La garnacha de Alfredo Arribas, Montsant, a un paso de la idealización
La garnacha de Alfredo Arribas, Montsant, a un paso de la idealización
Una cosa que me atrae en la garnacha del Montsant es su destape aromático, los ritmos complejos de multitud de impresiones que te sumergen en un mundo supersensorial; sin ánimo de controversia, ni de exaltarme pero el primer sorbo siempre lo asocio a una maceración carbónica, una fusión de elementos que va descubriendo los encajes de areas espectaculares de suavidad, calidez y consistencia. La perfecta madurez llega luego, posado el vino en nuestro nervio radar.
La frescura y permanencia del Trossos es descomunal, especias dulces, jugosos taninos, el grado del vino que lo funde todo, le fruta y sensibilidad que subyace en todo su recorrido.
Es un delirio en la boca el vino, alargarlo en silencio y disfrutarlo es una máxima.
Pasional, como esta Semana Santa, roja y violeta, con bula o sin bula.
@Malditovino