un aguardiente que deja un cierto azúcar residual. Tras dos años de crianza se embotellan y su vida en los mejores productores y en grandes añadas es casi eterna. El mejor momento para su consumo es a partir de los 30 años y suelen tener una curva muy especial, ya que recién embotellados son bombas frutales que se pueden incluso disfrutar, a partir del 5º año suelen comenzar a cerrarse y es ya a partir de los 20-25-30 años cuando, dependiendo del año y del productor, comienzan a ganar en elegancia, complejidad y equilibrio para su mejor disfrute. No todos los años son declarados como Vintage por su calidad, suelen ser unos 3 por década, pero una bodega puede embotellar un Vintage fuera de los años de calificación siempre que el instituto se lo certifique, además de los “Single Quinta Vintage”, que son Portos Vintage de una sola viña que pueden ser embotellados y comercializados fuera de los años clasificados oficialmente como Vintage.

Tras esta somera introducción vamos a repasar lo que dieron de sí las botellas, un auténtico espectáculo:

-Ramos Pinto Porto Vintage 2011: añada considerada como una de las más grandes de los últimos tiempos, gran complejidad y viveza, enorme materia y peso frutal, marcada acidez y estructura tánica, poderoso pero elegante, un enorme Vintage joven para guardar muchas décadas. [9,3/10]

-Ramos Pinto Porto Vintage 2003: un gran año para los Portos Vintage y se nota en el vino, muy equilibrado entre fuerza y elegancia, gran peso frutal y especiado, mucha sustancia y gran presencia tánica, moderado dulzor final y marcado desarrollo. Comienza su fase de cierre poco a poco, hablamos de un vino para revisitar en 20 años. [9,4/10)

-Ramos Pinto Porto Vintage 1995: un ejemplo de año “no vintage” pero que la bodega declaró como tal con la certificación del Instituto. Fue el vino menos convincente de la tarde en especial por su mayor agresividad en boca, donde mostraba una fuerza menos domada que sus hermanos. Mantenía eso sí una cierta complejidad en nariz. [8,6/10]

-Ramos Pinto Porto Vintage 1983: quizá el primero de los vinos que ya se puede consumir, pero con mucho margen de mejora. Gran complejidad apareciendo especias, minerales, regalices, fruta negra y tonos florales, con una marcada elegancia en boca y un tanino ya más pulido. Excelente Vintage clásico que ya se muestra entre los mundos de la juventud y la madurez, aunando las virtudes de ambas fases. [9,5/10]

-Ramos Pinto Porto Vintage 1970: un vintage en gran momento, color ya más apagado y capa más ligera, complejo, sutil, con una fruta delicadísima, un precioso bouquet especiado y balsámico, floral, encantador por su finura y elegancia que se plasman en su paso por boca, pura poesía líquida en el paladar. Largo, persistente y encantadoramente envolvente. ¡Una joya! [9,7/10]

-Ramos Pinto Porto Vintage 1924: el salto de 46 años se notó mucho, de haber puesto un 1945 la cata hubiera sido perfecta, en cualquier caso ya cambia el color, más anaranjado y nos encontramos ante una maravilla cambiante y exótica, con notas de bazar de especias, pan de higo, miel de brezo, turba, a veces parece un malta de Speyside, fruta compotada, piel de naranja, con un paso por boca deliciosamente armónico, con acidez, longitud, equilibrio y sobre todo grandeza. Cercano a la centena, este vino ha alcanzado la mayoría de edad. Singular. [9,9/10]

-Ramos Pinto Porto Vintage 1880: siempre se crea una atmósfera especial cuando estamos ante las contadas ocasiones de probar un vino del siglo XIX, en este caso con 133 años de vida. Añada fundacional de la bodega. Y un vino increíble por su viveza, por su elegancia, por su complejidad, notas de café y especias, fruta en almíbar, miel, orejones, una nariz nada oxidativa y que muestra su condición de Vintage y no de Tawny. Boca de una elegancia proverbial, largo, con garra, dejando una huella imborrable de frutas amargas y un tono de frutos secos. Un vino para la memoria, para el recuerdo. [10/10]

Son muy contadas las ocasiones en las que se puede disfrutar de una vertical de este nivel con vinos de tres siglos distintos (XIX, XX y XXI) y por supuesto son muy pocos vinos en el mundo los que pueden envejecer con la clase con que lo hace un gran Porto Vintage. La clase de estos vinos es complicada de igualar y el paso de los años les otorga una distinción y un equilibrio formidables, nos atreveríamos a decir que cuanto más tarde se consuman, mejor. Y este de Ramos Pinto sin duda merece estar entre los destacables, pues tanto los más actuales como los más clásicos alcanzaron un nivel realmente importante, llegando a la más absoluta excelencia en las tres botellas más viejas.

Una cata de las que no se olvidan, os dejo una foto con las botellas

Vertical de Ramos Pinto Vintage