Cata de vino y escupir.

No puedo decir nada más que estoy totalmente de acuerdo.

En el interin he realizado mi cata cuasi diaria de vino de unos 150-200 cl, con anotación de sensaciones ( ya que tengo una pésima memoria) y por supuesto que le he dejado que se intregre en mi tanto como pueda y se pierda por todos los conductos de mi baqueteado cuerpo.

saludos.kalsel2.

Para hacer una cata no hace falta tragar todo el vino que pruebas en cada paso, pero sí el que vaya a definir el final o postgusto aunque sea una pequeñísima cantidad, si no es así no podría definir muy acertadamente las cualidades organolepticas de un vino. saludos
antonioluna

En complejo tema metido te has.

No olvides que siempre pasa vino con la saliba, y a tenor de lo que comenté más arriba con efectos legales plausibles.

El cuanto poco es necesario yo no puedo aportar nada, pero no deja de ser una pregunta que siempre nos anda rondando, por lo menos a mi. Pero en fin, tamoco me quita el sueño, por ahora.

saludos.kalsel2.

Yo que voy a tantísima cata de decenas de vinos a la vez, me he habituado a lo de escupir. De hecho, soy de los que pide una cubeta propia, porque no me gusta lo de tener que copartir...:-)

Tratar de no tragar es imprescindible si quieres mantenerte relativamente sobrio durante una cata larga para poder evaluar los vinos. Ahora bien, nota que digo ";relativamente sobrio";. Sucede que por más que quieras no tragar y utilices la escupidera concienzudamente, los tejidos blandos de la lengua y el paladar van absorbiendo alcohol que se queda en la boca aunque escupas la mayor parte del buche de vino. Y como a la muestra número 30 ya comienzas a sentírtelo.

Recuerdo una vez en Vinexpo que fue cuando me dí cuenta de este fenómeno. Andaba con mi amigo el sommelier Renzo Rapaccioli y él me invitó a darme un garbeo por e lado italiano de la feria. Visitamos unos veinte ";stands"; y en cada uno probamos cinco o seis vinos. Esto ocurrió entre las nueve de la mañana y el mediodía. Yo escupí lo que creía que era todo, pero a las doce me sentía ligerito de cabeza y no muy orientado. Refrescándonos con uans cervezas, Renzo, que es un auténtico veterano de ese tipo de megabatallas vinícolas, me dijo que no solamente bastaba con escupir. Cada dos o tres muestras tenías que enjuagar bien tu boca con agua mineral, preferiblemente ocn gas, para ";limpiarte un poco";. Y era preferible que le agua sí te la tragases, para hidratarte lo más posible.

Cosas necesarias. Procedimientos. Trucos.

M.

El otro día estábamos en un jeebusillo en cierto restaurante de Brooklyn que para esos menesteres nos acoge frecuentemente. Nos tocó, como éramos un grupo un poco más reducido que de costumbre, una mesa un poco estrecha.

Esos jeebus incluyen cena, lo que no nos inhibe a ninguno a la hora de no tragarnos todo el vino. Utilizamos escupideras, aún en ese contexto de restaurante.

El caso es que dada la estrechez de la mesa, que era bastante larga, y porque yo estaba sentado en la cabeza, la escupidera me quedaba muy lejos. Alcanzarla era un serio engorro.

Ví enfrente mío un vaso vacío y, sin dudar, hice algo que hago en situaciones como ésa: Le até una servilleta alrededor y lo designé como mi sub-escupidera personal, que vertiría eventualmente en la principal.

Pues estábamos en una serie de vinos blancos y yo, cata y escupe, cata y escupe en mi vasito. No me dí cuenta de que en una, al agarrarlo para el acto, se le cayó la servilleta. Lo puse sobre la mesa y seguí conversando con otro de los comensales.

Un muy buen amigo mío, sentado a mi izquierda esa noche, estaba igual de envuelto en la conversación. Ecó mano a lo que creía que era su vaso de agua y pegó un trago largo.

Lo que tenía en la mano era mi sub-escupidera, que por la estrechez de la mesa había quedado al lado de su vaso de agua.

Digamos que el traspaso de fluidos corporales no le sentó nada bien. Pero bueno, son gajes del ofcio, como ponía en Selecciones del Reader’s Digest.

Moraleja: Mira siempre muy bien lo que te bebes...

M.

Oye, Juan Carlos, no seas tacaño... Mira que aquí en Nueva York no nos levantamos de la cama si no nos garantizan por lo menos una botella por barba...:-)

M.

El vino es para beberlo y sólo en cantidades razonables. Nunca en exceso.

Escupir el vino es una guarrada.

Admito que un profesional escupa el vino en privado.

En las ferias de vino se escupe. Los profesionales por profesión, los otros por ambición y codicia (querer probar el máximo de vinos posibles y además, gratis).

Las ferias son la antítesis de lo que debiera ser el consumo racional de vino. No me interesan porque no se disfruta del vino.

Los ";maratones"; del vino son como las ferias pero mucho peor ya que no tienen a coartada de la profesionalidad.

Vuelta al principio: el vino es para disfrutarlo como se merece.

Saludos.