Los Parcelarios de Suertes del Marqués, el vino que viene, hagan paso...

No son tendencias, es la contemplación del muerdago, el ricino, la grosella o el junco y el manzano. No son figuras ni formas geométricas.
De Grasset a Meurer es disfrutar del instante que nace en estos vinos de hoy, láminas o fichas de cada vino con una descripción del proyecto impresionante, una tesis que está en manos de una identidad involucrada en su terreno, en el entorno y en la de un viñedo que ahora se adapta a parcelas, maravilloso nombre para los vinos, "parcelarios", suenan como héroes, reductos dialectos de un mensaje que está naciendo en esas laderas al costado del atlántico, una autentica pasión haciendo vino.

Vidonia (en el s. XVII se conocian así los vinos de uvas blancas de Tenerife que salian para Antillas y Reino Unido) terrible, incontestable, muy duro todavia, insensible para inexpertos, docil para soñadores pero con una capacidad que tumbará dioses.
Se hace en barricas más viejas, se tensa como le da a la listán blanco, con otras variedades locales y a subir la miel de acacia, los citricos temibles atizando como un terremoto, muy agil en boca pero de un gran mazazo te postra para tener que esperar y aqui volveremos...

Y El Ciruelo. Es como tomarte un vino con sus 5 añitos ya pulidos, perfecto, completo de acidez, fresco, un buchito de fruta bien apretada y una persistencia en boca de apoteosis. Qué vinazo se han sacado.

Seguiremos con el tema.

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