Celebraciones íntimas: De Alión 2000 en mi cumpleaños...

Pues como habíamos ido a cenar Josie y yo el miércoles 13 para celebrar mi cumpleaños, decidimos que cualquier festejo en el día propiamente dicho (ayer) sería muy pequeñito. Encima, Josie se va a París con su madre hoy y la señora nos había llegado de visita a casa en la tarde, por lo que había que festejar con seudosuegra (seudo porque no creo en el matrimonio, pero cuando vives ocho años con la misma chica, pues, te endilgan a su parentela, lo quieras o no...)

Pues como a las cinco de la tarde cancelé la reservación que teníamos para Molivos, uno de mis restaurantes griegos favoritos en todo Manhattan, en el que hacen un cordero fabuloso, bajé a Gourmet Garage y compré algunas vituallas. Era mi ucmpleaños. Cocinaría yo.

Cosas sencillas: Se nos unió a Josie y a Eli, que es su señora madre, nuestro gran amigo dominicano Jorge Henríquez. Entonamos la casa con el fino en rama 2000 de Alvear, ése que tanto gusta. Luego cayó una champañita barata de A. Laurent, la ";Cuvée du Fondateur,"; que me había llamado la atención por llevar el nombre de Michael Skurnik en la línea del importador, pero no poner ";A Terry Theise Estate Selection,"; frasecilla que siempre acompaña el nombre de Skurnik.

Buena champañita por $24.

Con ravioli de langosta en caldo de mariscos, tomate asado y azafrán serví el AUxey-Duresses 2002 de los Lafouge. Es un vino del que he comentado abundantemente. Lafuge es un nombre a velar en Borgoña, tanto en los tintos como en los blancos. Este Auxey se comporta como un baby Meursault Charmes... Mucha mineralidad, bonita fruta, muy pura, y un tratamiento de roble exquisito. Un chardonnay sumamente preciso, pero a la vez largo y envolvente.

Con filete de res al vino sobre polenta cremosa con boletus, serví ese Alión 2000 que desde hace tanto tiempo tenía pendiente probar. No fue en particular porque la botella me sugiriese un feeling celebratorio, sino porque estaba ahí, la ví y antes de pensarlo dos veces, ya tenía un decantador en la mano.

El vino es todo lo que dijeron los que lo alabaron. Me recuerda a una versión más grácil y mejor delineada de aquel primer Alión 91. Muy balsámico y con una fruta golosa, sí, pero vibrante. Me sorprendió que el vino resultara relativamente ligero en boca y que no diera ni la más mínima indicación de querer cerrarse, aunque poseyera claramente una excelente estructura. Por momentos me recordó aquellos tiempos a finales de los ochentas y principios de los noventas cuando, en las aulas de vino de cierta tremenda escuela de hotelería, escuchase yo todo tipo de especulaciones sobre prentescos entre tempranillo y pinot noir... En la medida en que ciertos vinos españoles a veces se daban un aire con los mejores pinot noirs de California en aquella época (otra época, otra...) a causa de cierto perfil levemente volátil y un tratamiento de madera similar, había gente que daba rienda suelta a su imaginación...

Pues yo me disfruté mucho ese Alión y ahora les agradezco a los veremeros que me inspiraron a pedir una caja hace ya un par de meses. Si más vinos del Duero fuesen así, probablemente tendría yo menos problemas para soltar $45 la botella...

La velada la cerramos con una copita del siemrpe atractivo madeira ";New York Malmsey"; de Barbeito y The Rare Wien Co. Es parte de lo que The Rare Wine Co. llama ";The Historic Series of Madeiras";, vinos varietales que supuestamente emulan el estilo de los que se consumían en las distintas regiones de Estados Unidos a principios dle s. XIX.

M.